La reforma laboral perjudica gravemente la salud
En las tres ¨²ltimas d¨¦cadas, la ¡°globalizaci¨®n¡± neoliberal ha producido una fuerte ¡°reliberalizaci¨®n¡± de los mercados financieros, una enorme concentraci¨®n del poder econ¨®mico privado, un aumento del control de las corporaciones sobre los Estados y la tendencia a ¡°limitar¡± democracias muy restringidas. Contrariamente a la ret¨®rica conservadora com¨²nmente utilizada, los Estados han jugado -y siguen jugando- un papel esencial en el desarrollo de las pol¨ªticas neoliberales tal y como muestran las enormes ayudas econ¨®micas destinadas a los rescates financieros, las reducciones del gasto p¨²blico y prestaciones sociales, las privatizaciones de la sanidad y la educaci¨®n, o el permanente ataque a las organizaciones y derechos sociales y sindicales. En ese contexto, la reciente reforma laboral impuesta sin debate p¨²blico ni negociaci¨®n social por el gobierno del PP representa en Espa?a una pieza clave en la profundizaci¨®n de esas pol¨ªticas.
Aunque el Gobierno asegura que es ¡°un proceso necesario e inevitable¡±, que es una reforma ¡°equilibrada¡± donde ganan empresarios y trabajadores, o que ayudar¨¢ a los j¨®venes a tener ¡°un horizonte de futuro¡±. Nada de ello es cierto. En realidad, la reforma laboral es una opci¨®n pol¨ªtica e ideol¨®gica, que representa una agresi¨®n sin precedentes hist¨®ricos a los derechos de la poblaci¨®n trabajadora y los j¨®venes. El objetivo de la reforma es evidente: reforzar a¨²n m¨¢s el poder empresarial y debilitar a sindicatos y trabajadores a trav¨¦s de abaratar y facilitar los despidos, prescindir de los convenios colectivos fortaleciendo los ¡°acuerdos¡± individuales, y precarizar el mercado laboral. El efecto de todo ello ser¨¢ muy profundo y de largo alcance, y no s¨®lo por lo que hace a las condiciones laborales sino tambi¨¦n a la salud y calidad de vida. Aunque a¨²n tardaremos en disponer de las investigaciones que permitan medir su impacto, el conocimiento actual permite, plausiblemente, anticipar sus principales consecuencias.
La primera es aumentar el desempleo, lo cual tiene graves consecuencias para la salud p¨²blica. Uno de cada 5 parados europeos vive en el Estado espa?ol (5,2 millones) y tanto el PP como el PSOE estiman que la reforma empeorar¨¢ la situaci¨®n hasta acercarnos a los 6 millones de parados a finales de 2012. El desempleo no s¨®lo paraliza carreras profesionales, crea miedo y reduce la autoestima personal, tambi¨¦n aumenta el riesgo de padecer problemas de salud, morir prematuramente o suicidarse. El estr¨¦s cr¨®nico, por ejemplo, aumenta el riesgo de padecer depresi¨®n y enfermedades cardiovasculares, y consumir drogas. Cada problema es mucho peor a¨²n en las familias obreras, los pobres e inmigrantes, y las madres solas con hijos. La segunda consecuencia es aumentar la precariedad laboral y el empleo informal. Los cientos de miles de subempleados, trabajadores sumergidos o informales, y otras m¨²ltiples formas de precariedad laboral (vulnerabilidad, salarios y protecci¨®n escasa, pocos derechos e incapacidad de ejercerlos) sufren un fuerte impacto sobre su salud. Ya en 2005 la precariedad laboral afectaba a casi la mitad de la poblaci¨®n asalariada espa?ola alcanzando un 90% en las mujeres obreras, inmigrantes y j¨®venes. La precariedad y la informalidad tienen un fuerte impacto negativo sobre la salud y la calidad de vida. La tercera consecuencia es empeorar las condiciones de trabajo. La reforma aumenta la flexibilidad interna de las empresas. Es conocido que la inseguridad laboral cr¨®nica empeora la salud f¨ªsica y mental y aumenta el n¨²mero de visitas m¨¦dicas. La distribuci¨®n irregular de la jornada de trabajo, en especial el trabajo a turnos o la prolongaci¨®n de la jornada, aumentan la fatiga, los accidentes, las enfermedades, los trastornos del sue?o y la conciliaci¨®n de la vida familiar. Todo ello aumentar¨¢ los riesgos laborales, las enfermedades y accidentes de trabajo y el riesgo de muerte prematura. La cuarta consecuencia es reducir la participaci¨®n en salud laboral. Numerosos estudios muestran la estrecha relaci¨®n existente entre una mayor participaci¨®n de los trabajadores (en sus diversas formas de representaci¨®n y con los delegados de prevenci¨®n) y un mayor nivel de salud. Debilitar los convenios colectivos y fortalecer los ¡°acuerdos¡± individuales en las empresas debilita la participaci¨®n sindical y la posibilidad de reducir los riesgos laborales y aumentar la salud laboral. La quinta consecuencia es fomentar el ¡°presentismo¡± laboral, es decir, la presencia de trabajadores en sus puestos de trabajo a¨²n y estando enfermos a causa del miedo al despido y la precariedad. El presentismo, m¨¢s frecuente en colectivos con dificultades para hacer valer sus derechos, ha aumentado en los ¨²ltimos a?os en Espa?a, lo que conlleva que muchos trabajadores pasan m¨¢s horas de las establecidas en sus puestos de trabajo. Dado que faltar al trabajo puede suponer ser despedido con m¨¢s facilidad, ahora el trabajador casi no tendr¨¢ ni el derecho a ¡°ponerse enfermo¡±. Todo ello aumenta el n¨²mero de errores y riesgos, deteriora la salud y empeora el bienestar y la vida familiar. La ¨²ltima consecuencia ser¨¢ aumentar la pobreza y la desigualdad. El desempleo, la precariedad y la reducci¨®n de salarios aumentan el n¨²mero de ¡°trabajadores pobres¡± y la desigualdad social. Adem¨¢s, tambi¨¦n empeora la situaci¨®n de quienes trabajan, en quienes aumenta la inseguridad y la presi¨®n para aceptar reducir sus salarios. Tanto la pobreza como la desigualdad social son determinantes sociales fundamentales que influyen negativamente en la salud y el aumento de desigualdades en salud.
En el actual contexto de crisis econ¨®mica capitalista, la puesta en pr¨¢ctica de la reforma laboral significa un enorme paso atr¨¢s que no s¨®lo empeora las condiciones sociales, de empleo y trabajo, sino que tiene graves consecuencias que perjudicar¨¢n muy negativamente la salud de las personas y de las familias.
Joan Benach forma parte del Grupo de Investigaci¨®n en Desigualdades en Salud (GREDS-EMCONET, Universidad Pompeu Fabra). Firman tambi¨¦n el texto C. Muntaner, M. Men¨¦ndez y G.Tarafa (GREDS-EMCONET), y N. Moreno, S. Moncada y C. Llorens (ISTAS-BARCELONA).
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