Fukushima agu¨® la fiesta de la central
Endesa e Iberdrola dejan pasar el plazo para pedir la renovaci¨®n de la nuclear Los crecientes costes en seguridad y la previsi¨®n de nuevos impuestos influyen en la decisi¨®n
A principios de 2011, la central nuclear de Garo?a preparaba una serie de festejos para el mes de abril, cuando cumplir¨ªa los 40 a?os de vida para los que fue inicialmente dise?ada. Superar ese hito bien merec¨ªa una celebraci¨®n, pues era lo que fijaban la ley no escrita, el PSOE y los ecologistas como m¨¢ximo de funcionamiento.
Garo?a, la central m¨¢s antigua de Espa?a, hab¨ªa cruzado el Rubic¨®n. Sin embargo, el 11 de marzo, a solo unas semanas de los festejos previstos y con las invitaciones ya enviadas, un tsunami destroz¨® la central japonesa de Fukushima. El efecto fue enorme sobre toda la industria nuclear, pero mucho m¨¢s sobre Garo?a, cuyo reactor es gemelo al del primero de Fukushima. La central suspendi¨® discretamente sus fastos, y a?o y medio despu¨¦s sigue acusando el golpe. Ni la llegada al poder de un partido pronuclear como el PP termina de salvarla.
Endesa e Iberdrola, propietarias al 50% de la central, han dejado pasar el plazo para pedir la renovaci¨®n de la autorizaci¨®n, que queda ahora con pie y medio en el desguace. La fecha de cierre fijada sigue siendo julio de 2013, la misma que decidi¨® el Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero en 2009. Pese a los repetidos anuncios del PP de que Garo?a no se pod¨ªa cerrar, fundamentados en las supuestas ventajas que tendr¨ªa mantenerla, se aproxima la clausura.
Las el¨¦ctricas alegan que no saben c¨®mo les afectar¨¢ la reforma energ¨¦tica ni los tributos que planea la Junta de Castilla y Le¨®n. Y que eso ¨Cque es seguro que bajar¨¢ la rentabilidad de la planta-, unido a las inmensas inversiones en seguridad derivadas del accidente de Fukushima y las impuestas previamente por el Consejo de Seguridad Nuclear hacen que sea dudosa la rentabilidad de la pr¨®rroga hasta 2019. En el camino quedan las alusiones al empleo en una zona deprimida, a la dependencia energ¨¦tica del exterior y a la necesidad de reducir la emisi¨®n de gases de efecto invernadero. En Garo?a la cuesti¨®n siempre fue el dinero. Y las cuentas ya solo cuadran a martillazos.
Garo?a, la central nuclear de Franco
En 1971, Franco inaugur¨® la nuclear de Garo?a, en Burgos. Era el segundo reactor nuclear en Espa?a y el primero con una potencia (400 megavatios) significativa. Seg¨²n un dise?o de General Electric, la central comenzaba una senda de planes nucleares en Espa?a que siguieron durante casi 20 a?os y que terminaron con la mal llamada moratoria nuclear.
La planta, refrigerada con agua del Ebro, situada muy cerca de la provincia de ?lava, est¨¢ en un precioso y pobre entorno, en una comarca sin m¨¢s industria que esa. Siempre ha sido reconocida dentro del Consejo de Seguridad Nuclear como una de las que mejor funcionaban. En los a?os 90 fue acusada de tener grietas en la vasija, aunque el Consejo siempre estuvo de su parte.
En 2003, tras un acuerdo pol¨ªtico entre PSOE y PP, el Consejo decidi¨® cerrar la nuclear de Zorita (Guadalajara), con lo que los focos pasaron a Garo?a, la m¨¢s antigua. Desde entonces casi todo ha estado en contra de la central.
Primero lleg¨® a La Moncloa Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero (¡°el m¨¢s antinuclear del Gobierno¡±, como se lleg¨® a definir en privado el l¨ªder socialista), que prometi¨® un calendario de cierre nuclear. De cumplirlo, le tocar¨ªa a Garo?a seguro; as¨ª lo pregonaban destacados socialistas. La central ten¨ªa que pedir la renovaci¨®n de licencia en 2009. Como cumpl¨ªa los 40 a?os en 2011, Zapatero pod¨ªa perfectamente cumplir su compromiso de cerrarla cuando cumpliera ese l¨ªmite de vida h¨¢bil para el que fue dise?ada.
Pero lleg¨® la fecha y el Gobierno del PSOE, tras un extra?o proceso administrativo en el que el expediente iba y ven¨ªa, decidi¨® finalmente fijar el cierre en 2013. Hubo divisiones dentro del PSOE y Zapatero encontr¨® menos respaldo del previsto. Con eso, Garo?a superaba los 40 a?os de vida y, sobre todo, el problema quedaba para otro Gobierno.
Las el¨¦ctricas ejercieron toda su capacidad de presi¨®n porque hasta ahora las nucleares han sido una hucha. Son inversiones realizadas hace d¨¦cadas y que no se encargan de gestionar los residuos radiactivos que generan. A¨²n as¨ª, cobran la luz que producen al mismo precio que una central de gas reci¨¦n inaugurada. Eso gener¨® los llamados ¡°beneficios ca¨ªdos del cielo¡±, conocidos desde hace a?os pero que el Gobierno del PSOE nunca ataj¨®.
La cat¨¢strofe de Fukusima cambia el escenario
Cuando parec¨ªa que la planta hab¨ªa superado lo m¨¢s dif¨ªcil y que ten¨ªa el viento de cola, lleg¨® Fukushima. Y sus consecuencias. Alemania, Italia, B¨¦lgica, Suiza, Chile, Estados Unidos¡ cancelaron o paralizaron sus planes nucleares. 25 a?os despu¨¦s de Chern¨®bil, la industria nuclear volv¨ªa a tener un problema de credibilidad. Poco despu¨¦s del tsunami, y por pura deducci¨®n, la banca suiza UBS coloc¨® a Garo?a en la lista negra de centrales que cerrar¨ªan, lo que provoc¨® el enfado de la central.
En Espa?a afect¨® menos que en el resto de Europa. Pese a la ambig¨¹edad del PP en muchos temas en campa?a, lo fue menos en Garo?a. Rajoy era pronuclear y lo dec¨ªa. Miguel Arias Ca?ete, hoy ministro de Medio Ambiente ¨Cy hermano del director de la divisi¨®n nuclear de Endesa-, declar¨® en campa?a que el cierre de Garo?a era ¡°revisable¡±.
Nada m¨¢s llegar al Gobierno, el PP comenz¨® el proceso para renovar Garo?a. Esgrim¨ªa que el empleo de la central era imprescindible; que la dependencia energ¨¦tica del exterior, intolerable; que la p¨¦rdida de tecnolog¨ªa inasumible, y que los consumidores tendr¨ªan que pagar m¨¢s por la luz si cerraba. Hab¨ªa prisa porque la pr¨®rroga nuclear requiere much¨ªsimo papeleo y estudios t¨¦cnicos en el Consejo de Seguridad Nuclear. Lo m¨¢s sencillo en ese plazo era ampliar la vida hasta 2019, puesto que el Consejo ya hab¨ªa realizado los estudios para esa fecha. En julio, Industria aprob¨® la orden ministerial y fij¨® que la central deb¨ªa pedir la pr¨®rroga ¡°con anterioridad al 6 de septiembre¡±, plazo que venci¨® el mi¨¦rcoles.
Para seguir funcionando, Garo?a debe realizar inversiones masivas. En 2009, el Consejo la eximi¨® de dos gravosas obras porque solo iba a funcionar cuatro a?os m¨¢s. Hoy son imprescindibles. Se trata de renovar kil¨®metros de cable y un sistema de asilamiento de la sala de control. A eso se suman las nuevas inversiones derivadas de Fukushima, incluido un b¨²nker para los trabajadores en caso de accidente y un sistema de venteo para evitar una explosi¨®n como la de Jap¨®n.
La empresa no ha dado la cifra de cu¨¢nto costar¨ªa, pero para dar una idea la central Suiza de Muehleberg, id¨¦ntica, ha anunciado que tendr¨¢ que invertir 140 millones de euros para seguir funcionando. Invertir una cantidad equiparable en Garo?a (que tiene menos de la cuarta parte de potencia que Almaraz -C¨¢ceres-, por ejemplo) para solo seis a?os es, como m¨ªnimo, dudoso. Sobre todo, cuando las el¨¦ctricas tiene problemas para acceder al cr¨¦dito y cuando la Comisi¨®n Europea ha dicho que las nucleares en Espa?a reciben ¡°una compensaci¨®n excesiva¡±.
A las inversiones y la reforma energ¨¦tica se suman crecientes dudas de seguridad. B¨¦lgica acaba de detectar fallos graves en la vasija de la central de Doel. Y avis¨® a Espa?a porque el fabricante holand¨¦s de esa vasija tambi¨¦n realiz¨® la de Garo?a, algo que investiga el Consejo.
A todo eso hay que a?adir la crisis y otros factores como la ca¨ªda del precio del gas. Con la ca¨ªda de la demanda el¨¦ctrica, las centrales de gas apenas funcionan. Las el¨¦ctricas se metieron en una espectacular carrera para construir estas plantas ¨Cllamadas de ciclo combinado- y ahora nadie necesita su producci¨®n. Como todo lo que genera Garo?a va a costa del gas, que tambi¨¦n pertenece a las mismas empresas, les quita parte de negocio a Endesa e Iberdrola.
Puede que las el¨¦ctricas est¨¦n jugando a tensar la cuerda, a conseguir mejores condiciones del Ejecutivo. Eso es lo que apuntan en su nota cuando afirman que ¡°en caso de que se despejaran estas inc¨®gnitas en torno a la viabilidad econ¨®mica de la central de Santa Mar¨ªa de Garo?a, estar¨ªa en condiciones de solicitar la renovaci¨®n, puesto que t¨¦cnicamente re¨²ne todos los requisitos para seguir operando de una manera fiable y segura¡±. Y puede que lo consigan y que en el ¨²ltimo momento Garo?a siga abierta.
Aunque cada d¨ªa que pasa es m¨¢s dif¨ªcil, porque no solo har¨ªa falta una nueva orden ministerial, sino que el Consejo deber¨ªa avalar la pr¨®rroga en muy pocos meses. El organismo hab¨ªa dicho que necesitaba tiempo para estudiar el expediente. El pleno del Consejo, compuesto por cinco consejeros ¨Cdos a propuesta del PP, dos del PSOE y uno de CiU¨C no es ni mucho menos antinuclear. Pero tampoco est¨¢ tan politizado en estos momentos como para asumir cualquier orden del Ejecutivo. Es cierto que en 2009 hicieron un informe para el Gobierno en solo unos d¨ªas ¨Ccuando a ¨²ltima hora Miguel Sebasti¨¢n descubri¨® que de la forma que hab¨ªa tramitado el expediente no pod¨ªa darle solo cuatro a?os m¨¢s, sino cerrarla o usarla otros diez a?os-, pero eso gener¨® un enorme malestar en el organismo, que prometi¨® que no volver¨ªa a ocurrir.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Accidente Fukushima
- Debate nuclear
- Central Garo?a
- Iberdrola
- Endesa
- Centrales nucleares
- Accidentes nucleares
- Instalaciones energ¨¦ticas
- Producci¨®n energ¨ªa
- Accidentes
- Empresas
- Pol¨ªtica
- Sucesos
- Econom¨ªa
- Jap¨®n
- Asia oriental
- Asia
- Provincia Burgos
- Castilla y Le¨®n
- Espa?a
- Energ¨ªa nuclear
- Compa?¨ªas el¨¦ctricas
- Sector el¨¦ctrico
- Energ¨ªa el¨¦ctrica
- Energ¨ªa