Por un orden l¨®gico en la psicolog¨ªa sanitaria
El n¨²mero de universidades que imparten estudios de Psicolog¨ªa ha crecido hasta la cuarentena. En el curso 2010-11, m¨¢s de 30.000 alumnos cursaban estos estudios. Por cada dos colegiados hay m¨¢s de un alumno (enti¨¦ndase estad¨ªsticamente). Por comparar: a cada alumno de Enfermer¨ªa o Medicina, carreras protot¨ªpicas de Ciencias de la Salud, le corresponden 15 y 9 colegiados, respectivamente. Y no es que haya pocos psic¨®logos colegiados en Espa?a: hay 55.000, lo que nos sit¨²a entre los pa¨ªses con m¨¢s psic¨®logos por habitante del mundo. Seg¨²n recientes datos de la American Psychological Association (APA), en EE UU hay 27 psic¨®logos por cada 100.000 habitantes. Aqu¨ª, con los datos de 2011, cuadriplicamos esa cifra. Esto refleja, aparte de las singularidades en la planificaci¨®n de nuestra carrera, las dificultades esperadas para la inserci¨®n laboral de esos futuros psic¨®logos.
Aunque la Psicolog¨ªa es una carrera polivalente orientada al trabajo en m¨²ltiples contextos, la rama sanitaria es la preferida. La estimaci¨®n de las organizaciones colegiales es que en torno al 60¨C70 % de los psic¨®logos buscan formaci¨®n de posgrado y trabajo en ese campo. Cuando se ha intentado establecer un orden en esta rama de la profesi¨®n que atiende pacientes, primero, con la creaci¨®n de la especialidad de Psicolog¨ªa Cl¨ªnica (1998) y, luego, con la regulaci¨®n del conjunto de las profesiones y centros sanitarios (2003), se ha evidenciado la hipertrofia de la Psicolog¨ªa acad¨¦mica y su repercusi¨®n en el panorama profesional.
En el curso 2010-11, m¨¢s de 30.000 alumnos cursaban Psicolog¨ªa"
La Ley de Ordenaci¨®n de las Profesiones Sanitarias (Ley 44/2003; LOPS) reconoce, como no puede ser de otro modo, a la Psicolog¨ªa Cl¨ªnica como una especialidad sanitaria, a la que se accede, como en las dem¨¢s especialidades, por el sistema de residencia (conocido como Psic¨®logo Interno Residente; PIR). Pero la LOPS (y el Real Decreto 1277/2003 que establece las bases sobre autorizaci¨®n de centros sanitarios) no inclu¨ªan las actividades de una parte importante de psic¨®logos sin la especialidad cl¨ªnica que ven¨ªan ejerciendo en centros registrados como sanitarios (mayoritariamente en el sector privado). Nada les imped¨ªa seguir trabajando en sus consultas, pero la regulaci¨®n de lo sanitario les exclu¨ªa de este ¨¢mbito (antes cualquier reci¨¦n licenciado pod¨ªa registrar su consulta como centro sanitario sin ning¨²n requisito formativo extra). A partir de ah¨ª, se inici¨® una campa?a de gran parte de la profesi¨®n para que la Psicolog¨ªa en su conjunto fuera reconocida como sanitaria; otros defend¨ªamos que para eso era necesario hacer cambios¡
Buscando una soluci¨®n, el a?o pasado se cre¨® legalmente la figura del Psic¨®logo General Sanitario, una titulaci¨®n de car¨¢cter generalista en el campo de la salud (mental). ?sta viene a reconocer que, si bien no puede considerase a todos los psic¨®logos profesionales sanitarios, s¨ª pueden considerase como tales (adem¨¢s de a los psic¨®logos cl¨ªnicos) a aquellos que tengan una formaci¨®n complementaria de posgrado espec¨ªficamente con contenidos sanitarios.
Es previsible que en este mes de octubre, con un retraso de seis meses respecto a lo inicialmente dispuesto, se publiquen las condiciones de esa formaci¨®n de posgrado por la que se obtendr¨¢ el nuevo t¨ªtulo. Pero, lamentablemente, esta soluci¨®n contiene un problem¨¢tico anacronismo. Dentro de una misma rama, se ha creado una formaci¨®n de car¨¢cter b¨¢sico (un posgrado sanitario) despu¨¦s de la especialidad, de modo que el acceso a la formaci¨®n especializada sigue regulado por un Real Decreto de 2008 que dispone que sea desde el Grado (polivalente, no-sanitario). Lo que significa que se podr¨ªa acceder a la formaci¨®n especializada sin los conocimientos y sin la m¨ªnima experiencia pr¨¢ctica que la nueva regulaci¨®n exige para trabajar en lo sanitario.
El a?o pasado se cre¨® legalmente la figura del Psic¨®logo General Sanitario, una titulaci¨®n de car¨¢cter generalista"
Tras la reclamaci¨®n de las asociaciones profesionales de psic¨®logos cl¨ªnicos, el Director General de Ordenaci¨®n Profesional del Ministerio de Sanidad en la anterior legislatura, Francisco Valero, se comprometi¨® a iniciar los tr¨¢mites para la modificaci¨®n del citado Real Decreto, a fin de que se estableciera como requisito de acceso al PIR haber completado la formaci¨®n sanitaria general (esto es, estar en posesi¨®n del nuevo t¨ªtulo de Psic¨®logo General Sanitario), exactamente igual que sucede en las dem¨¢s profesiones en las que existe un nivel sanitario generalista antes de la especialidad. En este punto existe un claro consenso: tanto las asociaciones profesionales de este ¨¢rea como Consejo General de Colegios Oficiales de Psic¨®logos y la propia Comisi¨®n Nacional de la Especialidad (¨®rgano asesor del Ministerio de Sanidad en estos asuntos) reclaman que se establezca un itinerario secuenciado Grado-M¨¢ster-PIR. De modo que el t¨ªtulo de Psic¨®logo General Sanitario quede claramente como una formaci¨®n generalista dentro de la trayectoria curricular del especialista, y no como una formaci¨®n universitaria alternativa y paralela al PIR para los psic¨®logos de la sanidad privada. Ante el riesgo de que la nueva titulaci¨®n tenga como resultado el que se debilite la preparaci¨®n universitaria de los psic¨®logos cl¨ªnicos, que son precisamente los ¨²nicos psic¨®logos que por ley est¨¢n habilitados para trabajar en el sistema nacional de salud, se ha ofrecido a los ministerios de Sanidad y de Educaci¨®n por distintos medios y en distintos momentos un amplio argumentario a favor del itinerario secuenciado. Entre otras razones, se ha hecho ver que la progresiva acumulaci¨®n de competencias y habilidades que supone cualquier proceso formativo se ve alterada si dejamos de exigir a los futuros especialistas la formaci¨®n universitaria con los contenidos m¨¢s espec¨ªficamente centrados en la salud que el grado no incluye y el sistema PIR no puede ofrecer. Nos resistimos a pensar que los ministerios dedicados a velar por la buena preparaci¨®n de los profesionales sanitarios crean que las lagunas formativas no repercuten en la atenci¨®n prestada a los ciudadanos.
El pasado mes de marzo, el Gobierno, en respuesta a la diputada de Coalici¨®n Canaria, Ana Oramas, escribi¨® que ten¨ªa previsto modificar el real decreto del 2008 ¡°con el fin de abordar, entre otros asuntos, los requisitos de acceso a la formaci¨®n de la especialidad en Psicolog¨ªa Cl¨ªnica¡±. Lamentablemente los contactos posteriores con los responsables de las direcciones generales de Sanidad y de Educaci¨®n pertinentes no han logrado superar la indefinici¨®n de la declaraci¨®n de entonces. No solo es importante que se regule el acceso a la formaci¨®n especializada atendiendo a la nueva configuraci¨®n de la profesi¨®n, pues cualquier ordenamiento es en vano si ignora el orden previo, adem¨¢s es esencial que, para evitar m¨¢s a?os de confusi¨®n y confrontaci¨®n, se haga en el mismo momento en que se regule el m¨¢ster sanitario. Y ese momento es ahora.
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