¡°Me encanta volver, pero en Londres tengo m¨¢s clientes¡±

Con sus labios rojos, su piel blanca y su et¨¦reo tocado floral, Elisa Palomino (Valencia, 1969) parece una mu?eca de porcelana entre los muebles de anticuario que decoran el restaurante oriental. Habla bajito y lento. Dice que le gusta tomarse su tiempo. Dejar que las cosas sucedan ¡°de una forma org¨¢nica¡±. Quiz¨¢s por eso ha tardado m¨¢s de 20 a?os en lanzar su propia firma. Un tiempo en el que se ha forjado un deslumbrante curr¨ªculo internacional, algo poco com¨²n entre los dise?adores espa?oles.

Antes de probar suerte en solitario, Palomino dise?¨® para Moschino, John Galliano, Roberto Cavalli y Diane Von Furstenberg. El 2 de febrero presentar¨¢ su cuarta colecci¨®n en la Mercedes Fashion Week Madrid y el 18, en la semana de la moda de Londres, la ciudad donde vive y trabaja.

Apasionada de la comida asi¨¢tica, elige con resoluci¨®n: tofu, verduras y un poco de marisco. Se define como ¡°pesquetariana¡±. Es decir, prohibida la carne y permitido algo de pescado. Antes de hincarle el palillo a una gamba explica que todo comenz¨® cuando siendo ni?a ayudaba a su madre en su taller de restauraci¨®n de Cuenca. ¡°Me pasaba el d¨ªa vi¨¦ndola trabajar en retablos renacentistas. Creo que de ah¨ª viene mi gusto por esa est¨¦tica, por lo rom¨¢ntico y buc¨®lico¡±.

Palomino estudi¨® Bellas Artes en Valencia, pero descubri¨® que carec¨ªa de la paciencia necesaria para dedicarse a rejuvenecer ¨®leos. A¨²n as¨ª, su pasi¨®n por el arte nunca la ha abandonado: su pr¨®xima colecci¨®n est¨¢ inspirada en la obra de Florine Stetmeiher, una pintora y socialite neoyorquina que adquiri¨® cierta fama en los a?os veinte del pasado siglo.

Un m¨¢ster en la escuela de dise?o St. Martins de Londres, donde comparti¨® aula con el difunto dise?ador Alexander McQueen, cambi¨® su vida. De su etapa en Moschino conserva muchos contactos, como el del artesano estampador con el que elabora los tejidos de su firma. Pero ser¨ªan los siete a?os como jefa de taller de John Galliano los que marcar¨ªan su carrera. ¡°Me dio much¨ªsima libertad y me empuj¨® a desarrollar mi universo creativo hasta niveles a los que yo sola no me hubiese atrevido a llegar¡±.

El mentor que ella conoci¨® y con el que descubri¨® la alta costura no se parece en absoluto al hombre que el a?o pasado perdi¨® su puesto como director creativo de Dior y fue condenado por proferir insultos antisemitas contra una pareja en un caf¨¦ de Par¨ªs. ¡°Galliano tiene un gran respeto por todas las personas de su equipo. Trabaj¨¢bamos con alumnos de varias religiones y nacionalidades, incluidos israel¨ªes, y todo el mundo le quer¨ªa porque es entra?able. Siempre tiene una palabra agradable y se acuerda de cada miembro del equipo. Es el n¨²mero uno¡±, dice.

Palomino trata de trasladar el sistema de trabajo que aprendi¨® del dise?ador gibraltare?o a su estudio londinense. All¨ª, junto a algunos de los alumnos a los que da clase en St Martins hace realidad sus exquisitas piezas y prepara sus dobles presentaciones. ¡°Con la primera colecci¨®n desfil¨¦ en Nueva York, Mil¨¢n y Roma. Con las dem¨¢s, en Madrid y Londres. Me encanta volver a casa, pero en Londres consigo una mayor repercusi¨®n en medios y compradores internacionales¡±, explica tras dejar las marcas de su carm¨ªn en la taza de t¨¦.