Marruecos desbloquea decenas de adopciones de las familias espa?olas

Para Gabriel Pernau, periodista catal¨¢n, y su mujer el jueves 20 de junio fue ¡°el d¨ªa m¨¢s feliz¡± de su vida. En nombre del rey de Marruecos el juez de familia pronunci¨® en Rabat una sentencia que les concede la ¡°kafala¡± (tutela dativa) de un ni?o hu¨¦rfano marroqu¨ª. Llevaba 17 meses, desde diciembre de 2011, esperando este momento. ¡°Ha sido la gestaci¨®n m¨¢s larga¡±, comentaba uno de sus amigos.

Junto con el matrimonio catal¨¢n otras nueve familias -siete de ellas espa?olas- obtuvieron ese d¨ªa en Rabat sentencias favorables a sus solicitudes de ¡°kafalas¡±, la modalidad isl¨¢mica de la adopci¨®n. Hac¨ªa a?o y medio, pr¨¢cticamente desde que los islamistas llegaron al Gobierno de Marruecos, que los tribunales no conced¨ªan tutelas a los extranjeros pese a que les hab¨ªan asignado beb¨¦s que ellos alimentaban y acunaban cada vez que visitaban los orfanatos. ¡°Para nosotros era una pesadilla¡±, comenta Mar, otra catalana aspirante a adoptar.

¡°Se empieza a ver la luz al final del t¨²nel¡±, asegura euf¨®rica Susana Ramos, psicoterapeuta madrile?a que conf¨ªa en que antes de fin mes la justicia marroqu¨ª le entregue a su beb¨¦. El jueves deber¨ªa de haber otra tacada de veredictos positivos. En total son un centenar de familias ¨Cel 70% de ellas espa?olas- las que est¨¢n pendientes en Marruecos de poder adoptar, la mayor¨ªa en Rabat, pero tambi¨¦n hay grupos Agadir, Casablanca y T¨¢nger.

Para conseguir esas sentencias favorables han multiplicado las gestiones con el ministro de Justicia de Marruecos, el islamista Mustafa Ramid, su hom¨®logo espa?ol, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, y han escrito cartas a los Reyes de Espa?a y Marruecos. Ramid visit¨®, por primera vez, Madrid a mediados de este mes, dio buenas palabras, pero no se comprometi¨® a que el desenlace fuese favorable.

La Embajada de Espa?a en Rabat pidi¨®, el jueves, a las familias espa?olas en Marruecos que no comunicasen la buena nueva a la prensa ¡°porque podr¨ªa afectar negativamente a los expedientes ya resueltos¡± o a¨²n pendientes de resolver, pero cuatro d¨ªas despu¨¦s el Gobierno hizo p¨²blico un comunicado en el que les felicita por las sentencias favorables.

El Ejecutivo reitera, de paso, su compromiso con que ¡°se mantenga en todo caso la naturaleza propia de esta instituci¨®n¡±, es decir que los tutores espa?oles no cambien la filiaci¨®n, la nacionalidad, ni la religi¨®n de los ni?os. En la pr¨¢ctica no podr¨¢n solicitar ante los jueces de menores la plena adopci¨®n del ni?o que traigan a Espa?a este verano. Algunos matrimonios espa?oles que adoptaron a?os atr¨¢s en Marruecos s¨ª lo hicieron lo que irritaba a Ramid.

La repentina magnanimidad de los jueces marroqu¨ªes est¨¢ no solo relacionada con las gestiones del Gobierno espa?ol sino, sobre todo, con las del palacio real de Marruecos, seg¨²n indican fuentes conocedoras del proceso. El rey Mohamed VI regres¨® a Rabat, desde Francia, el 15 de junio y ha querido resolver este asunto, respetando siempre la legislaci¨®n marroqu¨ª, antes de recibir, el 15 de julio, a Don Juan Carlos. ?ste ser¨¢ su primer viaje al extranjero desde su ¨²ltima intervenci¨®n quir¨²rgica. El bloqueo de las ¡°kafalas¡± era uno de los temas que quer¨ªa abordar con su anfitri¨®n.

La alegr¨ªa de las 40 familias a la espera de poder adoptar en Rabat no se ha trasladado aun a las tres ciudades de provincias donde tambi¨¦n hay grupos de espa?oles. ¡°Aqu¨ª los magistrados no parecen estar al corriente de los nuevos vientos que soplan¡±, afirmaba ayer, con preocupaci¨®n, una espa?ola desde T¨¢nger. Hace nueve meses el ministro Ramid envi¨® una circular a los fiscales inst¨¢ndoles a oponerse a las adopciones por parte de extranjeros si estos no resid¨ªan en el pa¨ªs. Barajaba incluso prohibir a los tutores, mediante una ley, sacar a los ni?os de Marruecos durante cinco a?os tras la sentencia.

Casi todas las familias tramitaron entonces la residencia permanente en Marruecos, pero aun as¨ª el ministerio p¨²blico no cedi¨®, hasta el jueves, en capital. ¡°Confiemos en que esos aires lleguen pronto a otras ciudades¡±, afirma Pernau.