La reforma de la Universidad: preguntas err¨®neas, respuestas incorrectas
El profesor Ernest Lluch insist¨ªa en sus magistrales clases de historia del pensamiento econ¨®mico, que m¨¢s de la mitad de la resoluci¨®n correcta de un problema consist¨ªa en formular la cuesti¨®n a resolver con rigor metodol¨®gico y datos ciertos. Tras escuchar al se?or Wert, nuestro ministro de Educaci¨®n Cultura y Deporte, en la rueda prensa posterior al Consejo de Ministros del pasado viernes 13 de abril, nos ha surgido una seria preocupaci¨®n respecto a cu¨¢l es la naturaleza del examen al que se somete a la comisi¨®n de expertos creada para hacer propuestas sobre la gobernanza, el proceso de selecci¨®n y acreditaci¨®n del profesorado y los estudiantes, y la econom¨ªa y las finanzas de las universidades.
Nada que objetar -todo lo contrario- a contar con el asesoramiento de una comisi¨®n de expertos, cuya composici¨®n nos merece adem¨¢s la mayor de las consideraciones y respeto, personas todas ellas cualificad¨ªsimas y que seguramente conseguir¨¢n pasar la prueba con matr¨ªcula de honor, aunque el planteamiento del problema a resolver que les ha formulado el se?or ministro est¨¢ plagado de datos err¨®neos y juicios de intenci¨®n sobre el actual funcionamiento de la universidad espa?ola, que justifican la reforma de la actual gobernanza universitaria.
El se?or ministro Wert no ha dejado de preguntarse desde su toma de posesi¨®n por qu¨¦ no hay ninguna universidad espa?ola entre las 100 primeras de los rankings internacionales. Hay que explicarle que los citados rankings se refieren casi exclusivamente a la actividad investigadora, y que de esos primeros 100 puestos, 99 est¨¢n ocupados por universidades que operan en pa¨ªses con un sector cient¨ªfico-tecnol¨®gico (I+D+i) que supera en todos los casos el 2,3% del PIB (llegando a superar el 3% en el caso de USA), mientras que en Espa?a el sector I+D+i est¨¢ en el 1,3% y bajando. ?Habr¨¢ quiz¨¢s alguna relaci¨®n de causalidad en esta circunstancia? La ¨²nica universidad fuera de esa norma es la Universidad de Mosc¨².
El planteamiento de Wert a los expertos para la reforma universitaria est¨¢ lleno de datos err¨®neos
El se?or ministro Wert insiste en que la universidad espa?ola tiene un 30% de abandono en la ense?anza superior, no es correcto. Existe ese porcentaje de abandono de las titulaciones (en un 70% de los casos para cambiar a otras titulaciones), no de los estudios universitarios, en los que la tasa de abandono es inferior al 12%. Como ya explicamos en su d¨ªa (El Pa¨ªs, 10 de junio 2011) el c¨¢lculo del profesor Dolado, que es el que ha puesto n¨²meros a ese ¡°despilfarro¡± de 3.000 millones en el sistema universitario espa?ol , es err¨®neo y carece de objetividad.
El se?or ministro Wert presenta como una demostraci¨®n del fracaso de la universidad, que existe un 21% de desempleo entre los universitarios de 25 a 29 a?os, lo que es desde luego una realidad dr¨¢matica, pero un 60% menos dr¨¢matica que la del paro juvenil total superior al 50%. Como lo es que la tasa de desempleo de los titulados universitarios sea del 12%, frente al 24% del conjunto del mercado laboral.
El Ministro insiste en que nuestra universidad tiene un 30% de abandono y es inferior al 12%
El se?or ministro Wert entiende, y comprobamos que es una moda extendida en las dos ¡°capitales¡±, que despide un fuerte aroma centralista (s¨ª, tambi¨¦n existe el centralismo catal¨¢n), que en Espa?a se han creado demasiadas universidades, en demasiados territorios. Desde luego el Estado de California no tiene 10 universidades como afirm¨® rotundamente el se?or ministro en la rueda de prensa, sino exactamente 146, es decir casi el doble que en Espa?a. Pues bien por aclarar la cuesti¨®n, y por citar s¨®lo a los dos pa¨ªses con m¨¢s universidades en los 100 primeros puestos de los rankings internacionales: en Estados Unidos hay 309 millones de habitantes y 3.277 universidades, es decir una universidad por cada 94.000 habitantes; en el Reino Unido hay 61 millones de habitantes y 241 universidades, es decir una universidad por cada 253.000 habitantes. En Espa?a somos 47 millones de habitantes y tenemos 79 universidades, es decir, una universidad por cada 582.000 habitantes. ?Cu¨¢l es el problema??Donde est¨¢ la sobredimensi¨®n del n¨²mero de nuestras universidades? Al contrario, lo que seguramente tenemos es un problema de excesivo tama?o y falta de especializaci¨®n de nuestras instituciones, que deben consolidarse y especializarse, mejorando -precisamente con ello- su gobernanza y su capacidad de excelencia. ?A ver cu¨¢ntas universidades de m¨¢s de 20.000 alumnos (tama?o medio espa?ol) encuentran entre las 100 primeras de los rankings mundiales?
Los datos de la OCDE en Educati¨®n at a glance 2011, sobre rendimiento acad¨¦mico en los estudiantes de educaci¨®n superior, revelan que un 79% de los universitarios espa?oles obtiene su diploma en la ¡°edad t¨ªpica¡± de obtenerlos, frente a un 70% de la OCDE.
Y si hablamos de esfuerzo en gasto p¨²blico, tendremos que reconocer -al menos- que las universidades p¨²blicas proveen de estudios superiores a sus alumnos a un coste total significativamente inferior (como m¨ªnimo un 25% de media) que el que exigen las universidades privadas a sus estudiantes. ?No debemos considerar este detalle si hablamos de eficiencia?
Para terminar con los datos, debemos se?alar que aunque efectivamente el esfuerzo en becas ha mejorado en los ¨²ltimos a?os, seguimos dedicando a ese cap¨ªtulo la tercera parte que la media de los pa¨ªses de la OCDE.
No, se?or ministro Wert. No le han facilitado los datos adecuadamente y -en consecuencia- no dispone usted de un diagn¨®stico certero de los problemas del sistema universitarios espa?ol. Es cierto que hay problemas de baja demanda en muchos t¨ªtulos (muy acusado en los Masters), de inactividad de una parte de la capacidad cient¨ªfica disponible y, sobre todo, de traslaci¨®n al tejido productivo de valor a?adido para innovar y competir mejor. Pero mal haremos si denostamos, y menos el ministro de Educaci¨®n de Espa?a, lo que funciona m¨¢s que aceptablemente como la docencia universitaria y la productividad cient¨ªfica. Ambas resisten sin esfuerzo una comparaci¨®n internacional, invirtiendo en ello un 20% menos de recursos anuales que en la media de la OCDE (1,2 % del PIB, respecto a 1,5% del PIB).
El balance general no es catastr¨®fico como se pretende, ni mucho menos, aunque hay ¨¢reas de la actividad universitaria que pueden y deben ser mejoradas. Y efectivamente, la universidad espa?ola es un puntal de nuestro futuro y merece una atenci¨®n reformista de primer orden y la atenci¨®n prioritaria de la pol¨ªtica gubernamental. Los objetivos de ese impulso no pueden ser otros que ampliar la excelencia acad¨¦mica y cient¨ªfica y mejorar mucho el rendimiento social del gasto universitario (p¨²blico y privado).
Seguramente estamos de acuerdo en que reformar la gobernanza de las universidades (p¨²blicas suponemos) ayudar¨ªa a ello. Aunque no es un caso ¨²nico, reconozcamos que hay otras muchas gobernanzas manifiestamente mejorables ?la de la Uni¨®n Europea?, ?la del sistema financiero? , y un largo etc. con efectos mucho m¨¢s letales y que requerir¨ªan una acci¨®n m¨¢s decidida. Pero si estamos decididos a ello, y parece que lo estamos desde el primer d¨ªa de la toma de posesi¨®n del se?or ministro, hay que ser capaces de reconocer que es un tema complejo, delicado, en el que no es f¨¢cil acertar, y en el que es posible incluso empeorar.
Puestos de acuerdo en que conviene cambiar el sistema de gobernanza, aspecto que junto con otros son considerados estrat¨¦gicos en el Documento de la Comisi¨®n Mixta de Financiaci¨®n (26/04/2010), es preciso hacer diana en la elecci¨®n, y para ello parece l¨®gico imitar a los mejores: mucha autonom¨ªa acad¨¦mica, mucha cualificaci¨®n profesional en los m¨¢ximos responsables, fuertes capacidades de auto-organizaci¨®n, empezando por la selecci¨®n de estudiantes, profesores, investigadores y gestores, con un marco laboral a la vez flexible y estable, y la libre fijaci¨®n de precios y salarios; y siguiendo: m¨¢s flexibilidad, menos regulaci¨®n, menos intervencionismo administrativo, menos obligaciones burocr¨¢ticas y m¨¢s evaluaci¨®n externa rigurosa y objetiva., cero de intervenci¨®n pol¨ªtica, menos subvenciones, pero mucha m¨¢s financiaci¨®n p¨²blica y privada por resultados.
Jos¨¦ Antonio P¨¦rez Garc¨ªa (UPV) y Juan Hern¨¢ndez Armenteros (UJA) son economistas y expertos en financiaci¨®n universitaria.
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