Lawrence Anthony, el rescatador de animales
Salv¨® a muchos ejemplares en peligro en zonas de guerra
Cuando Lawrence Anthony (Johanesburgo, 1950) vio en abril de 2003 las im¨¢genes de un Bagdad en llamas, pens¨® en lo que la jerga militar denomina ¡°da?os colaterales¡±, es decir, las v¨ªctimas del combate ajenas a los contendientes. Anthony hab¨ªa o¨ªdo que la capital de Irak albergaba uno de los zool¨®gicos m¨¢s grandes de Oriente Pr¨®ximo. ¡°No pod¨ªa apartar de m¨ª la imagen de los animales muri¨¦ndose en sus jaulas¡±, afirm¨®, tras conseguir poner a muchos de ellos a salvo. El conservacionista sudafricano falleci¨® de un paro card¨ªaco en su ciudad natal el 2 de marzo, a los 61 a?os.
Anthony era hijo de un minero escoc¨¦s que dej¨® el pico para emigrar a Sud¨¢frica, donde fund¨® una empresa aseguradora. De ¨¦l hered¨® la empresa y el amor por la naturaleza del pa¨ªs. Su situaci¨®n econ¨®mica le permiti¨® afrontar los cuantiosos desembolsos que originaban las operaciones de salvamento de animales en las zonas de conflicto b¨¦lico, a las que dedic¨® los ¨²ltimos a?os de su vida.
Uno de los m¨¦ritos m¨¢s notorios de Anthony fue lograr que facciones que se hab¨ªan enfrentado encarnizadamente cooperaran en sus acciones de rescate. En Bagdad, por ejemplo, iraqu¨ªes ¡ªtanto aquellos que se hab¨ªan unido a las fuerzas invasoras como los que formaban parte de la resistencia, incluidos algunos miembros de la guardia personal de Sadam Husein¡ª y estadounidenses cooperaron hombro con hombro para poner a salvo a los pocos animales que hab¨ªan sobrevivido al conflicto (35 de los 650 censados en el zool¨®gico). Los ejemplares que no hab¨ªan sido abatidos durante los combates, o que no hab¨ªan servido de alimento a una poblaci¨®n hambrienta, se encontraban en un estado tan lamentable que su primer pensamiento fue poner fin a sus sufrimientos acabando con su vida. Sin embargo, sacando recursos de donde pudo en una ciudad devastada por los combates, logr¨® mantener vivos a la mayor¨ªa de los supervivientes y organizar su evacuaci¨®n. Por esta acci¨®n recibi¨® la medalla al valor de la Tercera Compa?¨ªa de Infanter¨ªa del Ej¨¦rcito de Estados Unidos.
El siguiente ejercicio de diplomacia de Anthony en zonas b¨¦licas se produjo en 2006. Logr¨® convencer a las dos facciones que luchaban en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo de que cesaran las hostilidades hasta ver qu¨¦ se hac¨ªa con los rinocerontes blancos que deambulaban por la zona. En concreto, una de ellas, el Ej¨¦rcito de Resistencia del Se?or (LRA), se hab¨ªa dedicado hasta entonces a disparar a los rinocerontes y a los guardas forestales que custodiaban su h¨¢bitat. Cuando Anthony puso en conocimiento de Joseph Kony, jefe del LRA, que solo quedaban cuatro ejemplares de la especie, este orden¨® acabar de inmediato con la b¨¢rbara pr¨¢ctica: el clan al que pertenec¨ªa el se?or de la guerra se sent¨ªa espiritualmente unido a los paquidermos. Estas experiencias dieron a Lawrence Anthony material suficiente para escribir dos obras Babylon's ark: the incredible wartime rescue of the Baghdad zoo [El arca de Babilonia: el incre¨ªble rescate del zoo de Bagdad durante la guerra] y The last rhinos [Los ¨²ltimos rinocerontes].
Tampoco se olvid¨® de los animales de su propia tierra: en 1999 adopt¨® una familia de elefantes salvajes, que estuvieron a punto de ser abatidos debido a los problemas que causaban en el ¨¢rea donde se mov¨ªan, lo que le vali¨® ser conocido como ¡°el hombre que susurraba a los elefantes¡±.
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