La cultura no es una simple mercanc¨ªa
Hacienda ignora una convenci¨®n de la Unesco al tratar pel¨ªculas, conciertos y obras teatrales como productos de ocio Espa?a se adhiri¨® en 2006 a esta norma para proteger la diversidad cultural
La l¨®gica de Hacienda es marcial. Cine, teatro y conciertos desfilan en el batall¨®n del entretenimiento. Museos, galer¨ªas, bibliotecas o archivos engrosan el cuerpo de ¨¦lite de la cultura. Gracias a esa cuartelaria divisi¨®n del mundo, Eur¨ªpides paga m¨¢s impuestos que Damien Hirst: a efectos fiscales se considera que la exposici¨®n de una vaca abierta en canal y conservada en formol tiene una misi¨®n m¨¢s elevada que una representaci¨®n de Electra. Desde el pasado 1 de septiembre es as¨ª.
Dado que aprobar una subida de 13 puntos en el IVA (del 8% al 21%) que soportan algunas actividades culturales requiere una explicaci¨®n (excepto el libro, que tiene el gravamen superreducido, el resto del sector abonaba por igual un tipo reducido), un alto cargo sin identificar del Ministerio de Hacienda aclar¨® el enigma en una entrevista a la agencia Efe: ¡°El Gobierno ha reclasificado el IVA de ciertos productos de entretenimiento como las entradas de los espect¨¢culos (cine, teatro y otros) que pasan al tipo general del 21%¡±. As¨ª, sin m¨¢s filosof¨ªa, se zanj¨® el misterio. ¡°Tienen una visi¨®n un poco rara sobre la cultura. Tambi¨¦n el Museo del Prado es entretenimiento. No s¨¦ si esas declaraciones eran fruto del desconocimiento. Una parte del cine es entretenimiento, pero el entretenimiento tambi¨¦n es cultura¡±, se?ala el cineasta Agust¨ªn D¨ªaz Yanes, que este a?o se ha estrenado como novelista con la obra Simpat¨ªa por el diablo (Espasa).
Cine, teatro y conciertos pagan ahora el mismo IVA que un gin-tonic
Aunque el alto cargo de Hacienda no se detiene en ello, la medida tiene un alcance que va m¨¢s all¨¢ del bolsillo de espectadores y creadores: el Gobierno acaba de desmarcarse de los principios que hasta ahora ha compartido Espa?a junto a la mayor¨ªa de la comunidad internacional para proteger la diversidad cultural seg¨²n lo establecido en una convenci¨®n de la Unesco.
Aunque cada Estado tiene libertad para aplicar la convenci¨®n en funci¨®n de sus intereses, fuentes de la Unesco interpretan que la medida del Gobierno espa?ol contradice ¡°el esp¨ªritu¡±, pero ¡°no la letra¡± del acuerdo. ¡°La convenci¨®n es un instrumento jur¨ªdico efectivamente vinculante, pero no contiene disposiciones concretas relativas a los productos y servicios culturales¡±, se?alan fuentes de la secretar¨ªa de este organismo.
El mayor IVA de la eurozona
- Con la subida que entr¨® en vigor el 1 de septiembre, Espa?a se ha convertido en el pa¨ªs de la zona euro (17 estados) que aplica el IVA m¨¢s alto a los espect¨¢culos culturales: el 21%. Hasta entonces hab¨ªa soportado un tipo reducido (el 8%).
- Ninguno de los pa¨ªses en situaci¨®n cr¨ªtica y ya intervenidos, como Grecia o Portugal, se acerca al impuesto espa?ol. En Grecia se aplica el 13% y, en el caso del teatro, un 6,5%. En Portugal se gravan los espect¨¢culos con el 13%. Irlanda, que tambi¨¦n necesit¨® un rescate para su sector financiero, lo mantiene en el 9%.
- Los dos ¨²nicos pa¨ªses con un IVA equiparable al espa?ol son Estonia y Eslovaquia, que aplican un 20%.
- En el 10% hay dos econom¨ªas de situaci¨®n bien distinta: la saneada Austria y la tambaleante Italia.
- Finlandia, Eslovenia, Alemania y Holanda aplican entre el 6% y el 9%. En este grupo se encontraba Espa?a antes de la decisi¨®n del Gobierno de pasar los espect¨¢culos culturales del tipo reducido al normal.
- Luxemburgo, Malta, Chipre y Francia son los pa¨ªses con el IVA m¨¢s bajo (entre el 3% y el 5,5%).
- De los 10 pa¨ªses que no pertenecen a la zona euro y s¨ª a la UE, solo Dinamarca (25%) y Hungr¨ªa (27%) gravan m¨¢s los espect¨¢culos que Espa?a.
Milagros del Corral, exdirectora de la Biblioteca Nacional y gran conocedora de los entresijos de la Unesco, recuerda que ¡°la distinci¨®n que tan bien le ha venido a Hacienda para recaudar m¨¢s¡± arranca de un antiguo debate pol¨ªtico y econ¨®mico. ¡°El estreno mundial de la deliberada confusi¨®n de estos dos conceptos data de finales del siglo XX y tiene su origen en las negociaciones de la Ronda Uruguay en la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC). La industria cinematogr¨¢fica de Hollywood hab¨ªa venido utilizando el concepto de entertainment para sus productos, con el objeto de asegurar su libre circulaci¨®n en un mundo que comenzaba a globalizarse. Jap¨®n se situaba en esa misma l¨ªnea. Ya para entonces, Jacques Delors hab¨ªa anunciado que ¡®la cultura no es una mercanc¨ªa como las dem¨¢s¡±.
La mirada excepcional francesa, que cuida de la cultura (la que entretiene y la que no) como de una gran reserva identitaria, se contagi¨® a toda la Uni¨®n Europea y otros pa¨ªses como Canad¨¢, que deseaban proteger sus cinematograf¨ªas. ¡°En s¨ªntesis, los argumentos fueron: el cine y los otros productos culturales reflejan los modos de vida, los valores y los comportamientos de una determinada sociedad. Se trata, pues, de un producto cultural aunque su disfrute est¨¦ relacionado con el tiempo de ocio, que tampoco es sin¨®nimo de entretenimiento¡±, concluye Del Corral.
Frente a lo que la Hacienda espa?ola interpreta ahora (al equiparar las entradas a espect¨¢culos culturales con la compra de un coche, un gin-tonic o una crema hidratante), el art¨ªculo 4.4 de la convenci¨®n sobre la protecci¨®n y la promoci¨®n de la diversidad de las expresiones culturales, aprobada en 2005, es tajante: ¡°Las ¡®actividades, bienes y servicios culturales¡¯ se refieren a las actividades, los bienes y los servicios que, considerados desde el punto de vista de su calidad, utilizaci¨®n o finalidad espec¨ªficas, encarnan o transmiten expresiones culturales, independientemente del valor comercial que puedan tener. Las actividades culturales pueden constituir una finalidad de por s¨ª, o contribuir a la producci¨®n de bienes y servicios culturales¡±.
En resumen: no son una mercanc¨ªa m¨¢s. Un total de 126 pa¨ªses ratificaron o se adhirieron a la convenci¨®n (Espa?a lo hizo en 2006), aunque la lista tiene una significativa ausencia: Estados Unidos, la potencia m¨¢s interesada en tratar pel¨ªculas como bienes de consumo que irradien a las pantallas de todo el mundo. ¡°EE UU prefiere que las mercanc¨ªas culturales se traten solo como mercanc¨ªas. Ellos e Israel fueron los ¨²nicos pa¨ªses que se opusieron a la convenci¨®n¡±, recuerda Carlos Alberdi, que en 2005 ocupaba la Direcci¨®n de Cooperaci¨®n Internacional en el Ministerio de Cultura, entonces en manos de la socialista Carmen Calvo.
Alberdi considera que la decisi¨®n de Hacienda de gravar las entradas a espect¨¢culos culturales con el 21% no vulnera la letra de la convenci¨®n, pero s¨ª el esp¨ªritu. No solo eso: ¡°Tambi¨¦n est¨¢ usted vulnerando el sentido com¨²n¡±.
Milagros del Corral alerta sobre el retroceso en las pol¨ªticas culturales
Los motivos para aprobar la convenci¨®n, que fue ratificada por el Congreso de los Diputados y, por tanto, tiene rango de ley, siguen siendo v¨¢lidos para Milagros del Corral. ¡°Lo que ha cambiado son las condiciones econ¨®micas y la necesidad de ajustar los presupuestos. Es lamentable que, con este motivo, estemos retrocediendo tambi¨¦n en los conceptos a la hora de formular pol¨ªticas culturales. Ahora, el concepto de cultura parece limitarse a la oferta de las instituciones p¨²blicas mientras que se atribuye la etiqueta de ¡®entretenimiento¡¯ a las producciones de car¨¢cter privado cuyo ¨¦xito se hace depender del mercado¡±, reflexiona.
Julio de la Rosa, cantautor y compositor de la banda sonora de pel¨ªculas como Grupo 7 o Primos, se acoge a la definici¨®n de cultura de la Real Academia Espa?ola: conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio cr¨ªtico. ¡°As¨ª que est¨¢n insultando a buena parte de las manifestaciones culturales que permiten ¡®desarrollar un propio juicio cr¨ªtico¡¯ (muchas solo entretienen, otras tantas entretienen y enriquecen). Y este insulto, de por s¨ª, ya me parece un buen acicate para que los creadores persigan con m¨¢s ah¨ªnco a¨²n el objetivo de la definici¨®n. Con este tipo de medidas, corremos el riesgo de que al arte se dirija cada vez m¨¢s al entretenimiento puro y duro, y as¨ª, a que estos tipos consigan su meta: que la gente no piense por s¨ª misma¡±, plantea.
Aunque apenas ha transcurrido mes y medio desde la subida del IVA, el m¨²sico asegura que los efectos ya se notan. Hay menos conciertos, menos pel¨ªculas, menos p¨²blico. ¡°Le est¨¢n haciendo un favor a la pirater¨ªa de la que tanto se quejan¡±, lamenta.
¡°El entretenimiento tambi¨¦n es cultura¡±, reivindica Agust¨ªn D¨ªaz Yanes
Las previsiones de la Uni¨®n de Asociaciones Empresariales de la Industria Cultural Espa?ola, que aglutina a unos 4.000 empresarios, son demoledoras: p¨¦rdida de 43 millones de espectadores, reducci¨®n de 530 millones de ingresos en taquillas, destrucci¨®n de 4.500 empleos directos y extinci¨®n de una de cada cinco empresas dedicadas a la m¨²sica, el cine o el teatro. Incluso si el inter¨¦s es meramente recaudatorio, la medida del Gobierno puede resultar contraproducente. ¡°Los informes presentan un escenario de futuro escalofriante en caso de que su Gobierno no corrija la medida¡±, planteaba la organizaci¨®n empresarial en una carta remitida al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
La alarma se dispar¨® tambi¨¦n dentro de la casa. El secretario de Estado de Cultura, Jos¨¦ Mar¨ªa Lassalle, dej¨® claras sus divergencias con el ¨¢rea de Hacienda al poco de hacerse p¨²blica la medida. En una entrevista a Radio Nacional, asegur¨® que comprend¨ªa y compart¨ªa el malestar del sector. ¡°Una sociedad libre, en un momento de enorme complejidad, necesita salvaguardar una oferta cultural lo suficientemente accesible para la ciudadan¨ªa para poder encontrar satisfacci¨®n y liberaci¨®n a la carga de fatiga que le plantea la crisis¡±, declar¨® entonces. Y lo m¨¢s significativo fue su anuncio de que se propon¨ªa ¡°revertir lo antes posible¡± la medida.
Lo cierto es que la voz de Lassalle se apag¨® notablemente desde entonces y reson¨® la de su ministro, Jos¨¦ Ignacio Wert, m¨¢s complaciente con la voluntad de su colega Crist¨®bal Montoro. En su reciente presentaci¨®n de los Presupuestos de 2013 en la comisi¨®n del Congreso, Jos¨¦ Mar¨ªa Lassalle volvi¨® a defender la esencia de la cultura, aunque en un tono m¨¢s comedido: ¡°La cultura ni es un lujo ni es algo prescindible. Para m¨ª es una necesidad c¨ªvica que, eso s¨ª, cede ante otras m¨¢s urgentes e imprescindibles de atender como pensiones, subsidios de desempleo o becas¡±, proclam¨® ante los diputados.
Rogelio Blanco: ¡°Si Espa?a pierde su papel de potencia, alguien lo ocupar¨¢¡±
¡°Nadie pretende que la cultura quede al margen, pero deber¨ªan tener m¨¢s cuidado. La gente con posibles no tiene dificultades para acceder a la cultura, pero con medidas como los cero euros para bibliotecas le est¨¢n dificultando el acceso a toda una generaci¨®n¡±, sostiene Agust¨ªn D¨ªaz Yanes.
En general, los creadores y gestores creen que el Gobierno est¨¢ exigiendo m¨¢s sacrificios al sector cultural que a los otros. De hecho, Espa?a se ha convertido en el pa¨ªs de la eurozona que grava con el IVA m¨¢s alto a los productos culturales. Ni siquiera Grecia, Irlanda o Portugal someten a sus cines, teatros y locales de conciertos a una presi¨®n fiscal similar.
¡°Es que la cultura es una inversi¨®n, no un gasto. Este Gobierno considera que es algo light que tiene que ver con el divertimento, pero si a Espa?a se la conoce en el mundo es por las playas, la paella, el flamenco, Vel¨¢zquez, Goya y su cultura¡±, defiende Rogelio Blanco, director general del Libro, Archivos y Bibliotecas durante los Gobiernos socialistas. Antes de la crisis, las industrias culturales empleaban a 600.000 personas y generaban valor econ¨®mico equivalente al 4% del PIB. ¡°Estos recortes contribuyen a la p¨¦rdida de liderazgo y prestigio en un momento en que el espa?ol como lengua es tan pujante. Todo esto tambi¨¦n paralizar¨¢ a los editores. Y si Espa?a, que es la cuarta potencia mundial del libro, pierde su papel, otro lo ocupar¨¢ r¨¢pidamente¡±, profetiza.
Con esas cifras a la espalda, el escritor Javier Mar¨ªas sostiene que ni siquiera desde un punto de vista monetario puede considerarse a la cultura como superflua o lujo prescindible. En un art¨ªculo publicado en este diario afirmaba: ¡°Los que escriben y hacen cine, los que interpretan y componen m¨²sica, todos ellos dan consuelo al t¨¦rmino de la jornada (...) Son parte de nuestra formaci¨®n como personas y, si no otras cosas, nos ense?an a pasar por la tierra con una dimensi¨®n imaginativa, a mi modo de ver necesaria para comprender lo que nos pasa, y ¨²til para aguantarlo¡±.
Resistir para ayudar a resistir
A los gobernantes siempre hay que recordarles que Pericles, el mayor defensor de la democracia ateniense, lo fue tambi¨¦n del teatro, hasta el punto de que, adem¨¢s de promover la puesta en escena de las grandes tragedias, constituy¨® un fondo p¨²blico que se hac¨ªa cargo del pago de las entradas de los ciudadanos que no pod¨ªan coste¨¢rselas.
El teatro es el arte de la cr¨ªtica y de la utop¨ªa. Es natural que sea temido por los enemigos de la democracia. Ha de ser, por supuesto, entretenido, pero su misi¨®n ¨²ltima es examinar posibilidades de la vida humana; es decir: examinar esta vida e imaginar otras formas de vivir. En particular, examinar el lenguaje que usamos e imaginar otros lenguajes posibles. Esa misi¨®n tiene una vigencia especial en nuestro tiempo, en que la llamada presi¨®n de los mercados est¨¢ da?ando no s¨®lo la calidad de vida de muchas personas ¡ªespecialmente de las m¨¢s d¨¦biles¡ª, sino tambi¨¦n la calidad de la democracia y, desde luego, la calidad del lenguaje p¨²blico, que se ha llenado de perversos eufemismos ¡ªel ¨²ltimo: ¡°modular el derecho de manifestaci¨®n¡±¡ª.
La libertad est¨¢ seriamente amenazada por la extensi¨®n de un discurso seg¨²n el cual no se puede hacer otra cosa que someter la vida a los mercados. Antes que haciendo declaraciones ret¨®ricas, para defender la libertad, los artistas deben ejercerla. M¨¢s que nunca, deben ser fieles a aquello que quieren decir y a c¨®mo creen que deben decirlo. As¨ª, resistiendo ellos, ayudar¨¢n a otros a resistir.
Juan Mayorga, matem¨¢tico y dramaturgo, es el autor de Los chicos de la ¨²ltima fila, cuya adaptaci¨®n al cine gan¨® la Concha de Oro en San Sebasti¨¢n.
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