Superh¨¦roes de la liberaci¨®n gay
Las editoriales de c¨®mics norteamericanas abren un mundo dominado por la testosterona a la diversidad La sociedad obliga al g¨¦nero a evolucionar hacia una mayor tolerancia
De nutrirse de estereotipos hom¨®fobos a convertir a un gran superh¨¦roe americano en un personaje gay hay un gran trecho. Las editoriales de c¨®mics norteamericanas lo han recorrido lentamente, reflejando los cambios sociales y abriendo camino, poco a poco, en un mundo a veces dominado por la testosterona, la violencia y los valores conservadores. Ha habido instancias, sin embargo, en las que los c¨®mics han arriesgado de forma valiente, empleando met¨¢foras o s¨ªmbolos para asumir una diversidad que a veces se prohib¨ªa desde los c¨®digos morales oficiales. El resultado es una normalizaci¨®n que ahora lleva bodas gais a las mismas portadas de los c¨®mics.
Linterna Verde naci¨® en 1940. Es solo dos a?os menor que Superman y uno mayor que el Capit¨¢n Am¨¦rica. Como ellos, encarna un ideal, en t¨¦rminos algo m¨¢s wagnerianos. Si Superman y el Capit¨¢n Am¨¦rica tienen una fuerza sobrehumana por motivos diversos, Linterna Verde tiene un anillo, como el de la c¨¦lebre ¨®pera de Richard Wagner, pero hecho de un material verduzco y extraterrestre, capaz de hacerle volar, atravesar paredes y destrozar lo que se le ponga por delante. Su misi¨®n es defender la justicia y el bien, en beneficio de la patria norteamericana.
?Qu¨¦ ha pasado para que, en siete d¨¦cadas, ese personaje sea un icono de liberaci¨®n del movimiento gay? En los cuarenta, Linterna Verde era un se?or casado y con dos hijos. En un n¨²mero de este verano de Tierra 2, una nueva serie de la editorial DC Comics, el Linterna Verde original, Alan Scott, saluda a su novio con un beso en la boca, mientras le dice: "Dios m¨ªo, c¨®mo te he echado de menos". En una de sus varias encarnaciones sucesivas, el superh¨¦roe luce novio de la mano, sin importarle en absoluto el qu¨¦ dir¨¢n. Para atreverse con un gesto como ese, en un mundo como el de los c¨®mics, es cierto, a veces hace falta ser todo un superh¨¦roe.
Implicaciones gais, en el mundo de los superh¨¦roes, siempre las ha habido. Ah¨ª est¨¢ Wonder Woman, llegada de una isla, Themyscira, repleta de amazonas y carente de hombres. A Aquaman le cambiaron brevemente el traje en el a?o 1986, por uno inspirado por el artista Leon Bakst y el bailar¨ªn ruso Vaslav Nijinski. Y la cercan¨ªa entre Batman y Robin no es solo un asunto de chistes y chascarrillos. El psiquiatra Fredric Wertham escribi¨® en el a?o 1954 un sonado ¡ªy hoy ridiculizado¡ª libro titulado Seducci¨®n de los inocentes. En ¨¦l aseguraba que los c¨®mics eran una mala influencia para los m¨¢s j¨®venes, y que pod¨ªan incitar a comportamientos delictivos.
"Solo alguien ignorante de los fundamentos de la psiquiatr¨ªa y de la psicopatolog¨ªa del sexo podr¨ªa no darse cuenta de la sutil atm¨®sfera de homoeroticismo que permea las aventuras del maduro Batman y su joven amigo Robin", escribi¨® el doctor Wertham. "Para los ni?os, Wonder Woman es una imagen que da miedo. Para las ni?as es un ideal m¨®rbido. Donde Batman es antifemenino, la atractiva Wonder Woman y sus aliadas son, definitivamente, antimasculinas". Indicaba, adem¨¢s, que en Wonder Woman hab¨ªa subtextos l¨¦sbicos y de bondage, o roles sexuales de esclavitud.
Aquello era en 1954. Tal y como explica Ramzi Fawad, doctor en Estudios Norteamericanos y lector en las universidades de Georgetown y George Washington, antes de los a?os sesenta, "los superh¨¦roes encarnaban una gran masculinidad y abrazaban el ideal del vigilantismo justiciero para defender la seguridad nacional". "Entonces el superh¨¦roe, emergido despu¨¦s de la Gran Depresi¨®n, era una personificaci¨®n de la s¨ªntesis entre los seres biol¨®gicamente naturales y las tecnolog¨ªas de la sociedad industrial", a?ade. Un ejemplo claro es el de Capit¨¢n Am¨¦rica, de Marvel, que era en realidad un experimento, un ser humano mejorado.
Luego lleg¨® una hornada de c¨®mics revolucionaria, justo en el umbral de la d¨¦cada de los sesenta. La quintaesencia: la Patrulla X, un c¨®mic creado por Stan Lee y el dibujante Jack Kirby, que comenz¨® a publicarse en la editorial Marvel en 1963. "Los personajes, a partir de entonces, aparecieron como un grupo con caracter¨ªsticas monstruosas, con lo que se vino a llamar mutaciones, que proced¨ªan a veces de particularidades gen¨¦ticas o de experimentos at¨®micos. Ya no eran ciudadanos ejemplares en sus naciones, sino unos parias, apartados de la sociedad, que deb¨ªan demostrar su buen civismo ante las dudas de sus conciudadanos", a?ade Fawad.
La primera Patrulla X la conformaba un grupo de j¨®venes urbanos, todos de raza blanca, reclutados por el profesor Xavier para formar un equipo de superh¨¦roes. En el a?o 1975, Marvel los reinvent¨®, de la mano del guionista Len Wein y el dibujante Dave Cockrum. Ya no eran todos adolescentes. Tampoco eran todos norteamericanos o de raza blanca. Representaban una gran diversidad.
Uno de ellos, Tormenta, era una mujer afroamericana. "En aquel momento, la Patrulla X diversific¨® las identidades de sus integrantes, a?adiendo a mujeres, a grupos minoritarios, en consonancia con las demandas de la revoluci¨®n cultural y los movimientos de izquierda y radicales de los a?os sesenta y setenta", a?ade Fawad.
Entonces, los superh¨¦roes eran una met¨¢fora. Sus mutaciones pod¨ªan compararse con las diferencias personales a nivel sexual. Un joven gay ve¨ªa a un superh¨¦roe ridiculizado y perseguido por sus diferencias gen¨¦ticas, y pod¨ªa sentirse identificado. El recurso a las figuras ret¨®ricas era absolutamente necesario. Desde 1954 las grandes editoriales de EE UU se acog¨ªan a un c¨®digo de decencia, titulado Comics Code Authority, dise?ado en plena ¨¦poca del macartismo, y que, entre otras cosas, prohib¨ªa que se mostrara a h¨¦roes homosexuales.
En 1989 ese c¨®digo se modific¨® para pedir a los creadores que demostraran sensibilidad a la hora de reflejar "orientaciones nacionales, ¨¦ticas, religiosas, sexuales, pol¨ªticas y socioecon¨®micas". De las dos grandes editoriales de Estados Unidos, Marvel renunci¨® al c¨®digo en 2001. DC, que publica Batman y Superman, lo hizo en el a?o 2011.
Paralelamente, la sociedad norteamericana ha impulsado, en parte, diversos avances en el movimiento de liberaci¨®n homosexual. En 2003, el Estado de Massachusetts legaliz¨® las uniones gais por la v¨ªa judicial. Solo Holanda y los Pa¨ªses Bajos lo hab¨ªan hecho antes. Poco a poco, varios Estados se unieron a ese movimiento, hasta el pasado martes, d¨ªa de las elecciones presidenciales y legislativas, en el que los votantes de Maryland legalizaron el matrimonio gay en las urnas. Es ya v¨¢lido en nueve Estados de 50, adem¨¢s de en la capital federal. En esos comicios, adem¨¢s, fue elegida la primera senadora norteamericana abiertamente homosexual, Tammy Baldwin, de Wisconsin. Fueron, finalmente, las primeras elecciones presidenciales en las que gan¨® un candidato, Barack Obama, que se hab¨ªa manifestado a favor de la legalizaci¨®n del matrimonio gay.
El de la normalizaci¨®n ha sido un largo camino. Lejos quedan los a?os en los que una escena de Marlene Dietrich besando a una mujer en la pel¨ªcula Morocco (1930) provoc¨® un esc¨¢ndalo de proporciones nacionales. Hoy, los personajes gais aparecen en una cantidad ingente de largometrajes y series en televisi¨®n. Eso es ahora, en una ¨¦poca de relativa normalidad, pero en los a?os setenta, hablar de superh¨¦roes gais era todo un riesgo.
El mutante Northstar tiene el honor de ser uno de los primeros superh¨¦roes gais del g¨¦nero. Se le cre¨® en 1979, como miembro del grupo Alpha Flight, dentro del universo de la Patrulla X. Su nombre real era Jean-Paul Beaubier, millonario canadiense, y atleta ol¨ªmpico. Ten¨ªa las mutaciones de la ultravelocidad y el vuelo. Nunca habl¨® en sus primeras apariciones de su preferencia por los hombres, pero quedaba claro con an¨¦cdotas diversas, algo estereotipadas. ¡°No parece que te interesen mucho las mujeres¡±, se dice a s¨ª mismo en una ocasi¨®n. En otra, su hermana le hace una broma sobre su gusto por rodearse de hombres vestidos con prendas ajustadas.
Northstar sali¨® del armario, con un rugido, en 1992. "?Soy gay!", exclam¨®. Ser¨ªa pionero. Le seguir¨ªan muchos otros. Extra?o, de la serie Millenium, ser¨ªa uno de los primeros en el universo de la editorial DC en admitir su homosexualidad, de forma algo desafortunada. Amanerado y dado a llevar ropajes extravagantes y coloristas, era m¨¢s un estereotipo que un h¨¦roe en toda regla. La situaci¨®n se fue normalizando poco a poco y algunos h¨¦roes, hasta entonces heterosexuales, renacieron para cambiar de orientaci¨®n sexual. Batwoman, nacida en 1956, se reinvent¨® en 2006, como una hero¨ªna abiertamente homosexual.
"El que algunos superh¨¦roes hayan salido del armario es un fen¨®meno que obedece completamente a tendencias sociales; en el pasado asuntos como la homosexualidad, la bisexualidad o la transexualidad solo se mostraban de forma impl¨ªcita, si es que se llegaban a mostrar", explica Justin Hall, dibujante en Prism Comics y editor de uno de los libros de referencia sobre la homosexualidad en el g¨¦nero, No hay l¨ªneas rectas. Cuatro d¨¦cadas de c¨®mics gais. "Y no creo que se haga para vender m¨¢s c¨®mics. S¨ª, es cierto que pueden conseguir m¨¢s publicidad, pero al fin y al cabo es un hecho que es m¨¢s f¨¢cil vender c¨®mics sobre h¨¦roes heterosexuales que homosexuales".
Dos momentos definen la evoluci¨®n de la presencia de h¨¦roes gais en el mundo de los c¨®mics, ambos dentro de la editorial Marvel. En 1980, el alter ego de Hulk, Bruce Banner, acude a un gimnasio, donde dos malvados gais, totalmente estereotipados, intentan violarle en las duchas. En junio de este a?o, por fin, Northstar se cas¨® con su pareja de toda la vida, Kyle. Y la ceremonia fue portada del n¨²mero 51 de Astonishing X-men, una de las entregas de la Patrulla X. Separan ambos momentos 32 a?os, en los que la evoluci¨®n del g¨¦nero, hacia una mayor tolerancia, ha sido total.
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