Conducir drogado sale barato en Espa?a

"Quienes conducen drogados tienen una absoluta impunidad en Espa?a". Esta contundente frase es del fiscal de sala coordinador de Seguridad Vial, Bartolom¨¦ Vargas. Se apoya en cifras: hay en las carreteras m¨¢s conductores que dan positivo por estupefacientes que por alcohol, seg¨²n un extenso estudio de ¨¢mbito europeo denominado Druid. Sin embargo, de las 45.000 condenas de 2010 por delitos en la carretera, solo una veintena (un anecd¨®tico 0,04%) se debe al consumo de sustancias il¨ªcitas. La falta de concienciaci¨®n, de suficiente trabajo de campo y de medidas coactivas son algunas causas de este masivo tr¡¤fico de drogas.

Casi un 17% de los espa?oles conduce con alguna sustancia psicoactiva en el cuerpo, seg¨²n el Druid, que en Espa?a hizo pruebas aleatorias por toda la pen¨ªnsula en diferentes horarios y d¨ªas de la semana a casi 3.500 conductores. M¨¢s de un 12% lo hac¨ªa con estupefacientes ilegales, sobre todo con cann¨¢bicos, seguidos de coca¨ªna o medicamentos que afectan a la conducci¨®n, el doble de los que iban con alguna tasa de alcohol y cinco veces m¨¢s de los que superaban la permitida. Esto sit¨²a a Espa?a a la cabeza destacada en la mezcla de drogas ilegales y volante entre los 14 pa¨ªses que participaron en el estudio. Triplica en positivos a Italia (segunda), casi cuadruplica a Holanda (tercera), quintuplica a Portugal (cuarta) y multiplica por 10 y 34 a Hungr¨ªa y Polonia, respectivamente, por poner otros dos ejemplos.

Ana Ferrer, directora del Observatorio de la Seguridad Vial de la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico (DGT), puntualiza que el estudio en Espa?a fue mucho m¨¢s extenso y completo que en el resto de los pa¨ªses, donde se hizo con menos rigor, por lo que la comparaci¨®n "no es exactamente fiable". Pero reconoce que lo que es seguro es que las cifras marcan al menos una tendencia cierta que se corresponde con el "elevado consumo de drogas del pa¨ªs". La dificultad a la hora de combatir este problema, al compararlo con el alcohol es, seg¨²n Ferrer, que no hay herramientas de medici¨®n tan avanzadas ni unas evidencias en la correlaci¨®n con los accidentes tan afianzadas. Los expertos consultados coinciden en que con los estupefacientes nos encontramos en un estadio similar al del alcohol hace unas d¨¦cadas. Es un camino que se inicia ahora. "No se conocen datos reales, hay estudios como el Druid, pero la estrategia de la DGT es documentar el hecho, tener informaci¨®n, informar a los ciudadanos, actuar en campa?as de vigilancia y control y actuar en medidas de prevenci¨®n. Eso hay que sumarlo a acciones formativas, sobre todo a colectivos de riesgo, actuaci¨®n en reincidentes y C¨®digo Penal", se?ala.

?Fuimos capaces de quitar el tabaco de los centros de trabajo y no lo vamos a ser de eliminar la coca¨ªna de la carretera?", se pregunta un experto

Pero, hoy por hoy, falta concienciaci¨®n. Esto se puede comprobar claramente cuando se analizan los tramos de edad de los positivos: en j¨®venes ha bajado radicalmente en los ¨²ltimos a?os el consumo de alcohol cuando van a conducir, mientras que las muestras de drogas no indican ninguna prevenci¨®n al volante. "El joven ha aprendido que si va bebido le quitan el carn¨¦ y puede ir a la c¨¢rcel, pero si va drogado no est¨¢ pasando nada. No ha visto noticias de lo que puede sucederle si conduce bajo los efectos de los estupefacientes. Ser¨ªa necesaria una campa?a muy fuerte de concienciaci¨®n", indica Tom¨¢s Santacecilia, director de Seguridad Vial del RACE.

Una gran diferencia entre el alcohol y las drogas es la medici¨®n de una y otra sustancia. Manuel Rivadulla, catedr¨¢tico de Toxicolog¨ªa de la Universidad de Santiago y experto en drogas y tr¨¢fico, asegura que ya existen aparatos de alta fiabilidad para medir los positivos, que se pueden detectar mediante una r¨¢pida prueba de saliva. Pero es muy discutible establecer unas tasas que determinen cu¨¢ndo una persona no est¨¢ en condiciones de conducir y en qu¨¦ momento se podr¨ªa considerar delito. Con alcohol esto est¨¢¡¤ claro: a partir de 0,25 miligramos por litro de aire es una infracci¨®n administrativa y de 0,6 en adelante va por lo penal. Con las drogas, el simple positivo en las cinco sustancias que detectan los aparatos - coca?na, opi¨¢ceos (presentes en la hero¨ªna), THC (presente en cann¨¢bicos), anfetaminas, metanfetaminas, benzodiacepinas (presente en medicamentos, algunos legales como los ansiol?ticos)- supone una multa de 500 euros y la retirada de seis puntos del permiso. Esto ser¨ªa as¨ª aunque hayan pasado horas e incluso alg¨²n d¨ªa del consumo aunque, en la pr¨¢ctica, los pocos controles de droga que se realizan responden a la existencia de s¨ªntomas en la apariencia o el comportamiento del conductor.

?Y cu¨¢ndo es delito? Como muestran los datos de condenas, rara vez. Porque al no haber establecidas unas medidas, depende de las observaciones de los agentes, menos objetivables y m¨¢s dif?ciles de constituir una prueba firme en un juicio.

Pero m¨¢s all¨¢ de estas limitaciones, hay otras circunstancias que pueden explicar la alta tasa de estupefacientes en la carretera. Ignacio Calder¨®n, director general de la Fundaci¨®n de Ayuda Contra la Drogadicci¨®n, cree que "resulta relevante que llevemos 40 a?os haciendo publicidad sobre que el alcohol afecta a la conducci¨®n pero esto no lo hayamos visto con otras sustancias ilegales". Tampoco existe una conciencia clara de los riesgos de conducir bajo los efectos de psicof¨¢rmacos legales ni hay un h¨¢bito en los m¨¦dicos de subrayar los riesgos que pueden tener a la hora de conducir. En muchas ocasiones, el consumidor no percibe los efectos de las sustancias, no es consciente de que sus facultades est¨¢n mermadas para ponerse al volante. Es decir, no hay una informaci¨®n clara sobre los efectos de conducir habiendo consumido sustancias psicoactivas ilegales o psicof¨¢rmacos", a?ade Calder¨®n.

En esta misma l¨ªnea abunda Eugenio De Dobrynine, director del Comisariado Europeo del Autom¨®vil: "Yo creo que as? como con el alcohol han sido muchas las intervenciones de todos los sectores de la sociedad que han hablado del tema (lo han planteado en campa?as de todos los ¨¢mbitos y estamentos, Sanidad, Interior, fundaciones...), en el caso de las drogas hay mucho por hacer". Y otra causa m¨¢s: hasta hace poco m¨¢s de un a?o no hab¨ªa en la Ley de Enjuiciamiento Criminal unas pautas que seguir, que establecieran cu¨¢les son los controles. La reforma es de diciembre de 2010 aunque, seg¨²n Raimundo Garc?a, presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola Accidentolog¨ªa Vial, "pas¨®? sin pena ni gloria". "Esperamos que alguien comience a actuar. Empezando por aquellas sustancias cuyo tr¨¢fico es il¨ªcito, que no tienen posibilidad de tr¨¢fico legal, cuyo consumo puede ser ilegal en v¨ªa p¨²blica. ?Fuimos capaces de quitar el tabaco de los centros de trabajo y no lo vamos a ser de eliminar la coca¨ªna de la carretera?", se pregunta.

Para hacerlo, Manuel Rivadulla se?ala como necesaria "m¨¢s capacidad de disuasi¨®n". "No se han hecho muchos controles, pero a medida que se hagan, dentro de unos a?os pasar¨¢ como ahora sucede con el alcohol", asegura.

Es cierto que los controles son anecd¨®ticos. "No los hay y la gente lo sabe", lamenta el fiscal de Seguridad Vial. Cuando se hacen, suelen acompa?ar a los de alcohol. Se le practican habitualmente a aquellos conductores que presentan s¨ªntomas de estar bajo sustancias psicoactivas y dan negativo a la prueba de alcoholemia.

La Polic¨ªa Local de Vigo es una de las que m¨¢s ¨¦xito est¨¢ teniendo en su experiencia de detecci¨®n de drogas. Seg¨²n cuenta el agente de atestados Juan Diego V¨¢zquez, el resultado es "espectacular": "Tiene un poder disuasorio brutal. La gente al principio lo ve¨ªa como ciencia ficci¨®n, como una leyenda urbana. Pero hay un boca a boca que se ha notado mucho en los reincidentes. Antes, hac¨ªamos el test de alcohol, no superaban la tasa y aunque ve?amos que hab?a consumido algo era dif¨ªcil comprobarlo. Ahora pasan el control de droga y en la siguiente ocasi¨®n ya tienen la lecci¨®n aprendida. Es un boca a boca que va cundiendo", asegura.

Hasta que en diciembre de 2010 la Ley de Enjuiciamiento Criminal especific¨® c¨®mo hacer los controles, en Vigo todav¨ªa no ten¨ªan el aparato. V¨¢zquez explica que era un engorro hacer las pruebas: "Cuando una persona estaba bajo la influencia de drogas ten¨ªamos que llevarla a un centro m¨¦dico, hablar con facultativos de guardia y que ratificasen los signos. Despu¨¦s, hab¨ªa que solicitar un an¨¢lisis de orina para ver si hab?a ingerido alg¨²n tipo de droga. Los m¨¦dicos eran bastante reacios a hacer estas pruebas. No porque no estuvieran interesados, sino porque les compromet¨ªa en su trabajo, ten¨ªan que acudir despu¨¦s a juicio. Algunos agentes m¨¢s veteranos tampoco eran muy entusiastas", afirma este agente.

Superadas esas trabas ahora hay otra: el precio. Mientras que realizar una prueba de alcoholemia, m¨¢s all¨¢ del dispositivo policial, cuesta al contribuyente unos c¨¦ntimos -los que vale una boquilla de pl¨¢stico-, una de drogas puede acercarse a los 150 euros. Cada recambio supera los 20 euros y, si es positiva, tiene que ratificarse en un an¨¢lisis de laboratorio homologado, lo que puede sumar otros 120 euros m¨¢s.

Ese es uno de los motivos por los que no se realizan pruebas aleatorias con tanta alegr¨ªa como las de alcohol. Para evitarlo, que sea posible aumentar exponencialmente los controles y que cunda la idea entre los conductores de que pueden ser sorprendidos por un control, el fiscal de Seguridad Vial, Bartolom¨¦ Vargas, estudia impulsar una medida que se basa en que quien d¨¦ positivo se tenga que pagar la prueba. "Es lo mismo que sucede con quien pide un an¨¢lisis de sangre tras el test de alcoholemia y sigue rebasando los l¨ªmites establecidos. Se hace un cobro previo y si da negativo se le devuelve el dinero", explica.

Este tipo de medidas tienen que ir acompa?adas, seg¨²n el fiscal, con actuaciones m¨¢s globales en todos los estamentos: "Concienciamos mucho a los j¨®venes de que no se droguen, pero se asocia poco esta conducta a la conducci¨®n y a las graves consecuencias que puede causarles".

Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados, hace tambi¨¦n hincapi¨¦ en acciones m¨¢s all¨¢ de las meramente legales y punitivas: "No nos enga?emos, las modificaciones legales y la actuaci¨®n policial contra la droga en la conducci¨®n es muy importante pero no ser¡¤ solo el C¨®digo Penal el que resuelva este grave problema, y tendremos que trabajar esforzadamente con medidas sanitarias y de salud p¨²blica para lograr una poblaci¨®n m¨¢s sana, as¨ª como con medidas tecnol¨®gicas que impidan conducir veh¨ªculos de motor a conductores con sus condiciones psicof¨ªsicas alteradas"