¡°Se antepone la crisis a nuestra salud¡±
La Asociaci¨®n General de Pacientes denuncia las crecientes dificultades para acceder a los tratamientos innovadores. ¡°La mejor forma de recortar es prevenir¡±, afirman
Los recortes en sanidad ya afectan a los enfermos. De dos maneras. Por un lado, porque despu¨¦s del cambio del copago y la desfinanciaci¨®n de algunos medicamentos tienen que pagar m¨¢s por los tratamientos que necesitan. Por otro, porque ven con impotencia que, por un motivo econ¨®mico, se les niegan las ¨²ltimas novedades. As¨ª lo ha denunciado esta ma?ana la Asociaci¨®n General de Pacientes en un acto en el que ha presentado un manifiesto en el que denuncian esta situaci¨®n. ¡°Se antepone la crisis a nuestra salud¡±, dice Alejandro Toledo, presidente de la asociaci¨®n.
No es un ejercicio te¨®rico. Y si no, que le pregunten a Carmen Varela. Esta mujer, socia de la Asociaci¨®n Catalana de Pacientes con Hepatitis C (Asscat) ¡ª¡°aunque vivo en Madrid¡±, matiza¡ª fue diagnosticada de esa enfermedad hep¨¢tica hace 10 a?os ¡°por casualidad, como muchos¡±. Despu¨¦s de un tiempo con controles, numerosas pruebas ¨Cninguna especialmente barata- como ecograf¨ªas y an¨¢lisis, su m¨¦dico le recomend¨® seguir el tratamiento est¨¢ndar hasta ahora para esta enfermedad: ribavirina e interfer¨®n. ¡°Estuve un a?o y tres meses. Pareci¨® que hab¨ªa resultado, y que el virus estaba inactivo, pero poco despu¨¦s se vio que el virus hab¨ªa vuelto a hacer de las suyas¡±, cuenta.
La noticia no pod¨ªa ser peor. No solo se hab¨ªa malgastado un esfuerzo y un dinero en tratarla sin resultado (con unos efectos secundarios que pueden ser muy duros para los pacientes). Con el virus sin control, la perspectiva de una persona con hepatitis C es desarrollar una cirrosis o un c¨¢ncer hep¨¢tico. Pero Varela vio c¨®mo, hace relativamente poco, aparec¨ªan ¡°nuevos tratamientos¡± (unos inhibidores de un proceso celular que hay que tomar acompa?ado de la medicaci¨®n est¨¢ndar y que ha aumentado en algunos tipos de virus la curaci¨®n del 60% a casi el 100%). ¡°Est¨¢n aprobados aqu¨ª, pero en el hospital me han dicho que no me lo dan porque no hay dinero. Por lo visto tenemos que esperar a ponernos muy malitos y tener una cirrosis o necesitar un trasplante para que nos lo den¡±, se queja.
Un hospital niega una terapia novedosa a una enferma de hepatitis C
No es la ¨²nica. Otro grupo de enfermos que espera con ilusi¨®n un nuevo f¨¢rmaco es el de los anticoagulados. ¡°Despu¨¦s de 60 a?os con el Sintrom, hay un nuevo producto para la fibrilaci¨®n auricular que permite controlar lo sin necesitar de controles peri¨®dicos¡±, dice Luciano Arochena, presidente de Feasan (Federaci¨®n Espa?ola de Asociaciones de Anticoagulados), dice. ¡°Las altas esferas nos dicen que no nos lo dan porque est¨¢ en estudio, que no es por el costo, pero la realidad es la contraria¡±, afirma Arochena. El problema es que ¡°no se puede comprar caja a caja¡±. Porque si solo eso es el criterio, la opci¨®n est¨¢ clara: de los dos euros que cuesta el tratamiento tradicional a los m¨¢s de 90 del nuevo. Pero Arochena, que es ingeniero, cree que hay que mirar m¨¢s all¨¢. El nuevo f¨¢rmaco ¡°no requiere control peri¨®dico, sino uno cada seis meses. Tambi¨¦n se ahorra en tiempo de la enfermera, en las tiras reactivas -a veces se usan cuatro en cada an¨¢lisis y cada una cuesta cinco euros, dice-. Y permite viajar. Tuvimos un paciente que estaba en China. Para hacerse el control tuvo que buscar un hospital, buscar un int¨¦rprete y pagar todo eso. ?Imaginen la factura que present¨®!¡±, dice Arochena.
De las ventajas de este f¨¢rmaco sabe Jos¨¦ Luis de Haro Ortega. Este hombre de 83 a?os lleva unos cinco con tratamiento de anticoagulaci¨®n. ¡°Pero es muy latoso¡±, dice. Un m¨¦dico especialista le recet¨® el nuevo, y empez¨® a tomarlo. ¡°Pero lleg¨® el m¨¦dico del seguro y me dijo que no me lo pod¨ªa recetar porque es muy caro¡±, cuenta. As¨ª que ahora no puede seguirlo, y tiene que plantearse volver al tratamiento anterior, porque no puede pagar los 98 euros que le costar¨ªa seguir con el nuevo. ¡°Vivo en Barcelona, y entre el euro por receta, el cambio del copago y esto le han pegado un buen mordisco a mi pensi¨®n¡±, dice.
La casu¨ªstica es variada. Antonio Canalejo est¨¢ trasplantado de h¨ªgado, y su mujer, de coraz¨®n. Con el cambio del copago las medicaciones que toman han pasado de costarles cero euros, a m¨¢s de 60. ¡°Y todav¨ªa no nos han devuelto nada¡±, dice, aunque son jubilados y han excedido claramente el l¨ªmite marcado por el real decreto de recortes. Canalejo tiene otro problema: uno de los medicamentos que tomaba, el Omacor, ha salido de la lista de los financiados por la sanidad p¨²blica. Y la caja de 100 comprimidos cuesta 68 euros. Toma dos comprimidos al d¨ªa. As¨ª que ahora ha decidido reducir la dosis a uno diario. ¡°Pero me encuentro que las piernas se me hinchan. No s¨¦ si ser¨¢ por eso¡±, dice.
Los anticoagulados denuncian que no pueden acceder a un tratamiento que les libra de un control peri¨®dico?
En teor¨ªa, para ¨¦l existe una excepci¨®n en el decreto, y deber¨ªan pod¨¦rselo recetar. ¡°Pero mi m¨¦dica es muy estricta. Voy a tener que unir a la Inspecci¨®n M¨¦dica a ver si me lo solucionan¡±, dice.
Alejandro Toledo, que presiden tambi¨¦n la Asociaci¨®n para la Lucha contra las Enfermedades de Ri?¨®n (Alcer), pone otro ejemplo. Las distintas medidas auton¨®micas hacen que, por ejemplo, la di¨¢lisis peritoneal, que se puede hacer en casa y es m¨¢s c¨®moda para el paciente tiene una implantaci¨®n muy desigual. Las diferencias entre comunidades son otro de los aspectos que los pacientes critican. ¡°En Navarra y Pa¨ªs Vasco llega a m¨¢s del 20% de los pacientes. En Arag¨®n est¨¢ en el 2% y en la Comunidad Valenciana en el 6%¡±, dice Toledo.
Y la situaci¨®n a¨²n puede empeorar. ¡°Los pacientes aguardamos el desarrollo definitivo¡± del real decreto ley de los recortes de abril de este a?o ¡°con dudas y el temor de que muchas familias no podr¨¢n asumir m¨¢s costes¡±, dice el manifiesto de la Asociaci¨®n general de Pacientes. Por ejemplo, Toledo menciona la futura regulaci¨®n del transporte sanitario no urgente. Por su cargo se ha interesado por los que van a di¨¢lisis. ¡°La ministra [Ana Mato] y la secretaria general de Sanidad [Pilar Farjas] nos han dicho que ese transporte sanitario no urgente va a ser recalificado como vital¡±, dice. Eso supondr¨ªa que la mayor¨ªa lo tendr¨ªa ¡°exento de copago menos el 3% de mayores ingresos, que tendr¨¢n que pagar parte¡±. Es un alivio para unos colectivos que temen que va a tener que apretarse a¨²n m¨¢s el cintur¨®n.
Y, sobre esta incertidumbre, est¨¢ el hecho de las desigualdades en el tratamiento seg¨²n las comunidades. Emilio Iglesia, de Europacolon, no lo entiende. ¡°Al enfermo se le debe dar el mejor tratamiento posible y unificado en todas las comunidades aut¨®nomas. Que el mejor tratamiento sea el ¨²nico que se emplee¡±, dice.
Iglesia, como el resto de los afectados, entiende que hay que ahorrar, pero creen que el punto de mira est¨¢ equivocado. ¡°Debemos estar m¨¢s centrados en prevenci¨®n. La mejor manera de recortar es prevenir¡±, zanja Iglesia. Claro que eso puede suponer tener una visi¨®n a largo plazo: gastar m¨¢s ahora para no tener complicaciones (ictus, ingresos, trasplantes, incapacidades) a medio y largo plazo. Algo que los afectados creen que los pol¨ªticos no entienden.
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