¡°Muchas parejas no son religiosas por los l¨ªmites al sexo¡±
El ginec¨®logo jud¨ªo defiende una interpretaci¨®n m¨¢s laxa de la Tor¨¢
![Daniel Rosenak en Jerusal¨¦n.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/ZI5DXTL2ZFFLUVQVXEN3LDJCLI.jpg?auth=0c3e3982107ca0a4d0eb591dd28354b59aeb0fdc35b5f19b8ac9d71ee044dc0b&width=414)
Tomar caf¨¦ con Daniel Rosenak es sumergirse de lleno en un mundo que organiza el sexo seg¨²n unas reglas dif¨ªciles de comprender para los ¡ªy sobre todo las¡ª que no comulgan con el juda¨ªsmo ultraortodoxo. ?l llega corriendo y ataviado con la kip¨¢ que indica que se trata de un jud¨ªo observante. Es un ginec¨®logo israel¨ª que ha desatado un revuelo monumental con la publicaci¨®n de un libro titulado Para restaurar el esplendor, en el que cuestiona las normas religiosas que dictan cu¨¢ndo una mujer puede tener relaciones sexuales y cu¨¢ndo no. Sus 25 a?os de experiencia como ginec¨®logo en un barrio ultraortodoxo de Jerusal¨¦n le han servido para llegar a conclusiones que no han gustado a las autoridades rab¨ªnicas; en pie de guerra contra ¨¦l.
Las llamadas leyes de la pureza familiar del juda¨ªsmo ultraortodoxo establecen que la mujer es ¡°impura¡± cuando sangra en la menstruaci¨®n. Durante ese periodo y hasta siete d¨ªas m¨¢s tarde, las leyes de la Tor¨¢ proh¨ªben a los hombres acercarse a las mujeres ¡ªde sexo, evidentemente, ni hablamos¡ª. Durante esos d¨ªas, las parejas no comparten si quiera el mismo tresillo, ni se pasan el salero, porque eso equivaldr¨ªa a tocarse. A Rosenak, hombre de fervientes creencias religiosas, todo esto le parece bien. Para ¨¦l, el problema radica en los plazos. Seg¨²n su interpretaci¨®n de los textos sagrados, el periodo de nidda (impureza) dura siete d¨ªas, y no dos semanas como queda establecido en lo que es solo una interpretaci¨®n talm¨²dica mudable, a juicio de Rosenak.
El cambio que el ginec¨®logo propone en esta archirregulada cuesti¨®n es, seg¨²n su criterio m¨¦dico, crucial. ¡°Ahora, se proh¨ªbe a las mujeres tener relaciones en los siete d¨ªas siguientes al fin de la menstruaci¨®n, que coinciden con los de mayor deseo sexual. Pero estas normas dificultan tener hijos a las mujeres cuyo periodo f¨¦rtil es incompatible con el calendario rab¨ªnico¡±. No tener descendencia resulta muy grave en la comunidad ultrarreligiosa, donde parte del prestigio social se mide seg¨²n el n¨²mero de hijos. Rosenak calcula que en torno a un 4% de las religiosas se les diagnostica por este motivo una falsa infertilidad. Asegura tambi¨¦n que entre el 60% y el 70% de las israel¨ªes tratan de cumplir las leyes de la pureza familiar. En parte, dice, por los temores y supersticiones que rodean los temas de alcoba en los c¨ªrculos religiosos. Piensan que pueden ¡°enfermar e incluso morir¡±, si violan las leyes de la nidda.
¡°Yo propongo restaurar la ley original de la Tor¨¢. As¨ª, las parejas podr¨ªan tener tres semanas de intimidad al mes en lugar de dos. Creo que eso ser¨ªa bueno para las parejas¡±, defiende en una cafeter¨ªa frecuentada por religiosos y pr¨®xima al centro de Jerusal¨¦n.
La publicaci¨®n de su libro desat¨® una potente campa?a de descr¨¦dito. Los rabinos publicaron art¨ªculos en su contra y ¨¦l comenz¨® a recibir amenazas. El ginec¨®logo, sin embargo, contin¨²a decidido a cuestionar unas interpretaciones hechas por y para hombres. Lo hace adem¨¢s desde una perspectiva estrictamente religiosa. ¡°Hay muchas parejas que no son religiosas porque no quieren pasar la mitad de su vida sin tocarse, por los l¨ªmites al sexo. Creo que, si eso cambia, mucha m¨¢s gente se sumar¨ªa al juda¨ªsmo religioso¡±, sostiene. Apura el t¨ªpico capuchino-tanque con espuma densa que sirven en Israel y sale pitando hacia la consulta, con abundante clientela de embarazadas ¡ªataviadas con sombreros y pelucas para esconder su cabello¡ª. Las cr¨ªticas de los rabinos no han vaciado la consulta de Rosenak.
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