¡°El uso del velo es una obligaci¨®n religiosa, como ir a misa¡±
Amparo S¨¢nchez es la vicepresidenta de la Comisi¨®n Isl¨¢mica de Espa?a Tras convertirse al Islam dirigi¨® en Centro Cultural Isl¨¢mico de Valencia
La de Amparo S¨¢nchez, de 59 a?os, es una historia personal cuando menos at¨ªpica. Y ella es la primera en admitirlo: ¡°Siempre he sido un poco bicho raro¡±. Su padre era sacrist¨¢n de la Bas¨ªlica de la Virgen de los Desamparados de Valencia, fue hermana de Mar¨ªa ¡ªmiembro de una entidad cat¨®lica de ayuda a los m¨¢s desfavorecidos¡ª en su adolescencia, pas¨® por una crisis de fe, por una etapa de militancia en la izquierda y de desenga?o de la pol¨ªtica, hasta, con los a?os, acercarse y, finalmente, convertirse al Islam en 1996. ¡°Mi madre lo hizo unos a?os m¨¢s tarde, antes de morir¡±, a?ade al relato de su trayecto vital.
El s¨¢bado, esta valenciana fue elegida vicepresidenta de la Comisi¨®n Isl¨¢mica de Espa?a (CIE), el ¨®rgano religioso que representa a los musulmanes en Espa?a. ¡°Fue toda una sorpresa¡±, explica sentada en una de las mesas del restaurante Balensiya, que regenta con Rachid, su marido, marroqu¨ª nacionalizado espa?ol. ¡°Yo comentaba a quienes me propusieron que no quer¨ªa, pero al final, no me pude negar¡±. S¨¢nchez se refiere a la nueva etapa que, se?ala, pretende abrir la CIE. Hasta ahora, la Comisi¨®n, que tambi¨¦n es el interlocutor de la comunidad musulmana con el Estado y las Administraciones p¨²blicas, hab¨ªa estado controlada por dos grandes federaciones durante 20 a?os.
El s¨¢bado pasado, la CIE inici¨® una nueva etapa en la que pretende integrar todas las sensibilidades. ¡°Lo m¨¢s positivo es que todos est¨¢bamos en la misma sala, sin que faltara nadie¡±, sostiene. ¡°Nuestro objetivo ahora consiste en que el Ministerio de Justicia registre los nuevos estatutos que hemos aprobado, que nos permitir¨¢n abrir la entidad, normalizar su funcionamiento desde dentro y darle operatividad¡±.
Uno de los acuerdos adoptados implica la puesta en marcha de una asamblea permanente de 36 miembros que representar¨¢n a las 1.200 mezquitas que hay en Espa?a. ¡°He accedido al cargo para formar parte de una junta directiva provisional que convoque unas elecciones en la que participemos todos; entonces lo dejar¨¦¡±. S¨¢nchez llega al CIE despu¨¦s de haber sido durante a?os la presidenta y cabeza visible del Centro Cultural Isl¨¢mico de Valencia, donde logr¨® cultivar una imagen amable de la comunidad isl¨¢mica. ¡°Ahora la entidad est¨¢ en manos de una generaci¨®n m¨¢s joven. La nueva junta directiva es paritaria. Y sin recurrir a cuotas¡±, presume.
La hora de la comida se aproxima y comienzan a llegar los primeros clientes. ¡°Disculpa, ahora vengo¡±. S¨¢nchez se levanta, acompa?a a los comensales a sus mesas, y vuelve para seguir la conversaci¨®n, amenizada por xarab andalus¨ª, un zumo de lim¨®n muy dulce.
¡°El uso del velo es una obligaci¨®n religiosa, como la que tiene el cat¨®lico de ir a misa¡±, prosigue. ¡°Lo que no tiene sentido es imponerlo a la fuerza¡±. S¨¢nchez tuerce el gesto cuando en la conversaci¨®n surgen los imanes que abogan por el maltrato a la mujer. Y aprovecha para censurar la ¡°injerencia pol¨ªtica¡± de los pa¨ªses isl¨¢micos que tratan de influir en las comunidades musulmanas enviando a personas para dirigir el rezo en mezquitas. ¡°Hay mucho trabajo por hacer¡±, reflexiona. ¡°Deber¨ªa existir un filtro o una entidad que evaluara la capacidad de una persona para ejercer de im¨¢n, y creo que la CIE deber¨ªa de ocuparse de ello¡±.
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