Carlos Fabra y otros talismanes valencianos

Las diputaciones pueden llegar a ser amuletos. O, al menos, a veces, para sus m¨¢ximos dirigentes. Las diputaciones de Valencia y Castell¨®n se han caracterizado, en los ¨²ltimos a?os, por atraer la suerte en los sorteos de loter¨ªa, aunque no para todo el mundo. El presidente de la Diputaci¨®n de Castell¨®n, Carlos Fabra, es uno de los inmensamente afortunados. Y no en una sola ocasi¨®n sino hasta en seis a?os diferentes.

Su buena estrella se descubri¨® a ra¨ªz de la investigaci¨®n a la que fue sometido por su imputaci¨®n ante la posible comisi¨®n de los delitos de tr¨¢fico de influencias y cohecho. El an¨¢lisis de sus cuentas desvel¨® ingresos en 2000, 2001, 2002 y 2004, de premios de loter¨ªa declarados, con cantidades que oscilan entre los 23.300 hasta los 1130.000, con un total de cerca de 280.000 euros. Pero la diosa fortuna pas¨® mucho m¨¢s cerca en 2008. Fue en el sorteo del Ni?o, en el que el bot¨ªn se elev¨® a dos millones de euros. Ah¨ª no par¨® su suerte. Hace dos a?os, en el sorteo de Navidad, Carlos Fabra volvi¨® a ser agraciado ya que portaba ¡°unos cuantos d¨¦cimos¡± del n¨²mero que jugaba el PP de un pueblo, cuyas tres ¨²ltimas cifras coincid¨ªan con el gordo.

Cuanto m¨¢s se compra, m¨¢s posibilidades, claro. Y en el caso de las diputaciones (ayuntamiento de ayuntamientos) se une el hecho de que por all¨ª desfilan n¨²meros de muy distinta procedencia. As¨ª le pas¨® en 2011 al presidente de la Diputaci¨®n de Valencia, Alfonso Rus, que se llev¨® 625.000 euros del segundo premio de Navidad que compr¨® al PP de un municipio de la provincia de Valencia, Manises.

Sin embargo, el que se ha hecho ¡°famoso¡± por ese premio es el entonces alcalde de ese mismo pueblo y vicepresidente de la Diputaci¨®n, Enrique Crespo, que, por supuesto, llevaba loter¨ªa de su agrupaci¨®n local. En el momento en el que se supo agraciado todo fueron celebraciones, ya que hab¨ªa comprado, seg¨²n ¨¦l mismo dijo, ¡°bastantes¡± d¨¦cimos. Sin embargo, Crespo estaba siendo investigado por el saqueo de una depurada, motivo por el que se le reclamaban responsabilidades patrimoniales. El juez actu¨® con rapidez y le requiri¨® para que aclarara a cu¨¢nto hab¨ªa ascendido exactamente el premio, con el fin de determinar si era solvente para frente a las posibles responsabilidades civiles. ¡°Uno¡±, dijo Crespo. Pero la investigaci¨®n sobre su buena fortuna llev¨® al juez a descubrir indicios de haber distribuido, entre sus familiares, hasta 22,7 millones de euros en d¨¦cimos de Loter¨ªa de Navidad para evitar que le fueran embargados.

Pero no era la primera vez que la fortuna hab¨ªa mirado a la Diputaci¨®n de Valencia. En 1988, el entonces presidente de la instituci¨®n provincial Francisco Blasco, obtuvo un premio de 36.000, para entonces, un fortun¨®n. En este caso fue un ordenanza el que se encarg¨® de acudir a la administraci¨®n m¨¢s cercana al palacio provincial y encargar los d¨¦cimos que acabaron en manos no solo del presidente sino de entre 20 y 30 trabajadores y cargos de la misma diputaci¨®n.

La compra de billetes premiados es un m¨¦todo utilizado para blanquear dinero y es una teor¨ªa que asalta de inmediato cuando es un pol¨ªtico el agraciado. Sin embargo, no es menos cierto que cuantos m¨¢s n¨²meros se compran, m¨¢s posibilidades existen de ¡°acertar¡± con el premiado.