La discriminaci¨®n indirecta tambi¨¦n da?a
Una sentencia de la UE obliga a replantear las pensiones a tiempo parcial Las mujeres tienen el 74% de esos contratos que suelen ser indeseados

Otro jarro de agua fr¨ªa de agua fr¨ªa en el Ministerio de Empleo. Esta vez no son los datos negros del paro, sino la discriminaci¨®n. Cuando las cuentas del sistema de jubilaciones atraviesan un mal momento, ha llegado el Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea con una sentencia que fulmina la manera de calcular las pensiones de quienes trabajan a tiempo parcial. Lo hace con un argumento que pocos manejan: la discriminaci¨®n indirecta por raz¨®n de sexo. Es decir, la que causan medidas aparentemente neutras pero cuya aplicaci¨®n pone en desventaja a un sexo frente a otro. Porque mujeres son tres de cada cuatro empleados a tiempo parcial. Y conseguir un retiro con ese r¨¦gimen puede ser imposible.
Es lo que le ha pasado a la ciudadana que ha puesto en la picota la legislaci¨®n espa?ola. Se trata de Isabel Elbal, una limpiadora que se encarg¨® de asear la escalera de una finca durante 18 a?os a raz¨®n de cuatro horas por semana. Se le deneg¨® la pensi¨®n porque solo se computan las horas trabajadas, que equival¨ªan a algo menos de tres a?os. Seg¨²n el Tribunal, la mujer habr¨ªa debido cotizar ¡°100 a?os¡± con la jornada que ten¨ªa para cubrir los tres lustros de cotizaci¨®n obligatorios para cualquier trabajador y lograr as¨ª 112,9 euros al mes. ¡°Las horas trabajadas a tiempo parcial se suman y se dividen por cinco para calcular los d¨ªas trabajados. Si no se alcanzan los 15 a?os completos, no se tiene derecho a pensi¨®n¡±, detalla Jos¨¦ Luis Tortuero, catedr¨¢tico de Derecho del Trabajo y Seguridad Social de la Universidad Complutense. ¡°Este sistema deja a mucha gente sin pensi¨®n¡±, advierte.
Los togados van m¨¢s all¨¢: a partir del caso de Elbal declaran que la legislaci¨®n espa?ola sobre jubilaciones de trabajadores a tiempo parcial es contraria a la directiva de igualdad de trato entre mujeres y hombres en materia de seguridad social. ?La raz¨®n? Existe una discriminaci¨®n indirecta en la normativa, ya que su aplicaci¨®n perjudica en mayor medida a un sexo: ¡°En Espa?a al menos el 80% de los trabajadores a tiempo parcial son mujeres¡±, se?ala el tribunal con un dato anticuado: ahora son el 74,3%.
Con la sentencia ¡ªque deben tener en cuenta los jueces ante casos similares¡ª a¨²n caliente, el Ministerio de Empleo y Seguridad Social ha optado por llamar a los agentes sociales para estudiar el fallo ¡ªsobre el que cabe recurso¡ª antes de tomar una decisi¨®n. ¡°Veremos c¨®mo se interpeta y las implicaciones que tiene para el sistema¡±, dicen en el ministerio. Su idea es que cualquier cambio debe supeditarse a la sostenibilidad del sistema. El grueso de la normativa sobre la jubilaci¨®n de trabajadores a tiempo parcial lleva sin modificar desde 1985, afirman en Empleo. Octavio Granado, exsecretario de Estado de Seguridad Social con Rodr¨ªguez Zapatero, asegura que se intent¨®, sin ¨¦xito, corregir este viejo problema: cay¨® de la agenda a cambio de otras contrapartidas.
Ahora ya no se puede mirar para otra parte y los sindicatos mayoritarios celebran el fallo. ¡°La sentencia reconoce que el trabajo a tiempo parcial, que los sucesivos gobiernos alientan para las mujeres, genera menos derechos¡±, plantea la secretaria para la Igualdad de UGT, Almudena Fontecha. ¡°Exigiremos que se aplique aunque las arcas de las pensiones no est¨¦n en su mejor momento¡±, a?ade. ¡°Hay que reestructurar el tiempo parcial de arriba abajo. Es muy discriminatorio y genera muy poca protecci¨®n social, adem¨¢s de salarios muy bajos¡±, plantea la secretaria confederal de la Mujer de CC OO, Carmen Bravo. Como Fontecha, achaca la tardanza en resolver el problema a que este tipo de contratos ¡°est¨¢n predestinados para las mujeres¡±. La patronal CEOE guarda silencio.
El trabajo a tiempo parcial, una modalidad minoritaria pero en alza, se conjuga en femenino: casi una de cada cuatro empleadas (23,6%) lo est¨¢n a tiempo parcial, mientras que en esta situaci¨®n est¨¢n solo el 6,7% de los varones, seg¨²n la Encuesta de Poblaci¨®n Activa. En total, 638.400 hombres (de un total de 9,4 millones de ocupados) y 1.850.100 mujeres (de 7,8 millones) tienen este r¨¦gimen, aunque la mayor¨ªa no lo desea.
Lo deja claro la Encuesta de Poblaci¨®n Activa: el 66,7% de los hombres y el 56,8% de las mujeres tienen este tipo de empleo porque no han podido acceder a uno a tiempo completo. Para ellas, la segunda raz¨®n es el cuidado de ni?os o mayores y otras obligaciones familiares o personales: el 21% esgrime alguno de esos motivos, frente al 2,8% de los varones. Ese fue, tambi¨¦n, el caso de Isabel Elbal. ¡°Ten¨ªa que cuidar de mis hijos y mi suegra. Mi marido trabajaba y si me met¨ªa en una empresa no pod¨ªa hacer todo eso. Era la forma de sacar a la familia adelante¡±, declar¨® a este peri¨®dico.
Adem¨¢s de las tareas dom¨¦sticas y de cuidado, en el trabajo a tiempo parcial femenino pesan factores como la fuerte segregaci¨®n laboral ¡ªlas mujeres son mayor¨ªa en el sector servicios, el ¨¢rea donde m¨¢s abunda este tipo de contratos¡ª o la menor consideraci¨®n del trabajo femenino, a¨²n considerado a¨²n como ¡°una ayuda¡± en lugar de como un ingreso principal, se?ala Bravo. Este r¨¦gimen favorece la supervivencia del reparto tradicional de papeles por sexo.
¡°Es la pescadilla que se muerde la cola. Las mujeres aceptan m¨¢s f¨¢cilmente que los hombres el trabajo a tiempo parcial porque le prestan m¨¢s atenci¨®n a los cuidados familiares, ya les venga bien, ya no les quede m¨¢s remedio¡±, afirma el exresponsable de Seguridad Social. ¡°Si el reparto de los cuidados fuera m¨¢s equilibrado, si hubiera corresponsabilidad, y tambi¨¦n servicios de cuidado asequibles, las mujeres estar¨ªan igual que los hombres. El mercado de trabajo es funcional. Responde a una situaci¨®n de discriminaci¨®n en la sociedad¡±, afirma Granado.
El trabajo es, tambi¨¦n, llave de muchas puertas. ¡°Adem¨¢s de aportar independencia econ¨®mica o socializaci¨®n, es fuente de derechos como la pensi¨®n y la prestaci¨®n por desempleo¡±, se?ala Fontecha. Y las mujeres, con puestos m¨¢s precarios, salen peor paradas, sostiene. Cita como ejemplo que ellas cobran menos la prestaci¨®n por desempleo y su cuant¨ªa es inferior.
En las pensiones contributivas, donde la brecha por sexo es grande ¡ªdebido en gran medida a las d¨¦cadas en las que el hogar era el destino femenino por excelencia¡ª, a¨²n no se dejan sentir los efectos del trabajo a tiempo parcial ¡°por ser una modalidad relativamente nueva¡±, explica la catedr¨¢tica de Econom¨ªa Aplicada Cecilia Casta?o, de la Universidad Complutense ¡ªla Seguridad Social carece de datos sobre ello, seg¨²n un portavoz¡ª. De los 4,5 millones de pensiones que reciben las mujeres, la mayor¨ªa son de viudedad (2,1 millones) seguidas de las de jubilaci¨®n (1,9 millones). En cambio, entre los varones (4,3 millones de pensiones) dominan las de jubilaci¨®n (3,4 millones) y las de viudedad son casi una an¨¦cdota. En el caso de las pensiones por jubilaci¨®n, vinculadas a la vida laboral, los varones cobran de media 816 euros, y las mujeres, 664. Ellas cotizaron menos.
Con este panorama y el trabajo a tiempo parcial en aumento, ?qu¨¦ hacer tras el varapalo del tribunal de Luxemburgo? ¡°Deber¨ªa obligar a modificar el sistema. El trabajo a tiempo parcial no debe tener una penalizaci¨®n m¨²ltiple: poco sueldo, poca pensi¨®n y, encima m¨¢s tiempo para poder acreditar los periodos de cotizaci¨®n¡±, responde el catedr¨¢tico Tortuero. ¡°Si este tipo de contratos los utilizaran m¨¢s los hombres, seguro que ten¨ªan otra regulaci¨®n¡±, plantea Casta?o.
¡°Esto es algo que nos va a costar o en t¨¦rminos de cotizaci¨®n, o en t¨¦rminos de equidad¡±, responde Granado. Contempla dos ¡°posibles soluciones¡±. La primera es una mayor contributividad, un sistema que se sigue en pa¨ªses como Francia: la pensi¨®n se calcula a partir de las horas trabajadas, se adquiere el derecho a percibirla tras un a?o de tarea y la cuant¨ªa depende del tiempo cotizado. ¡°Otra soluci¨®n, m¨¢s justa, es la que se aplica en Holanda, uno de los pa¨ªses con m¨¢s trabajo a tiempo parcial. El Estado completa la cotizaci¨®n de estos trabajadores¡±, prosigue. ¡°La Seguridad Social es el ¨²nico mecanismo de reequilibrio de rentas¡±, recuerda.
Mar¨ªa ?ngeles Dur¨¢n, catedr¨¢tica de Sociolog¨ªa e investigadora, ve la salida en un cambio de conceptos. ¡°Vivimos en una sociedad en la que la cobertura de muchos riesgos est¨¢ vinculada con el mercado de trabajo: el empleo genera pensi¨®n, sanidad y da acceso preferente a muchos derechos. El problema es que cada vez hay mayor proporci¨®n de poblaci¨®n no vinculada a ¨¦l, sobre todo j¨®venes y personas mayores¡±, observa. ¡°No se puede relacionar en exceso la protecci¨®n de los ciudadanos y sus mecanismos de participaci¨®n en la vida social a su participaci¨®n en el mercado de trabajo¡±, plantea. ¡°Hay que inventar f¨®rmulas que den cobertura y participaci¨®n social al margen del mercado de trabajo y tener en cuenta al trabajador complejo¡±. ¡°Las mujeres lo son, porque desempe?an varios papeles sociales, como el trabajo remunerado y el de cuidados¡±, detalla. Quiz¨¢ as¨ª acabar¨ªa esta pauta que cita Tortuero: ¡°Un trabajo a media jornada genera la mitad de pensi¨®n que uno a jornada completa¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.