Las escuelas de San Francisco meditan
La pr¨¢ctica de la meditaci¨®n en el aula combate el estr¨¦s y el acoso escolar y mejora los resultados acad¨¦micos, seg¨²n expertos
En la Burton High School las clases comienzan a las 8 de la ma?ana de una manera poco convencional. Al sonido de una campana los alumnos cierran los ojos y por espacio de 15 minutos se concentran en un mantra, la repetici¨®n de un sonido sin significado alguno, para aquietar sus mentes.
Durante esta semana han tenido unos acompa?antes muy especiales: el director de cine neoyorkino, David Lynch, el actor Russell Brand y el jugador de beisbol, Berry Zito. Los tres han meditado con los alumnos para celebrar los seis a?os que las escuelas de San Francisco llevan comprometidas con el programa Quiet Time, que usa t¨¦cnicas de meditaci¨®n milenarias para ayudar a los estudiantes a concentrarse y mantenerse en calma pese al stress de la escuela y de los propios hogares.
El programa es promovido por la David Lynch Foundation, comprometida en promover la meditaci¨®n en las escuelas de EE.UU para combatir la violencia, el acoso escolar y mejorar los resultados acad¨¦micos. El propio Lynch lleva practicando meditaci¨®n desde hace cuarenta a?os y ha visto con sus propios ojos como ¡°la pr¨¢ctica regular ayuda a fomentar la creatividad, la inteligencia, el amor y la felicidad. Los problemas comienzan a evaporarse. Cierto que funciona¡±, comenta el famoso director de cine.
Muy bien lo sabe James Dierke, el director de Visitation Valley Middle School en San Francisco. Durante varios a?os la escuela arrastr¨® la fama de centro problem¨¢tico con muchos suspensos. Fue implantar el Quiet Time Program y la din¨¢mica empez¨® a cambiar al poco tiempo: menos suspensos y absentismo escolar, m¨¢s atenci¨®n y una considerable mejor¨ªa en las calificaciones acad¨¦micas.
¡°Cuando llegu¨¦ a esta escuela, hace 30 a?os, el centro ten¨ªa las m¨¢s altas tasas de absentismo escolar, de suspensos y de pobres resultados acad¨¦micos. Ocup¨¢bamos el segundo lugar entre las escuelas de San Francisco con mayor n¨²mero de cr¨ªmenes y con estudiantes de familias pobres. Hoy el centro es irreconocible gracias a la pr¨¢ctica de la meditaci¨®n. La idea de calmar la mente y olvidarse de todo durante 15 minutos, hace que luego los chicos asimilen los conocimientos mejor y est¨¦n mas concentrados¡±, se?ala Dierke.
El programa se ha implantado en muchas escuelas de San Francisco y los resultados son muy positivos. ¡°Mejora la atenci¨®n, reduce el fracaso escolar y la desmotivaci¨®n en el aula¡±, apunta Richard Carranza, el director de Burton High School.
La pr¨¢ctica despert¨® controversia al principio de su andadura, ya que algunas voces cr¨ªticas la consideraban te?ida de connotaciones religiosas, pero con el tiempo ha ido ganando aceptaci¨®n en las escuelas dados los buenos resultados.
Los beneficios de la meditaci¨®n est¨¢n probados y estudiados desde el punto de vista cient¨ªfico. Norman Rosenthal, profesor de la Psychiatry Georgetown University Medical School, afirma que ¡°hay una tremenda evidencia de los altos niveles de stress en las escuelas¡± y de que ¡°el 70% de los chicos que lo padecen no reciben ning¨²n tipo de ayuda psicol¨®gica¡±. ¡°Est¨¢ demostrado que los estudiantes con stress no pueden aprender. Experimentan tal nivel de ansiedad que les es imposible concentrarse en la escuela. Lo que hace la meditaci¨®n es reducir ese nivel de stress, ya que induce un cambio de las ondas mentales , provocando m¨¢s estados alfa ¨Cde calma-. El cerebro funciona mejor¡±, asegura.
La especialista en aprendizaje cognitivo, Sarina Grosswald, opina que ¡°los chicos trabajan muy bien cuando se les ense?a a meditar. Piensan con m¨¢s claridad¡±.
Los datos que maneja la David Lynch Foundation hablan por si mismos de los problemas que aquejan a las escuelas: ¡°Diez millones de estudiantes toman antidepresivos; cuatro millones de ni?os sufren de des¨®rdenes en el aprendizaje; el suicidio es la tercera causa de muerte entre los adolescentes y el 70% de los estudiantes con problemas mentales no reciben la ayuda que necesitan¡±.
Son cifras m¨¢s que suficientes como para dar a la meditaci¨®n una oportunidad en el aula. Y eso es lo que est¨¢n haciendo muchas escuelas de San Francisco.
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