El aliento de Megaupload
El mundo necesita un pacto mundial contra la pirater¨ªa que respete los derechos fundamentales
Seg¨²n una encuesta del CIS hecha p¨²blica esta semana a la pregunta de qu¨¦ avance tecnol¨®gico considera la gente que ha transformado m¨¢s la sociedad, la mayor¨ªa (el 44,5%) responde que Internet. Que la red ha revolucionado nuestro mundo es un hecho incontestable, pero que tal revoluci¨®n tambi¨¦n comporta ciertos efectos secundarios que conviene corregir cuanto antes es tambi¨¦n una realidad que ha puesto de manifiesto el Parlamento Europeo al rechazar el acuerdo internacional promovido por Estados Unidos contra la pirater¨ªa llamado ACTA (Anti-Counterfeiting Trade Agreement).
Considera la Euroc¨¢mara por una aplastante mayor¨ªa que este acuerdo es muy ambiguo y deja la puerta abierta al abuso y a la persecuci¨®n penal sin intervenci¨®n judicial y que merma la libertad individual y la seguridad jur¨ªdica.
A Espa?a no le afecta excesivamente este rechazo. Primero porque ya dispone de la llamada Ley Sinde contra las descargas ilegales ¡ªcon intervenci¨®n judicial¡ª y segundo porque el Gobierno de Rajoy ya ha ratificado el ACTA para que Espa?a no perpet¨²e su dudoso honor de ser campeona de la pirater¨ªa. Cada cual puede extraer su opini¨®n particular sobre el ACTA. La Comisi¨®n Europea lo ha traducido a todos los idiomas oficiales de La Uni¨®n en su p¨¢gina web. Sin embargo, ante estas batallas que tanto se prolongan en el tiempo ¡ªes la sexta vez que la Euroc¨¢mara se pronuncia en contra del acuerdo¡ª, resulta imposible evitar la sensaci¨®n de que mientras los legisladores se devanan por encontrar el justo equilibrio entre privacidad, presunci¨®n de inocencia y persecuci¨®n del delito, la industria cultural se desangra a una velocidad de v¨¦rtigo por culpa de la pirater¨ªa y las descargas de obras que no respetan los leg¨ªtimos derechos de autor.
Con Internet, las sociedades viven en una sorprendente esquizofrenia. La gente es capaz de comprarse el ¨²ltimo y m¨¢s caro modelo de lector electr¨®nico para a rengl¨®n seguido criticar que bajarse un libro de Vargas Llosa cueste casi diez euros. La gente paga cada mes una gruesa factura de tel¨¦fono por tener acceso r¨¢pido a internet pero sigue defendiendo que la gratuidad de lo que circula por la red es irrenunciable.
Ninguna ley contra la pirater¨ªa lograr¨¢ terminar con ella como ninguna otra norma contra cualquier tipo de delito m¨¢s o menos grave acaba con ¨¦l. Pero, para empezar, convendr¨ªa que los ciudadanos fu¨¦ramos m¨¢s conscientes de lo que supone la pirater¨ªa, si bien la mejor campa?a contra ella es la que de manera involutaria protagoniz¨® en enero pasado Kim Schmidt Dotcom, el due?o de Megaupload, detenido por el FBI en Nueva Zelanda. El propietario de este gran portal de descargas vive en una lujosa mansi¨®n valorada en 24 millones de d¨®lares en la que guarda, entre otros bienes, 18 veh¨ªculos de lujo y 11 millones en met¨¢lico. Ahora est¨¢ en libertad condicional y ganando pleitos por una actuaci¨®n policial que sus abogados han logrado que se declare ilegal.
A pesar de la obscenidad de sus gigantescos beneficios, el se?or Dotcom (nombre por el que es conocido) pretende convertirse en un h¨¦roe de culto. Est¨¢ muy activo en Twitter y hasta recibe a algunos de sus admiradores en su lujosa casa, de manera que la abandonan fascinados. Creo, sin embargo, que el descubrimiento de Dotcom ha marcado un hito en sentido contrario, que la mayor¨ªa de la gente se ha visto obligada a abandonar la candidez con la que asum¨ªa que internet es un espacio libre de viejas reglas en el que impera un altruista intercambio de conocimiento.
El caso de Dotcom, con su negocio millonario y planetario, demuestra que internet necesita reglas de manera urgente y que estas tambi¨¦n deben ser planetarias. ACTA no puede ser la soluci¨®n si vulnera principios fundamentales de Uni¨®n Europea, una de las regiones del mundo que m¨¢s se juega en asuntos de propiedad intelectual. Pero un acuerdo internacional es imprescindible y los legisladores har¨ªan bien en acelerar los procesos. De la campa?a en su favor sigue encarg¨¢ndose Dotcom, que ha aplaudido desde su lujosa casa la decisi¨®n de la Euroc¨¢mara de rechazar el ACTA en un tuit asegurando que su servicio de Megaupload volver¨¢ "m¨¢s grande, mejor y m¨¢s r¨¢pido".
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