Una estrella moribunda da pistas sobre el destino ¨²ltimo de la Tierra y el Sol
Los astr¨®nomos descubren un sistema planetario con dos cuerpos, del tama?o de nuestro mundo, que han sobrevivido a la fase infernal del astro exhausto
El Sol se form¨® hace unos 5.000 millones de a?os, y dentro de otro tanto habr¨¢ consumido todo su combustible de hidr¨®geno y se expandir¨¢ hasta, por lo menos, la distancia de la ¨®rbita terrestre, englobando Mercurio, Venus y nuestro planeta. Las temperaturas ser¨¢n infernales y toda forma de vida ser¨¢ destruida. Luego, la estrella, tras pasar esa fase inflada denominada de gigante roja, se ir¨¢ encogiendo otra vez convirti¨¦ndose a la larga en un resto fr¨ªo menor. Este es el escenario que los astr¨®nomos pintan para el futuro conociendo las fases evolutivas de los astros. Pero ahora unos cient¨ªficos han descubierto una estrella que est¨¢ ya en esa fase terminal y que tiene en ¨®rbita dos peque?os planetas, probablemente del tama?o y la masa del nuestro, o incluso tal vez un poco m¨¢s peque?os, que han sobrevivido a la expansi¨®n del astro. Creen que puede tratarse de los n¨²cleos s¨®lidos de grandes planetas gaseosos, como J¨²piter, que habr¨ªan perdido su envoltura al resultar inmersas en la atm¨®sfera de la estrella expandida.
Los peque?os planetas giran muy r¨¢pido alrededor de lo que queda del astro, t¨¦cnicamente una subenana caliente de tipo B, cumpliendo una ¨®rbita completa cada 5,7 y 8,2 d¨ªas terrestres respectivamente, explican Stephane Charpinet (Universidad de Toulouse-CNRS, en Francia) y sus colegas. Adem¨¢s, est¨¢n muy cerca del astro, denominado KIC-0507616. Ellos no pueden ver directamente esos planetas y ni siquiera su investigaci¨®n se orientaba a buscar cuerpos de ese tipo, aunque han hecho el descubrimiento gracias al telescopio espacial Kepler, de la NASA, que recientemente est¨¢ protagonizando varios anuncios sobre planetas extrasolares. Las observaciones que han desembocado en el hallazgo de este peculiar sistema planetario se centran en las oscilaciones del brillo de la estrella.
Las condiciones en cualquier planeta que reciba tan infernal abrazo ser¨¢n extremas
La estrella, que ahora est¨¢ pasando las ¨²ltimas fases de reacciones nucleares, se habr¨ªa convertido en gigante roja tras miles de millones de a?os consumiendo hidr¨®geno en su reactor de fusi¨®n nuclear interno, y al irse acabando su combustible se habr¨¢ hinchado, convirti¨¦ndose en gigante roja. Las condiciones en cualquier planeta que reciba tan infernal abrazo ser¨¢n extremas. Los dos cuerpos que han sobrevivido en torno a KIC-0507616 est¨¢n m¨¢s cerca que su estrella que Mercurio del Sol. ¡°Los planetas tan cercanos a un astro est¨¢n como fijados, lo que significa que muestran siempre la misma cara hacia la estrella, igual que la luna muestra siempre la misma cara a la Tierra¡±, explica la cient¨ªfica del equipo Elisabeth Green (Universidad de Arizona, EE UU). ¡°En la cara diurna de Mercurio hace suficiente calor como fundir el plomo, as¨ª que uno se puede imaginar las dur¨ªsimas condiciones de esos dos peque?os planetas corriendo alrededor de un astro que esta cinco veces m¨¢s caliente que nuestro Sol y tan poca distancia¡±, a?ade.
Los cient¨ªficos del equipo de Charpinet, que dan a conocer los resultados de su trabajo en la revista Nature, sospechan que los dos peque?os planetas abrasados no estaban en las posiciones que ocupan ahora, sino que emigraron desde mayores distancias y la fricci¨®n con la estrella inflada les habr¨ªa arrancado su envoltura gaseosa a la vez que los acercaba m¨¢s a¨²n al astro. En este proceso, explican los investigadores, esos planetas habr¨ªan contribuido a arrancar materia de la atm¨®sfera estelar, por lo que afirman que este ser¨ªa ¡°el primer caso documentado de planetas que influyen en la evoluci¨®n de la estrella¡±.
Los astr¨®nomos no pueden ver directamente esos planetas
Charpinet y sus colegas estaban utilizando el Kepler para investigaciones de astrosismolog¨ªa, que permiten conocer caracter¨ªsticas (masa, temperatura, tama?o y a veces incluso algo de su estructura interna) de determinado tipo de estrellas denominadas variables. Son estrellas pulsantes cuyo brillo se incrementa y se reduce a intervalos regulares, pulsando. Los investigadores identificaron en el caso de KIC-0507616 dos variaciones regulares con per¨ªodos espec¨ªficos que, en seis meses de observaciones con el Kepler, lograron fijar en 5,8 y 8,2 horas, lo que corresponde al efecto que tienen de los planetas cruz¨¢ndose por delante de la estrella en la l¨ªnea de visi¨®n terrestre.
Son observaciones muy dif¨ªciles y los cient¨ªficos no son capaces de determinar con certeza ni el tama?o ni la masa de los dos planetas y, aunque probablemente tienen el tama?o terrestre, no pueden descartar del todo que sean mayores, explica la especialista Eliza M.R. Kempton (Universidad de California en Santa Cruz) en su comentario publicado en Naure sobre el descubrimiento.
¡°La expansi¨®n del Sol en su futura fase de gigante roja supondr¨¢, con toda seguridad, la exterminaci¨®n de cualquier forma de vida en la Tierra¡±, concluye Kempton. ¡°Sin embargo, la existencia de planetas en ¨®rbita de una estrella evolucionada punta hacia la interesante posibilidad de que no todos los planetas que est¨¦n cerca resulten completamente destruidos en esa evoluci¨®n. Los resultados de Charpinet y sus colegas, por tanto, tienen importantes implicaciones en nuestra lucha por comprender el destino final de los sistemas planetarios¡±.
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