?D¨®nde est¨¢n sus se?or¨ªas?

Ana Botella, alcaldesa de Madrid, est¨¢ decidida a enarbolar la bandera del compromiso y la dedicaci¨®n de los pol¨ªticos. El Ayuntamiento de la capital est¨¢ confeccionando un nuevo reglamento de la instituci¨®n que contempla que los concejales que no cumplan con sus obligaciones podr¨¢n ser sancionados si dejan de asistir de forma reiterada o injustificada a los plenos o a determinados ¨®rganos colegiados. ¡°Dependiendo de la gravedad de la infracci¨®n ¡ªausencias¡ª perder¨¢n m¨¢s o menos d¨ªas de sueldo, aunque no se les retire su condici¨®n de concejal al tratarse de un derecho que adquirimos por ser elegidos en las urnas¡±, dice el texto que, de momento, es un borrador, aunque cuenta con el consenso del resto de grupos de la C¨¢mara (PSOE, UPyD e IU). El importe de las multas es una inc¨®gnita porque a¨²n no se sabe si las fijar¨¢ la mesa o cada grupo por su cuenta.

La iniciativa se inscribe en el deseo de Botella de actualizar un reglamento obsoleto que no contemplaba actuaciones que se dan de hecho: que la alcaldesa responda a preguntas de la oposici¨®n o que los ediles dejen de percibir dietas por asistir a las reuniones de los consejos de administraci¨®n de empresas p¨²blicas. ¡°La verdad es que los concejales acuden puntualmente a los plenos y a las comisiones. Se ha hecho por ejemplaridad¡±, sostiene una fuente municipal. Quiz¨¢ la idea fuera esa, pero ha destapado la caja de los truenos en un momento de crisis y en el que la Red hierve comentando la dedicaci¨®n de concejales, diputados o senadores.

Uno de los advenedizos en la pol¨ªtica, el actor y ahora diputado por UPyD, Toni Cant¨®, contribuy¨® a ese debate el 8 de febrero, en el primer pleno del Congreso de esta legislatura, al cuestionar la conducta de sus compa?eros. Cant¨® colg¨® en su cuenta de Twitter dos fotograf¨ªas que generaron un enfado may¨²sculo entre la mayor¨ªa de parlamentarios: dos im¨¢genes de un hemiciclo semivac¨ªo cuando se debat¨ªan cuatro proposiciones econ¨®micas. ¡°Hoy no puede estar m¨¢s desangelado¡±, denunciaba el actor, que desat¨® una furibunda reacci¨®n en la C¨¢mara.

Algunos debates son rituales del siglo XIX, dicen los expertos

Antonio Gallego, diputado por Barcelona del Partido Popular (PP), era de los pocos parlamentarios que sal¨ªa en los retratos que hizo Cant¨®. Esa noche, antes de volar a Barcelona, supo que su rostro figuraba en el Twitter y replic¨®: ¡°No puede ser m¨¢s tonto: que vuelva a la far¨¢ndula. Sin acritud¡±. El actor se disculp¨®, pero semanas despu¨¦s el incidente a¨²n le dol¨ªa a Gallego. ¡°Me atrevo a hablar en nombre de todos los diputados¡±, explic¨®. ¡°Es de mal compa?ero hacer una foto para denunciar que a determinada hora de determinado d¨ªa no hay nadie en la bancada. Es como si quisiera decir que el resto somos unos vagos¡±. Y record¨® que Cant¨® ignoraba que ese d¨ªa 10 ministros comparec¨ªan en el Senado. O algo de la vida diaria de un diputado: ¡°Quiz¨¢ no sab¨ªa que est¨¢n en sus despachos manteniendo reuniones con los sectores o preparando intervenciones o redactando un art¨ªculo. No estar en el esca?o no quiere decir no trabajar: quiz¨¢ eso ¨¦l no lo sab¨ªa¡±, ironiz¨®.

El episodio provoc¨® que el presidente del Congreso, el popular Jes¨²s Posada, remitiera una semana despu¨¦s una circular a los miembros de la C¨¢mara record¨¢ndoles el art¨ªculo del reglamento que les impide tomar fotos del hemiciclo al ser una tarea permitida solo a los periodistas acreditados. La mayor¨ªa ya lo sab¨ªan. Jos¨¦ Bono, el expresidente del Congreso, ya reconvino en su d¨ªa al convergente Carles Campuzano por filmar un inocente v¨ªdeo sobre la sesi¨®n de apertura de la pen¨²ltima legislatura que colg¨® en la red. Bono le avis¨® del riesgo de que pod¨ªa grabar a un diputado en un compromiso.

M¨¢s all¨¢ de la an¨¦cdota, el debate suscitado pone de relieve la perplejidad de muchos ciudadanos cuando la televisi¨®n emite im¨¢genes del hemiciclo con infinidad de esca?os libres en contraste con lo que sucede en las sesiones del control del Gobierno o en los debates de pol¨ªtica general. ?D¨®nde est¨¢n entonces sus se?or¨ªas?

Botella planea un reglamento de la instituci¨®n que sea ejemplarizante

La coincidencia en la respuesta de los afectados, de punta a punta del arco, es abrumadora: trabajando. O en los despachos con visitas. O preparando una interpelaci¨®n. O en una reuni¨®n en un ministerio. ¡°El que m¨¢s trabaja no es el que m¨¢s calienta el esca?o. Que est¨¦s leyendo un informe en tu despacho y no en el hemiciclo no quiere decir que est¨¦s en un spa¡±, a?ade Gallego. La democristiana Nuria de Gispert, presidenta del Parlamento catal¨¢n, comparte esa tesis, pero confiesa que a veces, desde la mesa presidencial, sufre cuando ve la C¨¢mara desierta: ¡°Y pienso: ¡®?Ay esa foto, esa foto!¡±.

El problema no es exclusivo ni del Congreso ni del Parlamento catal¨¢n ni de los hemiciclos de las otras autonom¨ªas. La cuesti¨®n es com¨²n en todas las C¨¢maras de Europa. El catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica Fernando Vallesp¨ªn, que fue presidente del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS), es categ¨®rico. ¡°Si hay un gremio que trabaja las 24 horas al d¨ªa es el de los parlamentarios¡±, sostiene y asegura que los pol¨ªticos est¨¢n sintonizados todo el d¨ªa y disponibles para cualquier reacci¨®n. Su experiencia como presidente del CIS avala esa conclusi¨®n: dice que los diputados que asist¨ªan a las comisiones preparaban de forma concienzuda sus discursos. ¡°Cualquier cosa que se dice queda registrada para los investigadores del futuro. Hay mucho trabajo que no se ve: dos horas de comisi¨®n pueden comportar trabajo de varios d¨ªas¡±, a?ade. ¡°Comprendo su frustraci¨®n: es una labor sorda que luce poco porque sus intervenciones son limitadas¡±.

Frente a esta visi¨®n, Carlos Mart¨ªnez, diputado de UPyD, por Madrid, n¨²mero dos de Rosa D¨ªez ¡ªCant¨® ya no quiere ahondar en el tema¡ª est¨¢ en las ant¨ªpodas: ¡°Yo no s¨¦ si trabajan o no, pero lo que digo es que en los debates no se escucha, el hemiciclo se vac¨ªa y luego los diputados acuden a votar a un debate al que no han asistido. Es normal que la gente est¨¦ decepcionada¡±. Y relata que lo habitual en un pleno de 350 diputados haya solo 100 o 50. ¡°Y, de esos, muchos tienen conversaciones privadas y en voz alta sin que se pueda o¨ªr al orador. Y es cuando el presidente llama la atenci¨®n. O como cuando los diputados de PP y PSOE se jalean mutuamente y es de patio de colegio¡±. En defensa de Cant¨®, critica que no se puedan hacer fotos: ¡°Es decimon¨®nico. No se pueden poner puertas al campo¡±.

Toni Cant¨® (UPyD) enoj¨® a sus compa?eros al colgar fotos del hemiciclo vac¨ªo

Ciutadans es un partido catal¨¢n que comparte con UPyD la visi¨®n radical de la pol¨ªtica, pero su postura es m¨¢s moderada. Aun as¨ª, no reh¨²ye la autocr¨ªtica. La formaci¨®n cuenta en el Parlamento catal¨¢n con tres diputados y su portavoz, Albert Rivera, confiesa que no llegan a todo. Ahora est¨¢ en su despacho haciendo tres cosas a la vez: sigue el pleno por la tele, prepara una interpelaci¨®n a Artur Mas y recibe a este diario. Cree que la C¨¢mara catalana adolece de ¡°mala praxis¡±: ¡°Se podr¨ªa doblar la frecuencia de los plenos y hacer una sesi¨®n diaria a la semana (ahora duran dos y son cada 15 d¨ªas)¡±. Rivera celebra que la ciudadan¨ªa ¡°controle¡± a los pol¨ªticos y apuesta por cambiar el funcionamiento: ¡°Debemos hacer autocr¨ªtica. Hay que explicar que cuando no estamos en la C¨¢mara no estamos en el bar¡±. Por ello, apuesta por abrir el Parlamento a los ciudadanos. Su partido invita desde hace meses a ciudadanos a que asistan a un pleno. Rivera cree m¨¢s en la pedagog¨ªa que en la sanci¨®n, aunque ve con buenos ojos la idea de Ana Botella: ¡°Ser¨ªa incluso extrapolable, con matices, a los Parlamentos¡±.

Joan Herrera fue siete a?os portavoz de Iniciativa per Catalunya (ICV-EUiA) en el Congreso y ahora preside a su grupo en la C¨¢mara catalana. Sostiene que los grupos peque?os asumen un volumen de trabajo enorme en comparaci¨®n con los grandes y revela que hay algunos parlamentarios, sobre todo en estos ¨²ltimos, que se les conoce como los brazos de madera porque ¡°casi nunca intervienen y solo est¨¢n para votar¡±. Ante una foto vac¨ªa del hemiciclo, es tajante: ¡°No es justo. Cuando trabajas m¨¢s es cuando no est¨¢s en ¨¦l¡±. Pero admite que, en algunos debates, sobre todo en ¡°temas sensibles¡±, deber¨ªa haber m¨¢s diputados. Uno sobre la daci¨®n de pago, recuerda, atrajo el inter¨¦s de 15 de los 135 diputados catalanes. Herrera estaba entre ellos.

Fernando Vallesp¨ªn, en cualquier caso, incide en que el sistema electoral no favorece el contacto entre los parlamentarios y los ciudadanos, a diferencia de lo que sucede con el brit¨¢nico, donde la circunscripci¨®n es uninominal y el diputado es elegido en listas abiertas y por distrito. Las campa?as se hacen puerta a puerta y el pol¨ªtico debe rendir cuentas. ¡°El Congreso est¨¢ demasiado mediatizado por los partidos. El pol¨ªtico mantiene el v¨ªnculo con ellos mucho m¨¢s que con los ciudadanos¡±, dice. Pero no hay f¨®rmulas m¨¢gicas: el sistema ingl¨¦s goza de esa ventaja, pero es menos proporcional que el espa?ol. Eso s¨ª, en la C¨¢mara inglesa se ven los mismos vac¨ªos que en la espa?ola.

Vallesp¨ªn: ¡°El gremio que trabaja las 24 horas es el de los diputados¡±

Pero el catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªticas y exrector de la Aut¨®noma de Barcelona (UAB) Josep Maria Valles va m¨¢s all¨¢ y ve otras razones de peso que debilitan al Congreso. Valles, que fue consejero de Justicia con Pasqual Maragall, sostiene que los Parlamentos actuales ya no desempe?an las funciones que les atribuy¨® el Estado liberal: ¡°Ya no son el lugar donde se formulan, se negocian, se adoptan o rechazan las grandes opciones pol¨ªticas¡±. Y da un argumento: salvo ¡°contad¨ªsimas excepciones¡±, lo que se somete al formalismo parlamentario en un pleno est¨¢ ya determinado de antemano en la sede de los partidos. Dice que ning¨²n diputado cambia de opini¨®n y voto en funci¨®n de los discursos de un pleno, por lo que no necesitan estar en ¨¦l; solo ir¨¢n a votar. ¡°El hemiciclo vac¨ªo o semivac¨ªo es la imagen de la contradicci¨®n entre un ritual formalista del siglo XIX, previsto para funciones que el Parlamento ha perdido, y el cometido que ejerce (o podr¨ªa ejercer) un Parlamento del siglo XXI¡±, reflexiona. Y pone este ejemplo de lo que podr¨ªa hacer: el seguimiento puntual y la evaluaci¨®n documentada ¡ª¡°Y no superficial¡±¡ª de la ejecuci¨®n presupuestaria del Gobierno.

Alberto Garz¨®n, diputado de Izquierda Unida por M¨¢laga, que se estrena en este mandato, se qued¨® estupefacto el d¨ªa de la sesi¨®n de investidura de Mariano Rajoy: el hemiciclo se vaci¨® tras la intervenci¨®n del PP y PSOE y le tocaba el turno a CiU. ¡°Yo film¨¦ ese momento. No se qued¨® casi nadie. El v¨ªdeo pas¨® desapercibido porque no me insult¨® un diputado del PP¡±, se?ala en contraste con el revuelo que levantaron las fotos de Toni Cant¨®. Garz¨®n entiende ahora perfectamente al desaparecido Jos¨¦ Antonio Labordeta cuando se encar¨® furioso a la bancada popular para que callara y le dejaran hablar. ¡°El d¨ªa de la investidura¡±, cuenta Garz¨®n. ¡°No pudimos o¨ªr a Cayo Lara porque los diputados socialistas de alrededor no paraban de hablar. Y eso que en atril hay micr¨®fonos¡±.

No entra a discutir si los parlamentarios trabajan o no ¡ª¡°S¨¦ lo que hacemos nosotros: somos 11 diputados para 22 comisiones¡±¡ª, pero s¨ª lo que ve: en los grandes debates, los diputados se van tras la intervenci¨®n del PP y PSOE. ¡°El resumen de la pol¨ªtica es este: se habla para los medios y la gente que sigue el pleno por televisi¨®n; el resto ni te escucha¡±, explica. Y denuncia, por ejemplo, que el ministro de Econom¨ªa, Luis de Guindos, le anul¨® el derecho de r¨¦plica durante la discusi¨®n del decreto de la reforma financiera. ¡°Diputados socialistas me felicitaron, pero hay disciplina de partido y es lo que prima [el PSOE vot¨® a favor]. Tres o cuatro personas deciden y el resto son marionetas. No es justificable, pero casi es compresible que vayan poco. Hasta el presidente indica la hora de la votaci¨®n¡±.

El exrector de la UAB se?ala que la c¨¢mara se vac¨ªa porque no se debate

Al filo de esa reflexi¨®n, C¨¦sar Luena, diputado socialista por La Rioja, rezuma sarcasmo cuando dice que nadie toma im¨¢genes cuando el Congreso est¨¢ lleno en sesiones a las diez de la noche. Pero entiende que en tiempos de crisis es normal que los pol¨ªticos sean supervisados por la ciudadan¨ªa, por mucho que un diputado, como en su caso, deba simultanear el estudio de un asunto de miner¨ªa, otro sobre derechos humanos y un tercero sobre el estatuto de los expresidentes. Harto de las cr¨ªticas, el convergente Campuzano tiene guardada para la ocasi¨®n una met¨¢fora: ¡°Siempre pongo este ejemplo. Cuando uno va a comer a un restaurante, solo ve el plato que te ponen en la mesa y no el trabajo de cocina que hay detr¨¢s¡±.