Una nueva alternativa para trasplantes: ¡®yemas¡¯ de h¨ªgado
Jap¨®n se perfila como l¨ªder de la medicina regenerativa al crear ¨®rganos con c¨¦lulas madre iPS
Tras 15 a?os de promesas, desenga?os y obstrucciones pol¨ªticas, las c¨¦lulas madre empiezan a dar resultados, y Jap¨®n ya se perfila como el flamante l¨ªder mundial de la medicina regenerativa. Tras anunciar la semana pasada el primer ensayo cl¨ªnico para regenerar las retinas de los ciegos, los bi¨®logos japoneses rompen hoy la banca con unas yemas de h¨ªgado humano manufacturadas en el laboratorio a partir de c¨¦lulas madre iPS y que, seg¨²n los conocedores de la investigaci¨®n, suponen un paso crucial hacia una nueva clase de tratamiento para los enfermos hep¨¢ticos que mueren en la cola de los trasplantes.
La t¨¦cnica puede tardar unos 10 a?os en llegar a la cl¨ªnica, pero supone una prueba de principio de los fundamentos de la emergente medicina regenerativa: la fabricaci¨®n de ¨®rganos y tejidos que puedan trasplantarse a los pacientes para tratar una amplia gama de enfermedades hoy incurables. El descubrimiento de las c¨¦lulas madre iPS por Shinya Yamanaka, ¨²ltimo premio Nobel de Medicina, ha motivado a Jap¨®n a poner sus mejores recursos cient¨ªficos en el desarrollo y la aplicaci¨®n cl¨ªnica de la medicina regenerativa.
Las c¨¦lulas iPS son la gran promesa de este campo de la investigaci¨®n biom¨¦dica. Su principal alternativa, por todo lo que se sabe hasta el momento, son las c¨¦lulas madre embrionarias (ESC, por las iniciales de su denominaci¨®n inglesa embryonic stem cells), que fueron en 1998 el gran disparador de este campo de investigaci¨®n, pero que tambi¨¦n se han ganado el repudio religioso por obtenerse de embriones humanos de dos semanas, antes de su implantaci¨®n en un ¨²tero. Las c¨¦lulas iPS, en cambio, se obtienen retrasando el reloj (reprogramando, en la jerga) de simples c¨¦lulas de la piel para que recuperen su naturaleza ancestral de c¨¦lulas madre.
Takanori Takebe y sus colegas de la Facultad de Medicina de la Universidad de la Ciudad de Yokohama, en Jap¨®n, presentan ma?ana en Nature una investigaci¨®n llamada a tener un notable impacto cient¨ªfico en el futuro pr¨®ximo. Han conseguido generar por primera vez ¡°un ¨®rgano humano tridimensional vascularizado¡±, en concreto un h¨ªgado, a partir de cultivos de c¨¦lulas madre iPS. Para demostrar que funciona lo han trasplantado a ratones humanizados, o preparados para no rechazar el implante. Pero el h¨ªgado trasplantado es humano. Tan humano como la persona de la que se extrajo una c¨¦lula de la piel para convertirse, con las t¨¦cnicas del Nobel Yamanaka, en un cultivo de c¨¦lulas iPS.
La aplicaci¨®n cl¨ªnica de esta t¨¦cnica no es inmediata: el propio Takebe estima que llegar¨¢ en 10 a?os, que es la forma cient¨ªfica de decir ¡°no lo s¨¦¡±. Las yemas de h¨ªgado que han generado los investigadores japoneses son enteramente humanas, pero conseguir los permisos para trasplant¨¢rselas a un paciente requiere a¨²n superar muchos protocolos, y algunos muy importantes.
Primero y principal, los cient¨ªficos tendr¨¢n que demostrar que los riesgos derivados de las c¨¦lulas iPS (inestabilidad gen¨¦tica, posibilidad de deriva cancerosa) no superan a los beneficios del implante. En los experimentos con ratones, Takebe y sus colegas no han detectado ninguno de estos problemas, pero es obvio que eso no basta.
El director de la Organizaci¨®n Nacional de Trasplantes (ONT), Rafael Matesanz, considera ¡°muy interesante¡± el trabajo de los japoneses. ¡°Aunque las c¨¦lulas iPS son una l¨ªnea de investigaci¨®n m¨¢s entre otras¡±, puntualiza, ¡°y hasta que sepamos cu¨¢l es la mejor hay que seguir todas en paralelo, entre ellas, las c¨¦lulas madre embrionarias y las estructuras biomec¨¢nicas, como las que se est¨¢n explorando para hacer tr¨¢queas artificiales¡±.
Si esta t¨¦cnica u otra similar llegara a la pr¨¢ctica cl¨ªnica, ?cu¨¢l ser¨ªa su importancia en un pa¨ªs como Espa?a, l¨ªder en donaciones de ¨®rganos? ¡°Ahora mismo hay 1.100 pacientes en lista de espera para un trasplante hep¨¢tico, y entre el 6% y el 8% morir¨¢n esper¨¢ndolo¡±, precisa Matesanz. Eso son de 60 a 80 muertos, pero el mayor experto en trasplantes de este pa¨ªs recalca que esa cifra no debe tomarse como un ¨ªndice de la utilidad de una fuente de trasplantes hep¨¢ticos. ¡°Si hubiera el doble de h¨ªgados, la demanda tambi¨¦n se duplicar¨ªa¡±, dice Matesanz.
Los m¨¦dicos y cirujanos son perfectamente conscientes de cu¨¢nta oferta de h¨ªgados ¡ªsean de donante vivo o muerto¡ª hay disponible y, por mucho que Espa?a encabece el ranking mundial de donantes, siempre habr¨ªa un amplio margen para el crecimiento de los trasplantes. Por ejemplo, los enfermos de c¨¢ncer diseminado son excluidos como posibles receptores cuando las donaciones escasean, pero ser¨ªan incluidos cada vez m¨¢s si el sistema sanitario encontrara una nueva fuente de ¨®rganos, o de cosas que funcionen como ¨®rganos.
Las posibles aplicaciones de las yemas de h¨ªgado japonesas no se limitan a los futuros trasplantes. Matesanz se?ala dos posibilidades que, probablemente, puedan llegar antes que esas intervenciones quir¨²rgicas. ¡°Una es probar nuevos medicamentos¡±, dice el director de la ONT. Esta es una posibilidad particularmente interesante con el h¨ªgado, que es el ¨®rgano que metaboliza las sustancias extra?as al cuerpo, incluidos los f¨¢rmacos. Examinar la toxicidad de una nueva mol¨¦cula en cultivos de yemas hep¨¢ticas podr¨ªa facilitar sustancialmente las pruebas que debe superar hasta llegar ¡ªo no¡ª a su aplicaci¨®n cl¨ªnica.
Y la segunda posible aplicaci¨®n a corto plazo es el tratamiento con cultivos de hepatocitos, o c¨¦lulas del h¨ªgado. No con yemas u ¨®rganos tridimensionales, sino con las meras c¨¦lulas hep¨¢ticas en cultivo que son uno de sus constituyentes. ¡°Es una opci¨®n terap¨¦utica infrecuente, pero que ya se usa en la pr¨¢ctica cl¨ªnica¡±, dice Matesanz. Se utiliza a veces para mantener vivo a un paciente hasta que llega el ¨®rgano que le salvar¨¢ la vida o para tratar a ni?os con deficiencias metab¨®licas, o enfermedades hereditarias en las que falta una enzima o catalizador biol¨®gico. Los hepatocitos aportan en este caso las enzimas normales que le faltan al ni?o.
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