Invertir en prevenci¨®n, invertir en salud
Los recortes en prevenci¨®n tendr¨¢n importantes consecuencias no solo personales y de salud p¨²blica, sino tambi¨¦n econ¨®micas a medio plazo, al incrementarse los costes sanitarios
En los ¨²ltimos a?os, los datos indican un preocupante aumento del diagn¨®stico de VIH as¨ª como de otras infecciones de transmisi¨®n sexual (ITS) en hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres (HSH), datos que inevitablemente suelen llevar a la pregunta de a qu¨¦ responde este hecho. La respuesta no es f¨¢cil, en primer lugar porque la categor¨ªa epidemiol¨®gica de HSH no explica la diversidad de hombres gais, bisexuales y heterosexuales que tienen sexo con otros hombres, de sus actitudes y valores respecto a la sexualidad, de su formaci¨®n y educaci¨®n sexual con relaci¨®n al VIH y otras ITS, de su nivel y calidad informativa, de su capacidad y habilidades para responder de manera efectiva y consistente al riesgo de infecci¨®n en las relaciones sexuales, de su nivel de apoyo social para sostener en el tiempo dicha respuesta, etc¨¦tera. Los HSH que son tan diversos como los hombres que tienen comportamientos heterosexuales y, por tanto, no hay respuestas simples para fen¨®menos complejos. Y esto es clave para una respuesta adecuada al VIH y a las ITS en el contexto actual; el caf¨¦ para todos de la prevenci¨®n debe acabarse.
Lo que parece cada vez m¨¢s necesaria es una respuesta distinta a la que desde las Administraciones, la profesi¨®n sanitaria y la comunidad LGTB venimos dando. No parece razonable basar nuestras pol¨ªticas preventivas en escenarios y contextos que han cambiado, y lo cierto es que no solo la realidad de la infecci¨®n por VIH ha cambiado, sino que la sociedad tambi¨¦n ha cambiado, como lo han hecho los gais, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres y las maneras de relacionarse, como pone de manifiesto Internet.
Ni que decir tiene que la adopci¨®n de comportamientos preventivos, como el uso sistem¨¢tico del preservativo, debe formar parte de nuestra respuesta al VIH y otras ITS, pero al mismo tiempo es necesario primar otras intervenciones, como promover y facilitar el diagn¨®stico y tratamiento tempranos de la infecci¨®n por VIH, especialmente en los colectivos m¨¢s vulnerables; o tambi¨¦n es ineludible una educaci¨®n sexual comprehensiva y consensuada que prepare a nuestros j¨®venes para vivir gozosa y responsablemente su sexualidad.
Por ello no cabe olvidar, en este tiempo de crisis econ¨®mica, que no solo hemos de rentabilizar los recursos econ¨®micos al m¨¢ximo ¡ªpriorizando aquellos colectivos m¨¢s vulnerables y afectados¡ª, sino tambi¨¦n entendiendo que los recortes cortoplacistas en prevenci¨®n, como algunas comunidades aut¨®nomas ya vienen practicando, tendr¨¢n importantes consecuencias no solo personales y de salud p¨²blica, sino tambi¨¦n econ¨®micas a medio plazo, al incrementarse los costes sanitarios. No seamos cortos de miras, invirtamos en prevenci¨®n para invertir las tendencias epidemiol¨®gicas.
Rub¨¦n Sancho es coordinador del ?rea de Salud y VIH/sida de la Federaci¨®n Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB).
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