Cortocircuito a la energ¨ªa solar
Los vaivenes en la regulaci¨®n y la competencia china ensombrecen la industria Abundan los cierres y las suspensiones de pago
Los buitres trazan c¨ªrculos sobre las huertas. En esas huertas se plantaron paneles revestidos de cristales de silicio para captar la energ¨ªa del sol y transformarla en electricidad. El apoyo p¨²blico garantizaba que la inversi¨®n, pasados unos a?os, dar¨ªa frutos, que los pr¨¦stamos se devolver¨ªan sin problemas. Los paneles crecieron como champi?ones y el coste del sistema de apoyo, que de alguna u otra manera acaba en la factura de la luz, se dispar¨®. El Gobierno no solo ech¨® el freno de mano; dio marcha atr¨¢s. Lo que antes era un pr¨¦stamo f¨¢cil de devolver, ahora es, en varios casos, riesgo de impago. Y cuando los propietarios temen que se ejecuten los avales (muchos ofrecieron su casa), ¡°empiezan a revolotear los fondos buitres¡±, en palabras de Jos¨¦ Donoso, director general de la Uni¨®n Espa?ola Fotovoltaica (Unef).
A largo plazo, la inversi¨®n a¨²n es rentable, pero muchos propietarios depend¨ªan de cobrar la totalidad de los ingresos previstos para hacer frente a los primeros a?os de cuota, los m¨¢s onerosos. Los fondos buitres ofrecen hacerse cargo del pr¨¦stamo, siempre, claro, que se les venda la huerta solar por una cantidad irrisoria.
En 2008, cuando se popularizaron las huertas solares, se pusieron en marcha m¨¢s de 2.700 megavatios de potencia en instalaciones fotovoltaicas. El plan de apoyo dise?ado por el Gobierno socialista, que, como antes en la e¨®lica, garantizaba el cobro de una remuneraci¨®n fija, de una prima, por la electricidad producida durante la vida ¨²til de la instalaci¨®n, apenas pretend¨ªa incentivar la instalaci¨®n de 400 megavatios en tres a?os. El alud de instalaciones precipit¨® las medidas retroactivas del Gobierno y fue el comienzo de un mal sue?o para decenas de miles de peque?os propietarios.
Se preve¨ªa que se duplicara el empleo hasta 2020, pero los ERE se suceden
El Ejecutivo limit¨® a 25 los a?os de duraci¨®n de la prima, pero sobre todo, redujo hasta 2014 en un 30% el nivel m¨¢ximo de producci¨®n primada. A eso hay que a?adirle el impuesto del 7% aprobado en 2012 por el Gobierno del PP a los productores de electricidad, que los fotovoltaicos, por depender totalmente de una prima, no pueden repercutir al consumidor. Adem¨¢s, Industria acaba de cambiar la regla de evoluci¨®n de las primas a renovables, con un menoscabo del 3% en los ingresos en comparaci¨®n con la original.
¡°Se ha expropiado el 40% del ingreso a productores de fotovoltaica¡±, sintetiza Donoso; las medidas retroactivas est¨¢n pendientes de arbitrajes, y miles de reclamaciones administrativas se convertir¨¢n en demandas en cuanto el procedimiento lo permita. ¡°La inestabilidad que crea el Gobierno hace rehenes a miles de peque?os inversores, gente atrapada por la falta de liquidez¡±, a?ade.
Pero adem¨¢s de reescribir el pasado, las decisiones del Gobierno han proyectado una sombra de duda sobre el futuro de las renovables en Espa?a, que se alarg¨® a¨²n m¨¢s cuando el Ejecutivo del PP, a principios de 2012, decidi¨® suspender la concesi¨®n de primas a nuevas instalaciones. Lo que cosecha ahora un sector al que se situaba una y otra vez al frente del cambio de modelo productivo es un rosario de cierres, suspensiones de pagos y despidos.
El sector acusa la moratoria y el recorte retroactivo del precio pactado
La planta malague?a de Isofot¨®n, una de las m¨¢s importantes de Europa, est¨¢ pendiente de un expediente de regulaci¨®n de empleo (ERE) que afecta a 380 de sus 657 trabajadores y debe resolverse a principios de abril. El ERE, que coincide con el arranque de la nueva planta de la firma espa?ola en Ohio (EE UU) con 300 empleados, es el ¨²ltimo bot¨®n de muestra. ¡°Se est¨¢ produciendo una debacle en el sector¡±, se?ala Carlos Mart¨ªnez, de la Secretar¨ªa de Medio Ambiente de CC OO. Istas, una fundaci¨®n vinculada a CC OO estim¨® que, en 2007 la producci¨®n solar fotovoltaica sosten¨ªa 26.450 empleos directos, que pod¨ªan llegar a rondar los 42.000 si se alcanzaban los objetivos comprometidos por Espa?a para 2020 (7.200 megavatios, frente a los 4.500 instalados a finales del a?o pasado). En 2010, el mismo estudio reflejaba que el sector apenas contaba ya con 19.500 empleos directos. No ha habido m¨¢s encuestas, pero Mart¨ªnez calcula que el sector se ha reducido ¡°a un tercio¡±. Unef cree que fabricantes e instaladores apenas suman ya 7.000 empleos directos e indirectos. ¡°Se pierde una masa industrial clave¡±, lamenta el representante sindical.
¡°Si cae la demanda y se cuestiona la capacidad de apoyo p¨²blico, en un entorno de financiaci¨®n mucho m¨¢s complicado, los mercados de proximidad entran en crisis¡±, se?ala Teresa Ribera, directora general de Desarrollo Estrat¨¦gico de Isofot¨®n, que justifica as¨ª el cambio de prioridades de su firma, orientada ahora al mercado estadounidense y latinoamericano. Ribera, que fue secretaria de Estado de Cambio Clim¨¢tico en el Gobierno socialista, incorpora al sospechoso habitual en una actividad globalizada: las importaciones chinas, ¡°que han descalabrado al sector en Europa¡±.
¡°Las primas no se adaptaron a los costes reales¡±, critica un investigador
La directiva de Isofot¨®n recalca que fue el compromiso europeo con unos objetivos obligatorios antes de 2020 para rebajar las emisiones de di¨®xido de carbono, lo que permiti¨® que ¡°la inversi¨®n en todo tipo de renovables dejara de verse como una apuesta arriesgada¡±. Pero China tambi¨¦n se marc¨® otro objetivo para ese 2020: ¡°Convertirse en l¨ªder mundial de la industria verde¡±. Para ello no dud¨® en financiar ¡°de forma muy agresiva¡± la producci¨®n de paneles fotovoltaicos, replicando las mejoras tecnol¨®gicas occidentales a menor coste. De la incidencia de este factor da cuenta que no solo son espa?oles los fabricantes ca¨ªdos (Siliken, Pevafersa, Gadir Solar, Silicio Solar) o que aplican dr¨¢sticos recortes (Isofot¨®n, Solaria); tambi¨¦n han echado el cierre compa?¨ªas de Alemania (el mayor mercado europeo de paneles fotovoltaicos), como Q-Cells y la semana pasada el gigante Bosch anunciaba el cierre de su negocio fotovoltaico. Bruselas investiga ya si los exportadores chinos hunden el precio para hacerse con m¨¢s mercado (dumping) y si reciben un nivel de subvenciones tal que justificar¨ªa defensas arancelarias.
Pese al impacto de la competencia china, Ribera no deja de subrayar la importancia de los vaivenes de los Gobiernos espa?oles, incluido del que form¨® parte. ¡°Con las medidas retroactivas sobre las instalaciones de 2008 se quiebra la seguridad jur¨ªdica, y eso aleja a los inversores, desincentiva el gasto en innovaci¨®n¡±, indica. ¡°Y con la moratoria en los apoyos a las renovables se retrasa un proceso de cambio inevitable, el Gobierno debe ser consciente de la trascendencia de retener una industria de alto valor a?adido, de evitar la dependencia tecnol¨®gica¡±.
La decisi¨®n de la consultora Ernst&Young de sacar a Espa?a de la lista de los 10 mejores pa¨ªses para invertir en renovables es un indicador de que la desconfianza ha calado.
Isofot¨®n ha decidido orientarse hacia los mercados de EE UU y Latinoam¨¦rica
La exsecretaria de Estado de Cambio Clim¨¢tico admite que hubo ¡°errores en el pasado¡± al fijar algunas primas como las de las fotovoltaicas en 2008. ¡°Pero eso no debe llevarnos a pensar que nos hemos pasado en el apoyo a las renovables¡±, sostiene. El objetivo de cubrir el 20% del consumo energ¨¦tico final con renovables (e¨®lica, fotovoltaica, termosolar, biomasa o biocombustibles) en 2020 es alcanzable, pero en los tres ¨²ltimos a?os se ha producido un estancamiento (en torno al 13,5%) aun cuando son las t¨¦rmicas contaminantes las que m¨¢s sufren la ca¨ªda de la demanda.
La patronal de las grandes compa?¨ªas el¨¦ctricas, Unesa, ha sido la m¨¢s cr¨ªtica con las primas a las renovables, que implica unos costes anuales cercanos a los 6.500 millones, un tercio de las partidas sometidas a tarifas reguladas en la producci¨®n de electricidad. ¡°?Por qu¨¦ no se puede recortar eso?¡±, se pregunt¨® en febrero el presidente de Unesa, Eduardo Montes, ¡°estamos pagando haber invertido a un precio de la tecnolog¨ªa muy superior al actual¡±.
Las primas a las renovables, junto a otros costes, como los apoyos a los sistemas el¨¦ctricos de Canarias y Baleares, la retribuci¨®n al transporte y la distribuci¨®n o los pagos para que el sistema pueda interrumpir el suministro a grandes empresas en caso de apuro forman parte de los gastos que deber¨ªa cubrir la tarifa regulada. Pero la decisi¨®n de sucesivos Gobiernos de no repercutir en los precios finales al consumidor todos los costes regulados y el desv¨ªo en las previsiones iniciales arrojan unos d¨¦ficits con las grandes el¨¦ctricas (a las que la norma asigna estos desfases) que se repiten a?o a a?o. En 2012, como resultado de este sistema, el d¨¦ficit de tarifa sobrepas¨® los 5.500 millones, y lo que en teor¨ªa deben los clientes a las empresas se acerca a los 30.000 millones.
Espa?a ya no est¨¢
¡°En la expansi¨®n de las energ¨ªas renovables se ha mezclado la pol¨ªtica de cambio clim¨¢tico con objetivos de promoci¨®n industrial¡±, critica Juan Delgado, investigador del Basque Center for Climate Change, de la Universidad del Pa¨ªs Vasco. Delgado, que fue economista jefe de la Comisi¨®n Nacional de Competencia, cree que en ¡°la fotovoltaica, se adelant¨® lo que era una senda razonable de instalaci¨®n¡±. Adem¨¢s considera que la falta de adaptaci¨®n de la prima ¡°a los costes reales de la tecnolog¨ªa ha hecho m¨¢s cara la factura el¨¦ctrica¡±. La propia rectificaci¨®n de la norma, aduce este investigador, lo prueba: en el boom de 2007-2008, se reconoci¨® a las instalaciones una prima de 442 euros por megavatio hora. Luego se cambi¨® la norma: en 2010 y 2011 se establecieron cupos trimestrales; si se cubr¨ªan, la prima bajaba en el trimestre siguiente. Esos dos a?os se cubrieron los objetivos anuales (400 megavatios) y la prima se redujo a menos de un tercio, 124 euros, se?al de que los costes eran ya muy inferiores.
¡°En 2007 se fij¨® una prima demasiado elevada, pero no fue solo cuesti¨®n de precio¡±, matiza Pablo del R¨ªo, cient¨ªfico titular del Instituto de Pol¨ªticas P¨²blicas (CSIC). ¡°La expansi¨®n se debi¨® adem¨¢s a que se aplic¨® sobre una tecnolog¨ªa modulable, de f¨¢cil instalaci¨®n, que experimenta r¨¢pidas reducciones de costes. Las solicitudes se dispararon porque se dio a entender, con un periodo transitorio, que la siguiente regulaci¨®n ser¨ªa m¨¢s dura. Y hay que sumar las condiciones financieras, con un cr¨¦dito todav¨ªa f¨¢cil y barato¡±.
Aun as¨ª, Del R¨ªo relativiza el desv¨ªo sobre las previsiones iniciales ¡ªen Alemania, recuerda, se llegaron a instalar 7.000 megavatios al a?o en energ¨ªa fotovoltaica¡ª, y defiende que se debe apoyar incluso a tecnolog¨ªas que ¡°ahora son menos eficientes, pero que pueden ser necesarias, y competitivas, en el futuro¡±.
La apuesta de futuro m¨¢s transformadora es el autoconsumo de los hogares
¡°Con la preocupaci¨®n por el d¨¦ficit de tarifa, las nuevas primas que se dise?en ahora deber¨ªan ser m¨¢s bajas, aunque tambi¨¦n es probable que haya que pagar una prima de riesgo adicional por las dudas de los inversores ante la inestabilidad regulatoria¡±, se?ala Del R¨ªo, quien cree que, en el caso de las tecnolog¨ªas m¨¢s maduras, como la e¨®lica, los apoyos pueden asignarse ¡°mediante subastas, para que se refleje c¨®mo las mejoras tecnol¨®gicas bajan los costes¡±.
A diferencia de Delgado, el cient¨ªfico del CSIC defiende que la pol¨ªtica industrial y energ¨¦tica vayan de la mano. ¡°Las renovables son una alternativa muy evidente para el cambio de modelo productivo, no solo porque contribuye a crear empleo, tambi¨¦n reduce la dependencia energ¨¦tica y el d¨¦ficit exterior¡±, afirma. Lo que no quiere decir que el mantenimiento de instrumentos de apoyo vaya a ser f¨¢cil de justificar. ¡°Con el exceso de capacidad en generaci¨®n el¨¦ctrica¡±, ante una demanda deprimida por la crisis, ¡°y con las interconexiones internacionales muy limitadas, se hace complicado defender incrementos para cualquier tecnolog¨ªa¡±, resalta.
Pese a los oscuros nubarrones, la industria fotovoltaica ensaya nuevos caminos. Las solicitudes para conectar a la red, incluso sin prima, instalaciones de alta concentraci¨®n superan los 20.000 megavatios. La apuesta m¨¢s transformadora, sin embargo, es la del autoconsumo: permitir a los clientes instalar paneles fotovoltaicos en sus casas para generar su propia electricidad: el Gobierno socialista dio encaje legal a esta opci¨®n, pero depende del Ejecutivo popular resolver c¨®mo organizar (y retribuir) el acceso de ese consumidor a la red general cuando la energ¨ªa solar no es posible. Es lo que Teresa Ribera visualiza desde las oficinas de Isofot¨®n en la Torre de Cristal, el rascacielos madrile?o. ¡°?Cu¨¢ntos metros cuadrados de paneles solares podr¨ªan ponerse en esas azoteas!".
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