Apuntalando privilegios

Los obispos espa?oles vuelven a la carga. Saben que el Gobierno est¨¢ preparando el borrador de la reforma del aborto y quieren que este se adapte a sus exigencias. No est¨¢n conformes ¡ªnunca lo estuvieron¡ª ni con la despenalizaci¨®n de 1985 ni con la ley de plazos de 2010. La interrupci¨®n voluntaria de un embarazo, de un proyecto de vida, es contrario a sus creencias y, por tanto, es del todo consecuente que, utilizando la libertad de expresi¨®n de la que disponen, alcen su voz contra una legislaci¨®n que deploran.

En este terreno, la Iglesia cat¨®lica est¨¢ en su derecho ¡ªy yo a?adir¨ªa que en su deber¡ª de alertar contra ello. Pero desde fuera, la cuesti¨®n es otra. La cuesti¨®n es valorar en su justa medida el peso pol¨ªtico de su opini¨®n. Porque, en efecto, como ha dicho Alfonso Alonso, portavoz del Grupo Popular, las leyes las hace el Parlamento, no una confesi¨®n religiosa. Pero tambi¨¦n porque un Estado laico como el nuestro deber¨ªa ser capaz de limitar el poder de influencia de una jerarqu¨ªa religiosa que, para colmo, est¨¢ m¨¢s que cuestionada por la sociedad. As¨ª lo demuestra la encuesta de Metroscopia que publicaba ayer este peri¨®dico.

El sondeo viene a demostrar que la mayor¨ªa de los espa?oles no est¨¢n a favor de una reforma hiperrestrictiva del aborto, como pretende Alberto Ruiz Gallard¨®n, y que la sociedad espa?ola es extremadamente cr¨ªtica con la actuaci¨®n, los modos y las reglas de la Iglesia cat¨®lica.

No es de extra?ar. Frente a los problemas que aquejan de manera masiva a la gente ¡ªel paro, la desigualdad social, el empobrecimiento¡ª, el presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio Mar¨ªa Rouco, llama la atenci¨®n al Gobierno de Rajoy por no haber anulado la ley de matrimonio homosexual y la del aborto. Especialmente rid¨ªcula ha sido la denuncia del obispo de Alcal¨¢, Juan Antonio Reig Pl¨¤, asegurando que detr¨¢s de la ley del aborto se esconde una conspiraci¨®n internacional que busca reducir la poblaci¨®n. Seg¨²n ¨¦l, los impulsores de la conjura son la ONU, el Parlamento Europeo y los Gobiernos y sindicatos. Clamar contra el aborto en defensa de la vida es discutible, pero coherente. Hacerlo porque merma la poblaci¨®n desde una instituci¨®n cuyos pastores ¡ªsacerdotes y monjas¡ª tienen prohibido el matrimonio y, como consecuencia, la procreaci¨®n, parece una broma.

Los espa?oles, cat¨®licos o no, quieren una Iglesia m¨¢s comprometida con los pobres, con menos ostentaci¨®n y liturgia y que no discrimine a las mujeres. En su lugar, tenemos una Iglesia que, lejos de su proyecto enunciado en el acuerdo con el Estado no vive de las aportaciones de sus fieles, sino de la subvenci¨®n p¨²blica. Ahora, adem¨¢s, influye como nunca en los procesos legislativos gracias a la receptividad de este Gobierno, que legisla en su favor en la reforma educativa y que no ha hecho un solo gesto por terminar con sus privilegios, si bien tampoco lo hicieron anteriores Ejecutivos.

La organizaci¨®n Europa Laica calcula que el Estado adjudica cada a?o a la Iglesia cat¨®lica 11.337,1 millones de euros por distintos conceptos ¡ªentre ellos, las exenciones fiscales que les permite vivir en un pr¨¢ctico para¨ªso fiscal¡ª. Marcar con una x la casilla del IRPF es un gesto que sale gratis. No obliga a los que lo hacen a pagar un poco m¨¢s, sino que compromete a Hacienda a detraer de la recaudaci¨®n general la parte proporcional correspondiente. Ahora, como gran avance, el Gobierno y la propia Iglesia cat¨®lica presentan su propuesta de incluir a la instituci¨®n en la ley de transparencia. ?Por qu¨¦? ?Es una forma de consolidar su estatus de privilegio? Las ONG y, en general, las instituciones sociales sin ¨¢nimo de lucro, deben dar cuenta al Estado de c¨®mo han gastado el dinero recibido para cada programa subvencionado. La ley de transparencia es una herramienta para que el ciudadano tenga cumplida cuenta de c¨®mo gastan las Administraciones p¨²blicas su dinero. Por eso qued¨®, en principio, fuera la Corona, porque, dijo el Gobierno, no es una Administraci¨®n p¨²blica. ?Acaso lo es la Iglesia cat¨®lica? ?Se va a incluir en la ley a todas las ONG y todas las confesiones? Esta propuesta tan aparentemente bien intencionada suena, en realidad, a una trampa, a refinado subterfugio para lograr que la Iglesia cat¨®lica, a pesar de la opini¨®n contraria de los espa?oles, siga ocupando ese lugar que, seg¨²n los par¨¢metros democr¨¢ticos, ya no le corresponde.