El gran descalabro del consumo cultural
El aumento del IVA al 21% y el recorte de aportes p¨²blicos ponen al sector al borde del precipicio La industria defiende su valor inmaterial, pero tambi¨¦n como generadora de empleo
Hay t¨¦rminos que seg¨²n los contextos suenan exagerados. Pero ya acabado 2012, a?o de nieves pero no de bienes, hablar de descalabro en el consumo cultural no lo es. La asistencia a espect¨¢culos en vivo desciende, la compra de libros, pel¨ªculas, m¨²sica, videojuegos se hunde en torno al 20% en total desde 2008. Y en muchos casos lo hace de golpe. Si esto no se puede definir como un descalabro, ?de qu¨¦ estamos hablando?
Una ca¨ªda continuada, vertiginosa en la que nadie ve la red, un constante y machac¨®n recorrido por las tinieblas, el vapuleo por parte del Gobierno con el aumento del IVA al 21% ¡ªel doble de la media europea, que est¨¢ en torno al 10%¡ª y el recorte continuado de las aportaciones p¨²blicas al sector.
Todo apunta al violento despertar de un dulce sue?o en medio de una pesadilla donde nos encontramos varias crisis en una: la general y la de los modelos industriales, de negocio y gerenciales en la cultura, el fin de un espejismo que ojal¨¢ d¨¦ paso a un nuevo realismo, la reordenaci¨®n a la fuerza de ciertas estructuras o la falta de compromiso muy patente en algunos casos de un p¨²blico que demanda cultura, pero en muchos casos se resiste a pagar por ella¡
Dependiendo de los sectores, el gasto ha bajado hasta un 70% en cuatro a?os
Son demasiadas las razones que explican las escalofriantes cifras de los m¨¢s recientes estudios. Todas apuntan desde hace cuatro a?os un descenso medio del 20% en el consumo de los productos culturales, pero si bien algunos resisten m¨¢s, aunque nadie baja del 9%, otros superan llegan casi al 70%. En cualquier entorno donde se pregunte la respuesta es la misma. En el ¨¢mbito editorial, el de las artes esc¨¦nicas, el audiovisual, la m¨²sica, las nuevas tecnolog¨ªas¡ La ca¨ªda tiende a aumentar.
Aunque desde el Gobierno, Teresa Lizaranzu, directora general de Industrias Culturales y del Libro, reclama moderaci¨®n y quiere ser cauta hasta ver los datos cerrados de 2012, la desolaci¨®n general se desprende sobre todo del ¨²ltimo Anuario de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) que ha analizado punto por punto cada ¨¢mbito de su competencia.
La conclusi¨®n es fr¨ªa, pero contundente: ¡°En algunos sectores, como los de las artes esc¨¦nicas, el cambio de tendencia se adscribe principalmente a los efectos de la crisis econ¨®mica. En otros, como el cine, el v¨ªdeo, la m¨²sica grabada, los descensos se deben a otros factores: los efectos del cambio de paradigma tecnol¨®gico, con la sustituci¨®n de soportes, la aparici¨®n de nuevas alternativas de ocio y el consumo de m¨²sica y pel¨ªculas en Internet, consumo en su mayor parte realizado infringiendo las leyes de propiedad intelectual¡±.
Lo miren como lo miren, el terror esc¨¦nico impera: ¡°La tendencia es muy dif¨ªcil de parar¡±, asegura Anton Reixa, presidente de la SGAE. El l¨ªder de los gestores y editores cree que en este momento, m¨¢s que nunca, es cuando desde el Gobierno se deber¨ªa mostrar un claro compromiso con la cultura. Pero no hay gestos en ese sentido. Ni hechos.
La Red, la pirater¨ªa y los nuevos h¨¢bitos tambi¨¦n inciden poderosamente
Los datos cantan y los ¨¢nimos se calientan. Cuando la crisis azuza, la ideolog¨ªa apunta en una u otra direcci¨®n y entonces chirr¨ªan los discursos amables. ¡°Todos entendemos el contexto y tratamos de gestionarlo en la medida de nuestras posibilidades, pero nuestro sentir es claro. La incidencia fiscal que traer¨¢ el IVA y el recorte de las ayudas p¨²blicas responde a una opci¨®n pol¨ªtica. El Gobierno cree que la cultura no es un bien a proteger y nosotros s¨ª¡±.
A partir de esa percepci¨®n, lo que m¨¢s se da en las reuniones que tienen lugar entre los creadores y sus representantes y el Gobierno muchas veces no pasa del di¨¢logo de besugos, seg¨²n Reixa. ¡°Todo es muy cordial, pero hablamos idiomas diferentes. Por m¨¢s que queramos transmitir que, aparte de encauzar nuestra autoestima y reforzar la identidad como sociedad, la cultura en nuestro pa¨ªs produce riqueza y puestos de trabajo, no comprenden el discurso. Hablamos idiomas diferentes. Nosotros creemos que en vez de recortar por la sanidad y nuestro ¨¢mbito, deber¨ªan hacerlo en otros cap¨ªtulos, como el militar, por ejemplo. Nosotros hablamos de protecci¨®n y ellos de mecenazgo. Y as¨ª. Para ellos, la cultura tiene un valor ornamental¡±.
Pero es que ni siquiera el mecenazgo ¡ªuna opci¨®n legislativa m¨¢s que razonable en estos tiempos de crisis¡ª acaba de concretarse. Y en ese aspecto, aunque los responsables de la pol¨ªtica cultural no se cansan de repetir que esa batalla la est¨¢n dando, se encuentran con el frente dentro del mismo Gobierno de un responsable de Hacienda al que le han salido en los ojos las marcas del t¨ªo Gilito, obsesionado como est¨¢ con recaudar. ?Cambiar ahora una legislaci¨®n que reduce en torno al 30% y al 35% los impuestos de los mecenas por otra que contemple el 70%, como ocurre en Francia? Ni a tiros. He ah¨ª el l¨ªo interno dentro del Gobierno.
Para los responsables culturales del PP eso ser¨ªa una salida, si no inmediata, posible a medio plazo. Pero no toca, seg¨²n los que mandan en el ¨¢rea econ¨®mica con Crist¨®bal Montoro al frente de esa batalla. Lizaranzu se limita a asegurar que de Cultura salen las propuestas, pero que las decisiones que exceden sus ¨¢mbitos y tocan aspectos industriales o econ¨®micos, ¡°se toman en el Consejo de Ministros¡±.
¡°El Gobierno cree que la cultura no es un bien a proteger¡±, se queja Reixa
Mientras, si los datos, publicados solo hasta 2011, han sido demoledores, para los siguientes ejercicios se prev¨¦n variaciones a peor. En este periodo de 2012 no est¨¢ medida la incidencia del IVA. M¨¢s si se insiste en futuros recortes, una pol¨ªtica que desde 2008 ha ahogado las iniciativas de varias instituciones, pero no ha provocado sino rebeliones entre bambalinas. ¡°Es una contradicci¨®n injustificable la subida del IVA. La pol¨ªtica cultural necesita de inversiones. Pero no puedes argumentar nuevos recortes por parte del Estado y a la vez decirle a los espectadores que de cada 100 euros que se gastan, 21 son para las cuentas p¨²blicas y despu¨¦s escatimarlos. No sale la cuenta¡±, a?ade Reixa.
Y en medio, crece la impotencia ante eso que pocos se atreven a denominar por su nombre: el descalabro. Si repasamos, comprobamos que nadie se salva de la quema. En artes esc¨¦nicas, el n¨²mero de espectadores ha descendido desde 2008 en un 24,3% y la recaudaci¨®n por entradas en un 13,24%. Los que m¨¢s castigo han sufrido han sido los bailarines. La danza sufre un 29% de p¨¦rdida de p¨²blico y un 38% de ingresos en taquilla.
Pero eso es un aperitivo. Si entramos en la m¨²sica grabada, el descenso de las ventas desde 2008 alcanza el 41,6%. Y eso que el negocio en el entorno digital ha crecido un 58,6%, pero no es suficiente para que la sustituci¨®n del modelo de industria logre un balance equilibrado que le haga respirar con tranquilidad respecto al futuro.
El Ejecutivo dice que algunas ca¨ªdas no son en realidad tan fuertes como las estimadas
En el v¨ªdeo, la desaz¨®n impera tambi¨¦n: si comparamos las cifras de ventas con respecto a 2007 ¡ªun a?o antes del habitual cuando se mide el par¨¢metro de la crisis¡ª el descenso de ventas alcanza el 69,6%. Ah¨ª ya entraba a saco el pirateo y la copia ilegal. Sin embargo, el cine salva un poco m¨¢s los muebles. Desde 2008, el descenso de espectadores es del 9%, aunque desde 2007 es del 16,3%, siendo el ¨²nico sector que incrementa sus cifras en un 2,2% de recaudaci¨®n. ?La raz¨®n? El aumento del precio de las entradas, que es especialmente sensible con la entrada en liza de nuevas tecnolog¨ªas como el 3-D.
El cine ha dado alguna se?al importante en este ¨²ltimo trimestre. El triunfo de Lo imposible ¡ªla pel¨ªcula de J. J Bayona que no solo se convirti¨® en la espa?ola m¨¢s taquillera, sino en la que m¨¢s ha logrado recaudar de la historia en Espa?a¡ª ha servido para que su ¨¦xito se utilice en beneficio de todos. El sector, para justificar su propia autoestima y el Gobierno, para demostrar que lo del aumento del IVA no ha sido para tanto.
Pero Enrique Gonz¨¢lez Macho, productor, exhibidor, distribuidor y presidente de la Academia de Cine, no quiere llamarse a enga?o: ¡°Los primeros ocho meses de 2012 hemos experimentado una bajada fort¨ªsima que ahora se ha atenuado con tres estrenos: Las aventuras de Tadeo Jones, Lo imposible y el ¨²ltimo James Bond. Pero es un espejismo. Sin la subida del IVA, el aumento hubiese sido mucho mayor¡±, advierte. ?Seguro? ¡°Ciertamente, esto no es una suposici¨®n, es una certeza. Si analizamos lo que ha ocurrido en Canarias nos damos cuenta. All¨ª, que no repercute el IVA, la subida ha sido mayor¡±. Cree Gonz¨¢lez Macho que el impacto de esa medida todav¨ªa est¨¢ por definir, pero que las cifras globales del a?o que acaba de terminar no aumentar¨¢n y quedar¨¢n en t¨¦rminos parecidos a las de 2011.
Desde el Gobierno, en cuanto a lo que el cine se refiere, Lizaranzu aclara que se han empezado a considerar nuevas formas de financiaci¨®n. ¡°Es necesario buscarlas para cambiar la dependencia que ten¨ªa el sector de las ayudas p¨²blicas¡±, asegura. Pero es pronto para definirlas. ¡°Estamos en negociaciones y abiertos a propuestas¡±.
El sector del libro iguala la media, aunque proporciona a¨²n sus alegr¨ªas. En dicho ¨¢mbito, la ca¨ªda fue mucho m¨¢s lenta, pero ha resultado igualmente traum¨¢tica. Con una excepci¨®n¡ Am¨¦rica Latina. El poder de la lengua y una m¨¢s que acertada pol¨ªtica de implantaci¨®n en aquellos pa¨ªses donde se habla el mismo idioma o donde resulta obligatorio aprenderlo ¡ªcaso de Brasil¡ª, los editores han encontrado su dorado particular. As¨ª lo certifica Javier Cort¨¦s, presidente de la Federaci¨®n de Gremios de Editores de Espa?a. ¡°Am¨¦rica para nosotros es muy importante¡±.
Cort¨¦s apunta varias razones: ¡°Primero, considero que no se ha conseguido crear una conciencia del consumo digital responsable. A diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, por ejemplo, donde el comportamiento del consumo cultural en la red es muy claro¡±. Pero tambi¨¦n Cort¨¦s anota una autocr¨ªtica: ¡°Los editores tampoco hemos estado muy espabilados para redefinir nuestras ofertas en ese ¨¢mbito¡±. De cualquier manera, la moral en el mundo del libro es baja. Solo el aliento de un satisfactorio aumento de las exportaciones ¡ªalrededor de un 5% este a?o¡ª, les proporciona su respiro.
Tambi¨¦n, a tenor de algunas cifras que ha dejado 2011, el editorial es un mercado con perspectivas. Seg¨²n el Observatorio de la Lectura y el Libro, un estudio del Ministerio de Educaci¨®n, Cultura y Deporte, 367 nuevas empresas de publicaciones en todos los soportes iniciaron su actividad el pasado a?o para sumar un total de 3.474, que sacan al mercado 117.000 t¨ªtulos al a?o. El sector editorial hispano es la cuarta potencia a nivel mundial y abarca el 40,3% del conjunto de las actividades culturales en Espa?a.
En mitad de las quejas y los an¨¢lisis catastrofistas del sector, las cifras oficiales ofrecen otro panorama menos negro. Si tomamos como referencia el Anuario de estad¨ªsticas culturales 2012, otro an¨¢lisis del ministerio, el signo cambia. Seg¨²n los datos del Gobierno, el sector cultural sigue proporcionando riqueza, creando m¨¢s empleo ¡ª452.700 personas trabajan en ¨¦l, un 2,6% del total en el pa¨ªs equivalente al empleo en agricultura, ganader¨ªa y pesca o al energ¨¦tico¡ª y llenando el ocio de los espa?oles con un lugar destacado para el cine, con una asistencia del 49,1% de la poblaci¨®n a las salas.
El anuario contempla otros ¨¢mbitos como el de los museos, las bibliotecas y la riqueza del patrimonio. Eso le permite destacar la incidencia del turismo cultural en Espa?a. Un 19,7% de los visitantes acuden por motivos culturales. Muchos de ellos cayeron por los museos, cuyas visitas arrojaron en 2010 una cifra de 57,5 millones de personas. Teresa Lizaranzu insiste en la cautela y en que las ca¨ªdas que se prev¨¦n para 2012 de algunos sectores como el editorial no son tan fuertes, estima.
Pero lo cierto es que el mundo de la cultura no est¨¢ sirviendo de refugio ni de consuelo en estos tiempos de crisis para una poblaci¨®n que imita la tendencia general a la par¨¢lisis.
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