¡°El velo integra a la musulmana en Occidente¡±
La dise?adora ha creado el ¡®hiyab¡¯ que irrumpe en los estadios de f¨²tbol
La ma?ana es desapacible en Rotterdam y Cindy van den Bremen, dise?adora de un velo isl¨¢mico adaptado a las necesidades de las musulmanas de hoy, llega bien equipada: abrigo, gran bufanda y un gorro negro. ¡°Estar¨¦ encantada de tomar un pastel de manzana y un caf¨¦¡±, hab¨ªa dicho al aceptar la cita. Sentada en un cl¨¢sico restaurante de la estaci¨®n central, da buena cuenta de ambos sin perder el hilo de un relato que a¨²na sentido pr¨¢ctico e idealismo. Para ayudarse, esparce sobre la mesa fotograf¨ªas de los modelos de hiyab, el velo que deja la cara libre, que perfecciona desde 1999. ¡°Ese a?o me gradu¨¦ en la Academia de Dise?o de Eindhoven con un proyecto sobre uno para la gimnasia escolar. Una ni?a que iba cubierta suspendi¨® esa clase en Utrecht porque al profesor le parec¨ªa peligroso, y pens¨¦ que pod¨ªa idear algo ¨²til¡±. Poco pod¨ªa imaginar entonces que el velo ser¨ªa tambi¨¦n una se?a de identidad para ella, casada con un holand¨¦s de origen turco y madre de un ni?o.
Un velo seguro para practicar deporte es transpirable y no lleva botones, presillas ni corchetes que puedan herir. Pero debe mantenerse fijo sin distraer la atenci¨®n. ¡°Busqu¨¦ una interpretaci¨®n moderna del hiyab que fuera transfronteriza. Habl¨¦ con musulmanas y me dijeron que el tejido no debe hacer ruido. Despu¨¦s le mostr¨¦ el modelo a un im¨¢n, y le gust¨®. As¨ª naci¨® Capsters¡±, dice.
Es el nombre de su empresa, que vende a todo el mundo cuatro l¨ªneas de velos deportivos: para tenis, patinaje, aerobic y entrenamiento al aire libre. Fabricados en algod¨®n y lycra el¨¢sticos, cubren la cabeza y el cuello y no necesitan otro pa?uelo debajo. ¡°Tambi¨¦n hay un dise?o elegante y otro para nadar. No todos los pa¨ªses ¨¢rabes son iguales. Y claro que en muchos el velo se impone. Pero el debate en Europa se centra en la percepci¨®n de que las mujeres est¨¢n oprimidas, y no es as¨ª. Aqu¨ª puede integrarlas sin que pierdan su identidad¡±, dice, mostrando su producto estrella. Es un velo negro y liviano analizado por la Federaci¨®n Internacional de F¨²tbol. La FIFA acaba de levantar el veto a las deportistas veladas, y el modelo de la dise?adora est¨¢ a punto de irrumpir en los estadios.
¡°Hesterine de Reus, la entrenadora holandesa de la selecci¨®n jordana de f¨²tbol femenino, le ense?¨® uno al pr¨ªncipe Al¨ª al Hussein, vicepresidente de la FIFA. ?l dijo que no era una cuesti¨®n religiosa, sino cultural, que favorece la emancipaci¨®n femenina. Las iran¨ªes no ir¨¢n a los Juegos Ol¨ªmpicos por culpa del velo. Pero all¨ª las mujeres no tienen derechos y el f¨²tbol es una forma de estar m¨¢s sanas¡±.
¡°Mi marido me anima y no se mete en mi labor¡±, dice. Ella no piensa usar velo. ¡°Tengo 39 a?os. No ser¨ªa yo. Pero no deber¨ªamos tratar a las musulmanas como un grupo sin rostro que debe ser guiado¡±. El fr¨ªo no amaina, el sol sigue sin salir y, aunque no hay tiempo para otro caf¨¦, explica con entusiasmo su proyecto con las mujeres marroqu¨ªes de barrios deprimidos de Rotterdam. Ella dise?a patrones para que borden y adornen telas de Pakist¨¢n, India o Dubai. Luego se venden en el mercado holand¨¦s con el nombre de la bordadora. ¡°La idea es que lleguen a ser econ¨®micamente independientes, porque muchas apenas salen del barrio. El pragmatismo y los ideales¡±, exclama divertida.
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