Uruguay debate la legalizaci¨®n de la marihuana

Uruguay podr¨ªa convertirse hoy en el primer pa¨ªs de Am¨¦rica Latina, el continente m¨¢s azotado por la violencia y la corrupci¨®n consecuencia del narcotr¨¢fico, en dejar atr¨¢s la pol¨ªtica de prohibici¨®n total sobre las drogas. El congreso uruguayo debate una ley para regular el consumo, la producci¨®n y la venta de marihuana. Si finalmente se aprueba, como todo parece indicar, el estado monopolizar¨¢ el negocio del cannabis. El autocultivo tambi¨¦n estar¨¢ permitido y los usuarios podr¨¢n comprar el producto para uso propio en las farmacias.

En los ¨²ltimos tiempos han surgido en el continente voces, cada vez menos aisladas, que reclaman una v¨ªa alternativa a la confrontaci¨®n militarista con el narcotr¨¢fico. El a?o pasado, el presidente de Guatemala, Otto P¨¦rez Molina, abander¨® durante unos meses una corriente de opini¨®n que promulgaba la legalizaci¨®n de las drogas. El expresidente de M¨¦xico, Vicente Fox, declaraba recientemente: ¡°Cultivar¨ªa marihuana si estuviera permitido¡±. Pero solo en Uruguay se ha transformado en algo plausible. ¡°Estamos en un contexto de aumento de los decomisos y de presos por tr¨¢fico de drogas y sin embargo el fen¨®meno no cesa, la inseguridad p¨²blica y el consumo han aumentado¡±, explica Sebasti¨¢n Sabini, diputado del Movimiento de Participaci¨®n Popular (MPP), el partido en el gobierno, y uno de los autores principales de la ley. ¡°Era necesario regular un mercado que ya existe para alejar a los j¨®venes de las bocas de humo (punto de venta de drogas), cuidar su salud y buscar una alternativa con respecto a lo que se estaba haciendo hasta ahora¡±.

Aun a falta de que la ley pase por el Senado y se elabore el reglamento, los ejes de la futura legalizaci¨®n est¨¢n claros. El Estado asumir¨¢ el control y otorgar¨¢ licencias a algunas empresas para que realicen la producci¨®n. ¡°Somos un pa¨ªs chico, con unas 20 hect¨¢reas (unos 20 campos de f¨²tbol) tendr¨ªamos suficiente¡±, calcula Sabini, que afirma que en Uruguay hay unos 180.000 consumidores (sobre un 5.5% de la poblaci¨®n). Cada cultivador podr¨¢ tener 6 plantas, tambi¨¦n se podr¨¢n constituir clubes de cannabis con hasta 45 miembros y 99 plantas, y cada usuario tendr¨¢ una cuota de 40 gramos mensuales para el consumo propio que tendr¨¢ que adquirir en las farmacias.

El proyecto de regulaci¨®n de la marihuana ha sido uno de los que m¨¢s se le han enquistado al presidente, Jos¨¦ Mujica, que durante su mandato ha aprobado otras leyes sociales muy progresistas para la regi¨®n, como la del aborto o la de los matrimonios homosexual. El 63% de los uruguayos se oponen a la ley, seg¨²n la ¨²ltima encuesta divulgada esta semana por la consultora Cifra. En el terreno pol¨ªtico tambi¨¦n existe una gran divisi¨®n. El MPP ha llamado a filas para que todos sus diputados (50), de acuerdo o no con la ley, voten a favor, y la oposici¨®n, formada por el Partido Nacional y el Colorado (49 diputados en conjunto), ha hecho lo mismo para que sus integrantes se pronuncien en contra. Incluso Tabar¨¦ V¨¢zquez, antecesor de Mujica en la presidencia y principal favorito para sucederle, ha mostrado en varias ocasiones su reticencia a la aprobaci¨®n de la ley.

Hasta hoy, la legislaci¨®n vigente en Uruguay, aprobada en 1974 bajo la dictadura militar, permit¨ªa el consumo de marihuana y otras drogas, sin embargo prohib¨ªa la producci¨®n y el comercio. Juan Vaz, uno de los fundadores de la Asociaci¨®n de Estudios del Cannabis del Uruguay, estuvo preso 11 meses despu¨¦s de que la polic¨ªa le encontrara un cultivo en su casa. Vaz, que lleva 20 a?os cultivando marihuana y que ha asesorado al ejecutivo en la elaboraci¨®n de la ley, defiende que ¡°no es una ley ideal, pero es mucho mejor de lo que hay. Al menos se quiebra el paradigma de la prohibici¨®n respecto a las drogas¡±.