¡°Tengo miedo a que los que me expulsaron de Melilla se venguen¡±
Ibrahim, de 14 a?os, logra regresar a Espa?a, por segunda vez, en patera Fue desterrado ilegalmente en noviembre y pas¨® 26 d¨ªas en un monte de Marruecos
¡°Estoy tranquilo, en el monte en Marruecos lo pas¨¦ muy mal¡±. Ibrahim, burkin¨¦s de 14 a?os, lleg¨® el lunes 10, a la playa de los C¨¢rabos, de Melilla, en una patera con 14 inmigrantes subsaharianos a bordo.
La historia de Ibrahim ser¨ªa una de tantas de menores subsaharianos que arriesgan su vida para llegar a Espa?a si no fuera porque ¨¦l ha tenido que efectuar dos veces la traves¨ªa hasta la ciudad aut¨®noma.
Su historia es ins¨®lita e inquietante porque pone de relieve la vulnerabilidad de los menores inmigrantes y, acaso, el uso de m¨¦todos expeditivos para deshacerse de los subsaharianos que logran entrar en la ciudad.
Ibrahim y otro adolescente, Mohamed, guineano de 17 a?os, llevaban meses hospedados en el Centro de Menores de la Pur¨ªsima, tutelados por la Consejer¨ªa de Bienestar Social, cuando el 14 de noviembre fueron expulsados a Marruecos en extra?as circunstancias. A instancias del Defensor del Pueblo la Fiscal¨ªa General del Estado ha abierto una investigaci¨®n.
¡°Dos hombres que dijeron ser polic¨ªas nos condujeron en un coche Citro?n hasta la verja¡± que separa a Melilla de Marruecos, recuerda Ibrahim al tel¨¦fono desde Melilla. ¡°Llegaron unos guardias (civiles) que abrieron una puerta y nos echaron¡± del otro lado.
Polic¨ªa y Guardia Civil desmienten este relato, pero Mohamed Camara, el compa?ero de infortunio de Ibrahim, lo confirma punto por punto desde Marruecos. Desde all¨ª habl¨® por tel¨¦fono con este peri¨®dico.
Ibrahim ha pasado 26 d¨ªas en Marruecos, sobre todo en el monte Gurug¨² que domina Melilla. ¡°Ha sido duro porque llov¨ªa mucho, hac¨ªa fr¨ªo y no ten¨ªamos donde refugiarse ni gran cosa que comer¡±, afirma el chaval. A esas calamidades se a?ad¨ªa el miedo a las redadas de las fuerzas de seguridad marroqu¨ªes que deportan los subsaharianos a Argelia.
La polic¨ªa espa?ola intent¨® arreglar el desaguisado de la expulsi¨®n de los adolescentes. Dos de sus agentes se reunieron con ellos, en noviembre, en el aparcamiento del hipermercado Marjane de Nador, la ciudad vecina de Melilla, para proponerles que intentaran regresar a Espa?a atravesando a la carrera el paso fronterizo de Farhana. ¡°Nos pareci¨® temerario¡±, asegura Ibrahim.
El joven burkin¨¦s opt¨®, sin embargo, por una v¨ªa tambi¨¦n arriesgada para volver a Melilla. ¡°Convenc¨ª a un grande [adulto en el lenguaje de los subsaharianos] de que me dejara subir a una embarcaci¨®n¡± que, el 9 de diciembre, iba a zarpar rumbo a Melilla. ¡°Le cont¨¦ mi historia y no me cobr¨®¡±, a?ade. ¡°Adem¨¢s yo no ten¨ªa dinero¡±.
Tras desembarcar en Melilla Ibrahim fue conducido, por la polic¨ªa municipal, a la Pur¨ªsima donde se alojan otros 190 menores, en su mayor¨ªa marroqu¨ªes. ¡°Casi no salgo de aqu¨ª y a¨²n no he vuelto al colegio¡±, comenta. ¡°Me han dicho que los hombres que me expulsaron merodean por aqu¨ª solo que ahora en un coche de marca Renault¡±, se?ala atemorizado. ¡°Tengo miedo a que se venguen¡±.
¡°Est¨¢ asustado porque teme que tomen represalias¡±, asegura Jos¨¦ Palaz¨®n que en Melilla dirige Prodein, una ONG de ayuda a la infancia. Para los que le expulsaron en noviembre Ibrahim es un peligro porque puede reconocerles. Probablemente incurrieron en hasta tres delitos: vulneraci¨®n de la ley del menor, detenci¨®n ilegal y abandono de menores.
Por eso Palaz¨®n acudi¨® a la fiscal¨ªa de Melilla para pedir que brindara protecci¨®n al chaval. Helena Maleno, que desde T¨¢nger encabeza la ONG Caminando Fronteras de apoyo a los emigrantes subsaharianos, va incluso m¨¢s all¨¢: ¡°La integridad f¨ªsica de Ibrahim corre peligro en Melilla y por eso debe de ser trasladado cuanto antes a la Pen¨ªnsula¡±. ¡°Si Mohamed [el mayor de los dos adolescentes] consigue entrar de nuevo en Melilla tambi¨¦n debe de ser trasladado¡±.
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