¡°Lanc¨¦ mi c¨¢mara contra el suelo con The Who¡±
El artista publica sus retratos de los astros musicales de fin de los a?os sesenta
Donde pone el ojo, pone la bala, tanto para disparar con su c¨¢mara Nikon F con la que capt¨® algunas de las im¨¢genes m¨¢s cautivadoras de la historia del rock como para se?alar qu¨¦ es lo que quiere comer. Boquerones y lac¨®n. ¡°Me encantan esta especie de anchoas que hac¨¦is en Espa?a¡±, dice saboreando con patatas fritas los boquerones en vinagre. De sonrisa sincera y una amabilidad venerable, Baron Wolman no es un fot¨®grafo cualquiera. Es el primer fot¨®grafo que tuvo la revista?Rolling Stone, cuando en 1967 los fundadores, Jann Wenner y Ralph Gleason, buscaban a alguien para que se encargase de las fotograf¨ªas ¡°en blanco y negro¡± de la cabecera musical nacida en San Francisco.
¡°Trabaj¨¦ gratis porque ¨¦ramos amateur¡±, cuenta Wolman. ¡°Pero ten¨ªa algo de lo que que no pueden disponer todos los fot¨®grafos que empiezan hoy pueden disponer decir: los derechos de mis im¨¢genes¡±. Eso le ha llevado a recopilar su trabajo en un libro de reciente publicaci¨®n llamado The Rolling Stone Years, un magn¨ªfico documento visual que guarda la esencia loca, agitada y bendita de los a?os de la contracultura a finales de los sesenta en Estados Unidos. ¡°Fui un afortunado. Viv¨ªa en el barrio de Haight-Ashbury en pleno verano del amor¡±, explica este estadounidense de 75 a?os. ¡°Tiraba fotos a todos los hippies que ve¨ªa en los parques y a todos los m¨²sicos que me encontraba por la calle¡±, a?ade.
Algunas de estas instant¨¢neas se han podido ver en Madrid Foto, en la galer¨ªa dedicada a iconos americanos. Entre las que llevaban su firma, se encontraba una de Frank Zappa, subido a un tractor en su casa de Lauren Canyon en 1968. ¡°Viv¨ªa con ese tractor y era espectacular el piano que ten¨ªa en el sal¨®n¡±, afirma. Pero tambi¨¦n otra de Jimi Hendrix en pleno ¨¦xtasis con la guitarra. ¡°Era imposible hacer una foto mala a Hendrix. Ten¨ªa m¨¢s estilo que nadie¡±, dice. ¡°Por aquella ¨¦poca ten¨ªamos acceso libre al escenario, no como ahora¡±. Mientras pica del lac¨®n, cuenta c¨®mo ese privilegio le permiti¨® disparar tirar una fotograf¨ªa con todas las guitarras de Jimmy Page colocadas sobre el escenario. Hace dos a?os, conoci¨® a Page en otro concierto y le cont¨® que era el autor de esa imagen. ¡°?Tengo esa foto en grande en mi casa!¡±, le dijo Page al fot¨®grafo. Tambi¨¦n conoci¨® a Pete Townshend. ¡°Nunca entend¨ª por qu¨¦ destrozaba las guitarras contra el suelo. Me dijo que probase un d¨ªa con mi c¨¢mara. Y as¨ª lo hice en uno de sus conciertos. No repito¡±, r¨ªe.
"Tiraba fotos a todos los hippies que ve¨ªa en los parques de San Francisco"
Sin embargo, su mejor recuerdo es para Janis Joplin. Le pidieron un gran reportaje gr¨¢fico, pero Wolman no pudo ir a su actuaci¨®n. Llam¨® a la cantante y la invit¨® a su casa. ¡°Decor¨¦ mi sal¨®n como si fuera un escenario, con las luces y el micr¨®fono. ?Se meti¨® en el papel tanto que me dio un concierto privado! Fue maravilloso¡±, cuenta entusiasmado. En 1970, dej¨® Rolling Stone porque buscaba otras motivaciones profesionales. Se dedic¨® a captar im¨¢genes de deportistas, paisajes ¡ª¡°me compr¨¦ un avi¨®n y tiraba fotos mientras lo pilotaba¡±¡ª y celebridades culturales. Nabokov, Graham Green o Burruoghs pasaron por su objetivo. ¡°Sammy Davis Jr. me invit¨® a su casa. Me recibi¨® en bata, se respiraba paz. Pero vi una gran pecera con pira?as en un pasillo. Cuando le pregunt¨¦ porque ten¨ªa esos peces salvajes junto a otros, me dijo: para recordar que el pez grande siempre quiere comerse al chico¡±.
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