Coma sano en el pa¨ªs de las grasas
Los expertos recomiendan una alimentaci¨®n equilibrada, ejercicio moderado y optimismo para mejorar la salud, pero el estilo de vida actual no facilita practicarlos
?Media hora al d¨ªa de ejercicio moderado y una alimentaci¨®n equilibrada son los h¨¢bitos b¨¢sicos de un estilo de vida saludable. Si, adem¨¢s de practicar lo anterior, una persona tiene un estado de ¨¢nimo alegre y optimista, refuerza con todo su sistema inmunol¨®gico la barrera natural del cuerpo para defenderse de ciertas enfermedades. El resultado: m¨¢s salud. Estas recomendaciones de los expertos, por todos conocidas, no siempre son f¨¢ciles de cumplir. El ritmo de vida acelerado, una dieta abundante en grasa, la contaminaci¨®n, el sedentarismo o el des¨¢nimo generalizado por la situaci¨®n econ¨®mica act¨²an en contra.
El estilo de vida de la sociedad del siglo XXI amenaza con debilitar nuestro sistema inmunitario. Una primera alerta es el incremento de los ¨ªndices de obesidad en el mundo, considerada ya una epidemia en los pa¨ªses desarrollados. Esta enfermedad causa, entre otros, efectos negativos sobre la respuesta del sistema inmune ante agentes infecciosos. El aumento de afectados tiene que ver en parte con la inactividad f¨ªsica y una dieta poco recomendable que cada vez incluye m¨¢s carne y l¨¢cteos, en detrimento de los cereales, frutas y hortalizas, seg¨²n alerta la Organizaci¨®n para la Agricultura y la Alimentaci¨®n (FAO). Tambi¨¦n disminuye el funcionamiento del sistema inmune por una infraexposici¨®n a los ant¨ªgenos (sustancias que, introducidas en el organismo, inducen la formaci¨®n de anticuerpos), debido a los h¨¢bitos de higiene que, aunque evitan riesgos, tienen la contrapartida de no forzar al cuerpo a defenderse. Y, sin embargo, tenemos que hacer frente a m¨¢s adversidades ambientales relacionadas con el incremento de la contaminaci¨®n.
Existe, no obstante, la posibilidad de reforzar esa barrera natural que nos protege. Pero no es una opci¨®n f¨¢cil en una sociedad que recomienda un estilo de vida saludable y pone a la vez las trabas para practicarlo. Los retos y posibilidades para proteger el sistema inmunitario centraron el debate que mantuvieron esta semana la doctora Mar Garrido, secretaria de la Sociedad Espa?ola para el Estudio de la Obesidad; Juan Jos¨¦ Montoya, director de la Fundaci¨®n Universidad Alfonso X El Sabio y especialista en medicina deportiva; Carmen Vidal, catedr¨¢tica de Nutrici¨®n y Bromatolog¨ªa de la Universidad de Barcelona; Juan Cruz Cigudosa, investigador del Centro Nacional de Investigaciones Oncol¨®gicas, y Eduardo Punset, escritor y divulgador cient¨ªfico, en un encuentro organizado por EL PA?S y Danone.
? Primer obst¨¢culo: la crisis. La situaci¨®n econ¨®mica ha creado un estado generalizado de decaimiento y miedo. ?Influye el ¨¢nimo en el sistema inmunitario? ¡°Dicen los cient¨ªficos que en un 20%¡±, abre la veda Punset. El divulgador cree que deber¨ªan estudiarse m¨¢s aspectos como la soledad o la tristeza y su influencia en el peor funcionamiento del cuerpo.
Pero la crisis no solo afecta a la salud porque genera malestar. La investigaci¨®n tambi¨¦n sufre los recortes, lo que frena el avance cient¨ªfico y m¨¦dico. ¡°La ciencia depende demasiado del sector p¨²blico¡±, argumenta Punset. ¡°Es m¨¢s importante profundizar en el conocimiento que la disponibilidad de recursos¡±. Hay que poner a trabajar la imaginaci¨®n, comenta. ¡°El estr¨¦s y la mala alimentaci¨®n inciden en el sistema inmunitario. Y puede estar todo encadenado¡±, a?ade la nutricionista Carmen Vidal: ¡°Una persona agobiada est¨¢ menos motivada para llevar un estilo de vida sano¡±.
Los pueblos con m¨¢s parques tienen menos obesidad infantil
? Alimentaci¨®n y ejercicio. ¡°Hasta hace no mucho com¨ªamos para vivir, no para estar sanos¡±. Vidal cree que no ha calado lo suficiente en la sociedad que la alimentaci¨®n influye en el sistema inmunol¨®gico y, por tanto, en las posibilidades de contraer enfermedades. ¡°Irving Rosenberg me dec¨ªa hace ocho a?os que lo ¨²nico que cuenta es la dieta¡±, interviene Punset.
La afirmaci¨®n del doctor Rosenberg, especialista en aparato digestivo, puede resultar un tanto exagerada, pero el control de la nutrici¨®n ser¨¢ cada vez m¨¢s importante en tanto que la obesidad ya es considerada una epidemia por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. Afecta a uno de cada 10 adultos en el mundo. M¨¢s de 1.500 millones de personas mayores de 20 a?os tienen sobrepeso, de los que 500 millones son obesos. Pero este problema afecta tambi¨¦n, y crecientemente, a los menores. En 2010, eran 43 millones los ni?os que ten¨ªan sobrepeso, 35 millones viv¨ªan en pa¨ªses desarrollados.
La industria alimentaria abusa de los mensajes saludables
En el avance de esta epidemia participan, adem¨¢s de un componente gen¨¦tico, factores controlables como la alimentaci¨®n, el ejercicio, las horas de sue?o, el estr¨¦s, e incluso aspectos emocionales. ¡°La obesidad favorece el desarrollo de otras enfermedades importantes y puede reducir la esperanza de vida¡±, alerta Garrido. Se asocia, de hecho, a complicaciones como la diabetes tipo 2, hipertensi¨®n, alteraciones metab¨®licas y hormonales, artritis, problemas psicol¨®gicos y aumenta el riesgo de padecer algunos tipos de c¨¢ncer e infecciones.
¡°Conocemos los h¨¢bitos para combatir el exceso de peso, pero estamos inmersos en una sociedad un tanto perversa, que ofrece lo contrario de lo que recomienda¡±, apunta Garrido. Aunque la experta reconoce que muchas instituciones y personas est¨¢n concienciadas sobre la importancia de la alimentaci¨®n, cree que ¡°el bombardeo¡± de publicidad de productos no saludables afecta a los h¨¢bitos, sobre todo de los m¨¢s peque?os. Vidal ahonda en esta idea: ¡°El progreso est¨¢ asociado al sedentarismo. Ni para subir la ventanilla del coche tenemos que ejercitar los m¨²sculos del brazo¡±.
La falta de actividad f¨ªsica en la vida cotidiana se puede compensar con ejercicio. ¡°Pero no vale cualquier deporte para mejorar el sistema inmune¡±, interviene Juan Jos¨¦ Montoya, experto en medicina deportiva. ¡°Para que resulte beneficioso, tiene que ser moderado, de una media hora al 70% de capacidad m¨¢xima¡±. Aunque ejercitarse es una opci¨®n personal, las instituciones pueden contribuir: con espacios para que jueguen los ni?os, instalaciones polideportivas y programas para mayores. ¡°Hay un estudio que revela que los pueblos con m¨¢s metros de parques tienen menos obesidad infantil¡±, argumenta.
El deporte es especialmente importante en los ni?os porque adquirir¨¢n h¨¢bitos para el futuro, pero tambi¨¦n en los mayores. ¡°En la vejez se produce la inmunosenescencia¡±, explica Cigudosa. Este proceso, por el que sistema inmunitario se debilita, se puede prevenir y retrasar. ¡°A partir de los 65 a?os hay m¨¢s riesgo de c¨¢ncer y es en gran parte porque el sistema inmune funciona peor¡±, destaca el experto. La clave, de nuevo, una dieta equilibrada y ejercicio.
? ?Comida inteligente? Conocida la importancia de la nutrici¨®n para el mejor funcionamiento del sistema inmunol¨®gico, cabe preguntarse qu¨¦ puede hacer la ciencia de una parte y la industria alimentaria de otra. La nutrigen¨®mica tiene mucho que decir en este debate, seg¨²n Cigudosa. Se trata, explica, del estudio de c¨®mo afecta la comida a los genes y con ello al desarrollo de determinadas enfermedades. ¡°La predisposici¨®n a que algunos alimentos te sientan bien o mal¡±, resume. Cigudosa cree que no se est¨¢n aplicando estos conocimientos para una mejora de la salud de las personas. ¡°?Pero los m¨¦dicos no est¨¢n formados en gen¨®mica!¡±, se?ala Punset. Montoya no cree que sea un problema de formaci¨®n. ¡°Es una cuesti¨®n de dinero. La nutrigen¨¦tica llegar¨¢ cuando nuestro nivel econ¨®mico nos lo permita¡±.
La UE solo aprob¨®? el 20% de las alegaciones de salud de los alimentos
Carmen Vidal anota que tambi¨¦n hay estudios sobre elementos no nutricionales en los alimentos que ayudan a prevenir enfermedades. ¡°Los probi¨®ticos, por ejemplo, son organismos vivos que tienen la capacidad de sobrepasar el est¨®mago a pesar de la acidez y estimulan el sistema inmunitario en el intestino¡±.
Pero el abuso de la industria para vender productos publicitando propiedades beneficiosas que muchas veces no eran tales, ha generado desconfianza en los consumidores y las autoridades.
La EFSA, organismo europeo para la seguridad alimentaria, puso coto en 2008 a esa pr¨¢ctica. Un comit¨¦ de cient¨ªficos de la UE tiene que acreditar las bondades que se le atribuyen a los alimentos. De las 3.500 solicitudes de empresas revisadas, solo el 20% ha pasado el examen. ¡°Se les ha ido la mano en el sentido restrictivo¡±, se queja Vidal. ¡°Tiene que haber un consenso para cuantificar los efectos de los alimentos funcionales¡±.
? Conclusiones. La prevenci¨®n es importante para el buen funcionamiento del sistema inmunitario. ¡°Pero hay una parte que no podemos controlar: la predisposici¨®n¡±, puntualiza Cigudosa. El investigador invita a reforzar ¡ªcon un estilo de vida saludable¡ª este mecanismo de defensa para retrasar su proceso de degradaci¨®n en la vejez. ¡°Es fundamental que funcione bien, porque es el fallo en el sistema inmune el que permite que un tumor crezca, se escape de su control y no se pueda eliminar¡±, explica.
No podemos cambiar nuestros genes, pero tenemos margen para la mejora de nuestras defensas naturales con pr¨¢cticas sobre las que s¨ª tenemos control. Otra cuesti¨®n es si podemos y nos dejan.
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