De la mujer-mujer a la mujer-madre
La reforma de la ley del aborto y los recortes en partidas vitales para la igualdad disparan la alarma sobre el papel que el PP reserva al sexo femenino ?Hay una marcha atr¨¢s?
![Mujeres de paseo por Madrid en 1959.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/JAIPKMKB5QP6XEX3HUYLQ2ENWU.jpg?auth=22562bc6ed8bb96cf3aca7cf6464084edebf3292cb340ea0f7d512b869249ea3&width=414)
Freno, marcha atr¨¢s. Y hasta viejos aromas de Secci¨®n Femenina, seg¨²n los m¨¢s cr¨ªticos. El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, ha destapado el frasco de las esencias arcaicas. ¡°La libertad de la maternidad es la que hace a las mujeres aut¨¦nticamente mujeres¡±, defiende el pol¨ªtico empe?ado en restringir el aborto hasta descartarlo incluso en caso de malformaci¨®n. ?Es ese el modelo de ciudadana que defiende el PP? ?Llega la ¡°mujer-madre¡± tras la ¡°mujer-mujer¡± acu?ada por Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar?
¡°No¡±, responden muchas voces populares. De hecho, los planteamientos del ministro sobre el aborto han ca¨ªdo como un jarro de agua fr¨ªa en algunos sectores del partido, pero la divergencia se ventila en casa, no en p¨²blico. Sin embargo, la duda queda sembrada para muchos expertos en un pa¨ªs sacudido, adem¨¢s, por una crisis que ara?a la igualdad entre sexos. Los recortes del Gobierno en gasto social perjudican especialmente a las mujeres: da?an el Estado de bienestar, el principal aliado de las ciudadanas para la equiparaci¨®n porque les alivia de su carga hist¨®rica, los cuidados de ni?os y mayores que dificultan su incorporaci¨®n a un mundo laboral ahora tambi¨¦n en precario. Ah¨ª est¨¢, por ejemplo, el tajo a la dependencia. Con todo esto sobre la mesa, se abre, adem¨¢s, la controversia del aborto, ¡°la libertad m¨¢s emblem¨¢tica de las mujeres, porque representa el derecho a decidir sobre el propio cuerpo¡±, define la soci¨®loga Marina Subirats.
¡°El problema n¨²mero uno es que el PP no tiene un modelo de mujer. Hay muchas cosas que no les gustan y reparan m¨¢s en eso, pero se ven pillados en una trampa: tienen hijas o hermanas que viven diferente. Tienen tentaciones arcaizantes y muy dispersas, como las de la Iglesia, pero no una doctrina unificada sobre la repercusi¨®n de la libertad de las mujeres¡±, afirma Amelia Valc¨¢rcel, catedr¨¢tica de Filosof¨ªa Moral y Pol¨ªtica de la UNED. ¡°Que no intenten imponernos su desastroso programa moral. No iba en el programa electoral y la gente no les vot¨® para eso¡±, advierte.
¡°La raz¨®n de fondo del giro del PP tanto en aborto como en pol¨ªticas de igualdad est¨¢ en la presi¨®n de la Iglesia cat¨®lica, que, desde 1995 y aliada con el islam, quiere frenar los cambios de las mujeres para que no salgan del perfil maternidad-domesticidad. Cuidadoras al servicio de los dem¨¢s, que solo trabajen fuera empujadas por la pobreza¡±, analiza Subirats, exdirectora del Instituto de la Mujer. ¡°En la medida en que se pretende volver a la maternidad como valor importante, se vuelve al sustrato de la Secci¨®n Femenina¡±, a?ade esta experta que, a los 69 a?os, tiene fresco aquel recuerdo. De hecho, la frase de Gallard¨®n clava la doctrina falangista y nacionalcat¨®lica. Un planteamiento que la realidad desmiente: la tasa de fecundidad lleva m¨¢s de 30 a?os por debajo del reemplazo generacional (2,1 beb¨¦s por mujer en edad f¨¦rtil). Tener hijos es una opci¨®n, no una obligaci¨®n, sobre la que inciden muchos factores, entre ellos la dificultad de conciliar descendencia y empleo. Las espa?olas, cada vez m¨¢s formadas y volcadas hacia el mercado laboral, se han anclado en torno al promedio de 1,3 hijos. Ser madre no es la ¨²nica forma de ser mujer, pregonan con sus actos.
¡°La raz¨®n de fondo de este giro es la presi¨®n de la Iglesia¡±, dice una experta
Hay quien, como la fil¨®sofa Ana de Miguel, ve en los planteamientos del PP tambi¨¦n una estrategia de clase: ¡°Quieren que sus mujeres o hijas vayan a la universidad y se coloquen muy bien, pero es un modelo ignorante e insolidario porque pretenden que eso solo puedan hacerlo las mujeres que les rodean¡±. ¡°Buscan parar la evoluci¨®n de las mujeres como sujetos libres y con igualdad de derechos para volver hacia el modelo tradicional¡±, a?ade Subirats.
En el partido del Gobierno lo niegan. ¡°No hay un modelo de mujer. En el PP, hablamos de mujeres, en plural. Cada una puede hacer lo que estime y defendemos dos cosas a ultranza: la igualdad, incluido el terreno laboral y salarial, y la libre elecci¨®n, de forma que se pueda optar por ser madre, o no, y que esto sea compatible con el desarrollo profesional¡±, explica la diputada Marta Gonz¨¢lez, portavoz popular en la Comisi¨®n de Igualdad del Congreso. Las pol¨ªticas populares han dado prueba de ello: hay quien tuvo a su hijo soltera y sin pareja, o se cas¨® por lo civil...
¡°Nuestra obsesi¨®n es la igualdad de oportunidades. Ah¨ª est¨¢ la clave para tener instrumentos para competir en todos los ¨¢mbitos¡±, recalca el secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, Juan Manuel Moreno, cuando se le pregunta por el modelo de mujer que defiende el Gobierno del PP. Y nada de discriminaci¨®n positiva para ello. ¡°No somos partidarios de la imposici¨®n, de las cuotas, sino del di¨¢logo y de propiciar un cambio cultural¡±, plantea Moreno, ¡°Espa?a no puede desperdiciar el 50% de su talento, y menos, en tiempos de crisis¡±, zanja. Lo primero qued¨® claro desde el primer d¨ªa: ni Gobierno ni nombramientos paritarios. En lo segundo, los expertos inciden en que el deterioro econ¨®mico se ceba de forma especial con las ciudadanas.
Aunque el hurac¨¢n econ¨®mico golpea sin distinguir sexo (24,72% de tasa de paro para ellos y 24,86% para ellas), las mujeres se resienten m¨¢s, ya que los recortes sociales les afectan en mayor medida. ¡°Hay s¨ªntomas inquietantes que complican la igualdad, como los recortes del Estado de bienestar¡±, afirma la catedr¨¢tica de Sociolog¨ªa Constanza Tob¨ªo, de la Universidad Carlos III. ¡°No se habr¨ªan atrevido a hacerlos, por ejemplo, en dependencia, si no hubiera crisis¡±, apunta esta experta en conciliaci¨®n.
Igualdad: ¡°No somos partidarios de cuotas sino de propiciar un cambio cultural¡±
Pero la hay. Y pone en cuesti¨®n los grandes postulados del PP: la mejor pol¨ªtica de igualdad es el empleo y la conciliaci¨®n es el principal obst¨¢culo para la equiparaci¨®n entre mujeres y hombres. ¡°Los poquitos recursos que tenemos los dedicamos a favorecer el autoempleo femenino. La estrategia es facilitar el emprendimiento¡±, detalla Moreno. ¡°Cualquier mujer puede generar su autoempleo¡±, asegura con rotundidad.
La otra piedra angular de los populares, la conciliaci¨®n ¡ªuna se?a de identidad del PP desde la ¨¦poca Aznar¡ª tiene una soluci¨®n clara, y barata, para el ministerio: ¡°La corresponsabilidad de los hombres en las tareas dom¨¦sticas y de cuidado¡±. Para Moreno, ¡°hay m¨¢s problema por la falta de corresponsabilidad¡± que por el recorte de los servicios sociales. Un planteamiento que sit¨²a la armonizaci¨®n entre trabajo y vida personal sobre todo en el terreno privado y para el que se impulsa la aquiescencia de las empresas: conciliar si la pareja y el jefe est¨¢n por la labor.
¡°Lo que el PP entiende por conciliaci¨®n es el trabajo a tiempo parcial para las mujeres, o el teletrabajo, para que puedan hacerse cargo de los hijos y de los mayores¡±, critica Tob¨ªo. ¡°Si a la conciliaci¨®n se le quita la igualdad, conciliaci¨®n puede ser cualquier cosa¡±, a?ade esta experta, que resalta el papel imprescindible de los servicios de cuidado asequibles para avanzar en la equiparaci¨®n.
¡°Los ajustes en pol¨ªticas sociales tienen m¨¢s incidencia en los sectores m¨¢s vulnerables, especialmente las mujeres¡±, admite Moreno. Pero para luchar contra ello solo tiene un arma: ¡°Audacia para ajustar preservando los derechos de los m¨¢s desfavorecidos¡±.
?Y el recorte de los servicios sociales, como la dependencia, que afectan m¨¢s a las mujeres, principales beneficiarias y cuidadoras? ¡°No caben las trampas jugando al solitario. No tenemos dinero. El pa¨ªs no tiene recursos y hay que marcar prioridades, algo que siempre es doloroso. Hemos preservado la atenci¨®n a la gran dependencia¡±, afirma el secretario de Estado. ¡°Hacer una pol¨ªtica nacional de igualdad con 11 o 12 millones de euros de presupuesto es complicado¡±, admite, ¡°pero la igualdad no se ha ca¨ªdo de la agenda¡±. Sigue en el r¨®tulo de su ministerio, recuerda gr¨¢ficamente, y tampoco se prev¨¦ derogar la Ley de Igualdad, de 2007, que establece la paridad electoral y empuja a las empresas a avanzar en igualdad.
Crisis, recortes y freno tras un avance espectacular de las mujeres, como recog¨ªa el informe sobre la situaci¨®n sociolaboral femenina del Consejo Econ¨®mico y Social (CES).
¡°Ha habido muchos progresos, pero queda mucho por hacer¡±, sostiene uno de sus autores, el dem¨®grafo y economista Juan Antonio Fern¨¢ndez Cord¨®n. ¡°El problema es que se ha roto la din¨¢mica de los avances igualitarios. Se est¨¢n frenando y los recortes no van a favorecer a las mujeres¡±, sostiene. ¡°El paro, el principal problema social, es un buen ejemplo. Saca a las ciudadanas del mercado laboral, y se convierten en inactivas¡±, sostiene. ¡°En un ambiente de desempleo y precariedad, es casi imposible desarrollar medidas igualitarias en los convenios¡±, prosigue. Una consecuencia m¨¢s de una crisis que ahonda ¡°la desigualdad en el reparto de la riqueza¡±.
¡°Las mujeres no pueden volver al papel tradicional. Su camino es de ir¨¢s y no volver¨¢s¡±, plantea Valc¨¢rcel. M¨¢s pesimista, Subirats concluye: ¡°El freno a la vuelta atr¨¢s depender¨¢ de c¨®mo se defiendan los derechos ganados. Si no se protesta, en una crisis se puede imponer lo que se quiera¡±.
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