¡°Tiene m¨¢s impacto ser pediatra en ?frica¡±
Desde ni?o ten¨ªa claro que quer¨ªa trabajar en ?frica como pediatra tratando a ni?os enfermos
Horas despu¨¦s de terminar el ¨²ltimo examen de la carrera, Quique Bassat (Barcelona, 1974) se plant¨® en la sede catalana de M¨¦dicos sin Fronteras para, por fin, cumplir con su "obsesi¨®n": "Desde ni?o he tenido claro que quer¨ªa trabajar en ?frica como pediatra tratando a ni?os enfermos". Tras el "no" de la ONG ¡ªpor falta de experiencia¡ª, estudi¨® para el MIR y se sali¨® con la suya en su periodo de residencia en el Hospital Vall d¡¯Hebr¨®n: "Viv¨ª cuatro meses en Mozambique a cambio de cubrir todas las guardias del hospital de esos meses por adelantado. Pensaron que no ser¨ªa capaz". Pero lo fue. Pas¨® una tercera parte del a?o encadenando jornadas de 36 horas y se convirti¨® en el primer m¨¦dico del hospital que trabaj¨® en el extranjero como residente.
Catorce a?os despu¨¦s, Bassat ha sido distinguido como uno de los 10 j¨®venes m¨¢s sobresalientes del mundo en el campo de la innovaci¨®n m¨¦dica. As¨ª lo decidi¨® hace dos semanas la Joven C¨¢mara Internacional, una organizaci¨®n de emprendedores asociada con la ONU que le ha premiado por su "extraordinario" trabajo en pediatr¨ªa y en investigaci¨®n m¨¦dica en pa¨ªses en desarrollo. "Soy la persona m¨¢s feliz del mundo porque con mi trabajo puedo ayudar con mucho m¨¢s impacto del que tendr¨ªa si fuese un pediatra pasando consulta en Espa?a. Los que m¨¢s nos necesitan est¨¢n fundamentalmente en los pa¨ªses pobres".
La elecci¨®n del restaurante ha sido una sabrosa casualidad para este hombre viajado, pol¨ªglota ¡ªingl¨¦s, franc¨¦s, portugu¨¦s, italiano¡ª y de familia materna turco-griega: le apasiona la cultura japonesa desde que visit¨® el pa¨ªs nip¨®n en solitario con 17 a?os. El par¨¦ntesis para consultar el men¨² se alarga porque Bassat, que tambi¨¦n es profesor universitario, se empe?a en traducir y desmenuzar la sintaxis de los nombres de cada plato.
Su equipo investiga el desarrollo de la primera vacuna contra la malaria
Anteayer vol¨® de nuevo a Oriente, a Taiw¨¢n, para recoger su premio. Estos d¨ªas aprovechar¨¢ para volver a Pap¨²a Nueva Guinea, donde a principios de a?o demostr¨® con ¡°cuatro duros¡± que un tratamiento antibi¨®tico por v¨ªa oral era igual de efectivo que el habitual de inyecciones de penicilina para erradicar el pian una enfermedad tropical infecciosa que produce malformaciones en piel y huesos: "Hab¨ªa que coger seis vuelos solo para llegar a la isla donde hicimos ese proyecto", relata.
Hace cinco a?os que no pasa consulta, porque es "incompatible" con su puesto de investigador en el Centro de Investigaci¨®n en Salud Internacional de Barcelona (CRESIB) y en el hospital Cl¨ªnic: "Tendr¨ªa que anular consultas cada dos por tres". Adem¨¢s de por sus estudios en India, Brasil o Marruecos, el equipo del que forma parte Bassat, capitaneado por el investigador Pedro Alonso, es conocido por el desarrollo de la que podr¨ªa ser la primera vacuna contra la malaria. Aunque, de lograrse, a¨²n quedar¨ªa mucho camino por recorrer: "Por muy barato que sea, no puedes pedirle a un pa¨ªs con un presupuesto sanitario anual de cinco d¨®lares por persona que invierta en un f¨¢rmaco nuevo y desconocido. Por eso la cooperaci¨®n al desarrollo es nuestra gran aliada".
Bassat planea seguir con su obsesi¨®n. Pronto se mudar¨¢ a Mozambique con su mujer y sus hijos mellizos: "Tengo la suerte de que tambi¨¦n ella, que es antrop¨®loga, est¨¢ metida en este jaleo de la salud internacional y combinamos muy bien".
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