Un arma secreta de cinco letras
Los cient¨ªficos han descubierto c¨®mo convertir el virus de la gripe aviar en un agente mort¨ªfero La difusi¨®n de estos experimentos ha sido bloqueada por temor al bioterrorismo

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Dos laboratorios han hallado la forma de convertir el virus aviar H5N1 en un agente pand¨¦mico mort¨ªfero. Ya en su versi¨®n natural, el H5N1 es el virus de la gripe m¨¢s letal que se conoce, tanto en las granjas de aves como en las raras ocasiones en que salta a los humanos: mata al 59% de los infectados. Pero los brotes son muy locales gracias a que no se contagia entre personas. El virus modificado s¨ª se transmite, al menos entre hurones, cuya respuesta a la gripe es casi id¨¦ntica a la nuestra.
La clave son cinco mutaciones, o cambios de letra en un gen del virus, que de momento solo conoce una docena de personas. Cinco letras secretas capaces de destruir un mundo. ?Deben darse a conocer? ?Se pueden filtrar? ?Qui¨¦n las puede usar para crear la peor arma biol¨®gica de la historia? ?Y qui¨¦n renunciar¨ªa a hacerlo si supiera c¨®mo?
En septiembre pasado, los laboratorios de Ron Fouchier, de la Escuela de Medicina Erasmus en Rotterdam, y de Yoshihiro Kawaoka, de la Universidad de Wisconsin, Madison, enviaron sus resultados a las revistas 'Nature' y 'Science', que de alg¨²n modo hicieron llegar una copia a Washington. Y el panel cient¨ªfico que asesora al Gobierno norteamericano sobre bioseguridad (NSABB, National Science Advisory Board for Biosecurity) recomend¨® en diciembre censurar los dos trabajos. El panel acepta que los investigadores publiquen sus conclusiones generales, pero solo tras eliminar del manuscrito los "detalles" que permitir¨ªan reconstruir el virus a alg¨²n lector de intenciones aviesas. Las cinco letras mejor guardadas de la historia.
"Estos resultados cient¨ªficos son motivo de grave preocupaci¨®n para la seguridad y la salud p¨²blica mundial", dice en 'Nature' el director del NSABB, el microbi¨®logo Paul Keim, de la Universidad de Northern Arizona, que habla en representaci¨®n de los expertos del panel. "Hemos evaluado que el riesgo potencial de da?o p¨²blico es de una magnitud inusualmente elevada".
No se trata, o no solo, de un pulso entre cient¨ªficos y halcones sobre el car¨¢cter p¨²blico de la ciencia y los principios de la libertad de expresi¨®n. El NSABB depende del Ministerio de Sanidad norteamericano, pero est¨¢ enteramente formado por cient¨ªficos. El citado Keim es un especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Northern Arizona. El panel es de hecho una iniciativa de los cient¨ªficos norteamericanos, que esperan evitar as¨ª que los asesores de seguridad nacional de la Casa Blanca, o directamente el Pent¨¢gono, les enjareten una agencia interventora con criterios m¨¢s ¨¢speros y restrictivos.
Ya en su versi¨®n natural, el H5N1 es el virus de la gripe m¨¢s letal que se conoce
Desde su creaci¨®n en 2004, el NSABB solo ha revisado seis manuscritos. Dos de ellos describ¨ªan la reconstrucci¨®n del virus de la gripe espa?ola, el agente infeccioso que mat¨® a 40 millones de personas en 1918. Aquellos dos art¨ªculos salieron en Nature y Science en 2005 sin censura alguna. Como es obvio, el NSABB considera el nuevo virus un peligro a¨²n mayor.
A diferencia de la europea, la opini¨®n p¨²blica en Estados Unidos est¨¢ presionada por los mensajes emanados de entidades acad¨¦micas como el Centro de Estudios Internacionales y de Seguridad de la Universidad de Maryland, el de Control de Armas y No-proliferaci¨®n de la Universidad de Northern Arizona o el de Bioseguridad de la Universidad de Pittsburgh. El portavoz del ¨²ltimo, D. A. Henderson, que ha asesorado a varios gobiernos y es editor en jefe de la revista 'Biosecurity and Bioterrorism', opina que el H5N1 modificado "tiene las caracter¨ªsticas del arma biol¨®gica final que ni la ciencia-ficci¨®n hab¨ªa contemplado". Y a?ade: "No publiquemos los planos para crear semejante organismo".
Incluso 'The New York Times', que siempre ha apoyado la libertad cient¨ªfica y la informaci¨®n transparente, public¨® el pasado d¨ªa 7 un editorial titulado 'Un d¨ªa del juicio hecho por ingenier¨ªa', donde argumenta que el virus creado en Rotterdam debe ser destruido y que estas investigaciones no solo no deben publicarse, sino que nunca debieron hacerse.
Los jefes de los dos laboratorios implicados, sin embargo, aducen razones poderosas para hacer lo que han hecho, y para seguir haci¨¦ndolo. Y la Organizaci¨®n Mundial de la Salud ha salido en su apoyo.
El virus de la gripe aviar H5N1 caus¨® a finales de 2003 el m¨¢s grave episodio de gripe aviar conocido, que dur¨® varios a?os y forz¨® a sacrificar 140 millones de pollos en Asia, donde es end¨¦mico desde entonces. Se sabe que puede saltar de aves a humanos desde 1997, cuando el primer brote de ese tipo mat¨® a seis personas en Hong Kong. Desde entonces ha infectado a 578 humanos, matando a 340. Eso supone una letalidad del 59%, la m¨¢s alta conocida en un virus de la gripe.
Los jefes de los laboratorios implicados aducen que compartir la informaci¨®n es la mejor arma para luchar contra el virus
Como el contacto de la poblaci¨®n asi¨¢tica con las aves infectadas ha sido masivo, y pese a ello el virus no ha mostrado nunca la capacidad de transmitirse entre personas (al menos de forma eficaz), algunos expertos han llegado a sostener que tal cosa era imposible. El trabajo de los dos laboratorios permite sospechar lo contrario, aunque solo el virus holand¨¦s preserva la alta letalidad en hurones.
Kawaoka, el jefe del laboratorio de Wisconsin, admite que los virus modificados plantean riesgos, pero recuerda que los virus H5N1 naturales que circulan por el mundo ya suponen una amenaza por s¨ª mismos. Algunas de las mutaciones que confieren transmisibilidad en los experimentos --algunas de las cinco letras secretas-- ya se han detectado a veces en los virus naturales. "Los virus de la gripe mutan continuamente y pueden causar pandemias con mucha p¨¦rdida de vidas", escribe en 'Nature'. "Ser¨ªa irresponsable no estudiar los mecanismos que subyacen a ello".
Saber qu¨¦ mutaciones hacen al virus transmisible entre humanos es una informaci¨®n muy valiosa para los epidemi¨®logos. Les permitir¨¢ saber qu¨¦ tienen que buscar en los controles a las granjas av¨ªcolas, sobre todo en las asi¨¢ticas; qu¨¦ variantes del virus tienen alguna de las 'letras' peligrosas; y por tanto cu¨¢ndo deben recomendar cremaciones de granjas o alertas sanitarias a la poblaci¨®n. El propio informe del NSABB reconoce que los datos sensibles deben ser facilitados a a lgunos cient¨ªficos.
Pero Kawaoka ni siquiera est¨¢ de acuerdo con esa restricci¨®n, y aporta un argumento poco tranquilizador: "Censurar nuestros art¨ªculos no eliminar¨¢ el riesgo de que el virus pueda ser reconstruido por grupos malintencionados", dice. "Ya hay la suficiente informaci¨®n p¨²blica para que alguien pueda hacer un virus H5 transmisible".
Un sistema de acceso restringido a la informaci¨®n sensible plantea ya de entrada muchas preguntas dif¨ªciles. No est¨¢ muy claro qui¨¦n debe hacer la lista de los agraciados, aunque varios expertos creen que deber¨ªa ser la OMS. "Es probable que haya miles de aspirantes que presenten una solicitud para acceder a la informaci¨®n", presagia Kawaoka, "y el mero de hecho de estudiarlas para su selecci¨®n crear¨ªa una pesada carga burocr¨¢tica". Cree que eso har¨¢ perder un tiempo muy valioso para los cient¨ªficos que intentan prevenir una futura pandemia.
Si se opta por dar acceso restringido a la informaci¨®n, no est¨¢ claro qui¨¦nes deber¨ªan poder acceder a ella
Los propios cient¨ªficos del NSABB reconocen que la investigaci¨®n de Fouchier y Kawaoka es importante y deb¨ªa hacerse. "Antes de estos trabajos", admite en 'Nature' Keim, el jefe del panel, "era incierto si el virus H5N1 pod¨ªa adquirir la capacidad de transmitirse entre humanos; ahora que sabemos que s¨ª, la sociedad puede dar pasos a nivel mundial y prepararse para el caso de que la naturaleza genere ese virus de forma espont¨¢nea".
Pero el panel consider¨® que esos beneficios para la epidemiolog¨ªa palidecen frente a los riesgos de publicar la investigaci¨®n con todos sus detalles. Keim subraya que la decisi¨®n del NSABB fue un¨¢nime, como invitando a los esc¨¦pticos a revisar su composici¨®n. El panel cuenta entre sus miembros con varios pesos pesados de la biomedicina norteamericana, l¨¦ase mundial.
"Nuestra preocupaci¨®n es que la publicaci¨®n en detalle de estos experimentos pueda suministrar informaci¨®n a alguna persona, organizaci¨®n o Gobierno que le ayude a desarrollar virus similares H5N1 adaptados a mam¨ªferos con prop¨®sitos da?inos", precisa Keim. El jefe del panel pide a sus colegas cient¨ªficos que se comporten con "prudencia y humildad ante el inmenso poder de las ciencias de la vida para crear microbios con propiedades nuevas de una trascendencia inusual".
Incluso dejando de lado los principios para bajar al terreno pr¨¢ctico, la recomendaci¨®n del NSABB plantea muchos dilemas de dificultosa soluci¨®n. Por ejemplo, el virus holand¨¦s se transmite entre mam¨ªferos, pero el de Kawaoka no lo hace. ?Por qu¨¦ censurar entonces el art¨ªculo del segundo? Porque revela un m¨¦todo que se puede usar para hacer un virus transmisible, aduce en 'Nature' el jefe del panel, Keim. Se refiere a la mezcla de genes del virus porcino (H5N1) con el humano (H1N1). El argumento es discutible, porque esas mezclas se usan continuamente en la producci¨®n de vacunas, aunque con otros virus de la gripe, y hasta son comunes en la naturaleza, como se vio con la gripe A.
Una fuente de preocupaci¨®n adicional sobre este virus es que su hemaglutinina (H5) es de un subtipo completamente nuevo para los humanos. Nuestro sistema inmune est¨¢ virgen contra ella, y los precedentes de esta situaci¨®n son poco tranquilizadores. Fue lo que ocurri¨® en la Europa medieval con con la peste, y el la Am¨¦rica del descubrimiento con la viruela.
El miedo que suscitan las armas biol¨®gicas no es proporcional al da?o que han producido hasta ahora. En 1982, los seguidores del gur¨² Bhagwan Shree Rajneesh se instalaron en un rancho de Wasco, Oreg¨®n, y de alg¨²n modo se anexionaron una aldea cercana de 50 habitantes llamada Antelope. La redenominaron Rajneesh. Dos a?os despu¨¦s quisieron tomar el control pol¨ªtico de The Dalles, el mayor pueblo del condado. Para reducir al m¨ªnimo la participaci¨®n electoral de sus 12.000 vecinos, los rajneeshies contaminaron con salmonela la red de agua potable y los alimentos de las tiendas y los restaurantes. El ataque bioterrorista no tuvo m¨¢s consecuencias que una monumental descomposici¨®n que afect¨® a 750 vecinos (el 6% del pueblo). El FBI, de hecho, ni se hubiera enterado de no ser por la confesi¨®n voluntaria de un rajneeshie arrepentido.
Otra secta de chiflados, la japonesa AUM Shinrikyo, atac¨® con ¨¢ntrax una base naval norteamericana en los a?os noventa, con menos ¨¦xito a¨²n que los rajneeshies. Los ataques de 2001 con cartas infectadas de ¨¢ntrax mataron a cinco personas en Estados Unidos. Su autor, parad¨®jicamente, fue un antiguo cient¨ªfico del programa de defensa biol¨®gica del Pent¨¢gono.
Pese a ello, los agentes biol¨®gicos est¨¢n clasificados junto a las bombas nucleares como armas de destrucci¨®n masiva. Casi todos los pa¨ªses del mundo han firmado la Convenci¨®n sobre Armas Biol¨®gicas, por la que renuncian a utilizarlas en caso de guerra, e incluso a investigar en su desarrollo. Pero firmar eso parece ser m¨¢s f¨¢cil que cumplirlo, porque no hay forma de comprobar si un pa¨ªs est¨¢ cumpliendo.
La antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica, por ejemplo, no tuvo reparo en firmar la convenci¨®n, pero tampoco en lanzar despu¨¦s un ambicioso programa secreto de investigaci¨®n en guerra biol¨®gica, en el que trabajaban nada menos que 60.000 cient¨ªficos. Y que habr¨ªa seguido siendo secreto si, tras la ca¨ªda del muro, el presidente ruso Bor¨ªs Yeltsin no lo hubiera revelado a la comunidad internacional. Un laboratorio de guerra biol¨®gica no se puede distinguir de uno que haga vacunas desde un sat¨¦lite, ni visit¨¢ndolo en persona.
Con independencia de su posici¨®n en el debate, todo el mundo coincide en que el H5N1 ha sido solo el primer caso en que el dilema de la censura cient¨ªfica se ha planteado en toda su crudeza, y en que el futuro solo puede depararnos una proliferaci¨®n de investigaciones con consecuencias similares o peores. Aqu¨ª Keim coincide con Fouchier en que las decisiones y los procedimientos "deben abordarse por la comunidad en su conjunto, y no relegarse a peque?os segmentos del Gobierno, la comunidad cient¨ªfica o la sociedad".
Cabe recordar, en todo caso, no fue Keim, ni ning¨²n cient¨ªfico de su panel, quien hizo p¨²blico el debate y los argumentos de ambas partes. Han sido los editores de 'Nature' y 'Science' quienes han encendido los focos. Se interesaron en el asunto como primeros afectados, junto a los autores de los dos manuscritos, por la recomendaci¨®n de censura del NSABB. A ninguna publicaci¨®n le gusta perder contenidos. Pero tambi¨¦n han sido ellos quienes han convertido esa bronca confidencial de altos despachos civiles y militares en un debate p¨²blico.
Nunca lo hubo sobre el proyecto Manhattan para crear la bomba at¨®mica. Tambi¨¦n es verdad que nadie intent¨® publicar aquellos resultados.
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