¡°Hace siete meses que estoy tuerta¡±
El aumento en 2012 un 37% de la espera quir¨²rgica agrava la salud de los afectados Una mujer de Barcelona de 67 a?os vive pendiente de su tercer trasplante de c¨®rnea
M¨¢s de medio mill¨®n de personas (un 1,2% de la poblaci¨®n) espera para operarse en Espa?a. La cifra era inferior en 120.000 hace un a?o. Pero el deterioro del sistema no es una cuesti¨®n de n¨²meros. Graves o menos graves, cada uno de esos 571.395 casos es una historia de sufrimiento, que cada uno sobrelleva como puede. A sus 67 a?os, Antonia Arajol, de Cornell¨¤ de Llobregat (Barcelona), lleva desde marzo esperando su tercer trasplante de c¨®rnea. ¡°Hace siete meses que estoy tuerta¡±, afirma. Bernardo Pons Sintes (63), un paciente menorqu¨ªn con estenosis de columna, relata sus miedos. ¡°Tengo fatal la espalda. Si se agrava, puedo acabar en silla de ruedas¡±. ?l acaba de ingresar en la lista de espera (lo hizo el 23 de agosto), pero ya la prev¨¦ larga. ¡°El m¨¦dico me dijo: ¡®Lo suyo es grave, pero como no hay quir¨®fanos no le podr¨¦ operar hasta dentro de dos a?os¡±, cuenta.
Ninguno de los dos ha llegado a la situaci¨®n de Luis Canabal Ram¨®n, el hombre de Le¨®n que muri¨® esperando una operaci¨®n de una arteria tras nueve meses en lista de espera. Ahora, la oficina del Defensor del Pueblo le ha dado la raz¨®n a la familia, que todav¨ªa est¨¢ esperando a que la Junta de Castilla y Le¨®n les indemnice. ¡°Aunque, por lo menos, sabemos que han tomado medidas para que el caso no se repita¡±, dice Laura, la hermana de Luis.
En esta situaci¨®n de desesperaci¨®n y angustia, poco les consuela que la ministra Ana Mato? refrendara ayer las palabras de personas de su departamento sobre la situaci¨®n, diciendo que lo peor hab¨ªa pasado y que las cosas ¡°solo pod¨ªan ir a mejor¡±. Mato, que no ha comparecido ¡ªni ella ni nadie de su departamento¡ª para explicar estos datos, dijo ayer, en unas declaraciones a vuelapluma en un acto con la Reina, que ¡°las comunidades est¨¢n haciendo esfuerzos muy importantes¡± para reducir el problema de las listas de espera. Pero este mensaje bienintencionado ¡ªjunto a las cr¨ªticas a que otros Gobiernos hubo semestres que no dieron los datos¡ª no cala ni entre los pacientes ni, lo que es casi peor, entre los profesionales. Estos tienen claro que los recortes en personal est¨¢n detr¨¢s de una situaci¨®n que solo se iba reconduciendo poco a poco (la demora media solo baj¨® un 17% en seis a?os entre 2004 y 2010, en ¨¦poca de bonanza). As¨ª que ahora, con recortes generalizados, no tienen nada claro que la situaci¨®n vaya a mejorar. Y, mucho menos, a qu¨¦ ritmo.
Con menos gravedad, pero no exenta de complicaciones, Antonia Arajol ha tenido que aprender a vivir con un solo ojo. El otro debe llevarlo tapado con un parche desde que, hace casi siete meses, su oftalm¨®logo le dijo que ten¨ªa que someterse a un trasplante de c¨®rnea. Lo cuenta sentada en una banqueta en el sal¨®n de su casa, sin perder el humor. ¡°Igual me dan un trabajo en la ONCE¡±, bromea. Su ojo derecho sufre queratocono, una enfermedad que altera la forma de la c¨®rnea y produce un astigmatismo progresivo. Lo peor para ella es la sensaci¨®n de ver solo ¡°un cuarto¡± de la realidad.
¡°Al principio iba muy insegura por la calle¡±, cuenta la mujer, que trabaj¨® hasta jubilarse como maestra en la escuela p¨²blica. ¡°Ahora voy a todos lados. Si tengo problemas, apoyo la mano contra la pared¡±, relata. La visi¨®n con un solo ojo impide percibir correctamente las tres dimensiones. ¡°Los pacientes no calculan bien la profundidad¡±, explica Jordi Farrando, oftalm¨®logo del Hospital de Matar¨®. As¨ª est¨¢ Arajol desde febrero, cuando su oftalm¨®logo ¡ªa quien la mujer profesa un gran cari?o¡ª en el Hospital de Bellvitge le dijo que hab¨ªa que intervenir. La mujer ya se ha sometido a dos trasplantes de c¨®rnea, que su organismo acab¨® rechazando. Ella no recuerda bien las fechas. ¡°El ¨²ltimo fue a finales de los noventa¡±, ayuda su marido, que aparece brevemente y vuelve a marcharse.
Tras esa visita, Arajol hizo el preoperatorio en marzo e incluso acudi¨® a la consulta del anestesista, el 2 de mayo, y con su m¨¦dico de nuevo, el d¨ªa 7. En el papel que le envi¨® el centro para citarla, el hospital le inform¨® del coste de esas dos visitas para el bolsillo p¨²blico como pol¨ªtica para concienciar: 217 euros. El Hospital de Bellvitge confirm¨® ayer la informaci¨®n pero declin¨® hacer comentarios. ¡°Si tardan mucho, tendr¨¢n que volver a hacerme todas las pruebas¡±, se queja la mujer.
Los hospitales catalanes trabajan bajo presi¨®n. Desde 2010, a?o en que empezaron los recortes, las listas de espera para las 14 intervenciones cuyo tiempo m¨¢ximo de espera est¨¢ garantizado por ley (no puede superar los seis meses) se han disparado. Solo entre diciembre de 2011 y el mismo mes de 2012 aumentaron un 35%, seg¨²n los datos que publica el Departamento de Salud de la Generalitat. El caso de Arajol no est¨¢ incluido en esa lista, aunque ¡°el dolor y la p¨¦rdida de calidad de vida que implica es superior a unas cataratas, que s¨ª est¨¢n incluidas¡±, explica un oftalm¨®logo de un hospital catal¨¢n que prefiere el anonimato.
D¨ªas, meses, a?os
Par¨¢metros. Las esperas quir¨²rgicas se han disparado en un a?o, se midan como se midan: por n¨²mero de personas que aguardan para ser llamadas a quir¨®fano, por el tiempo medio de la demora y por el porcentaje de los que pasan m¨¢s de medio a?o antes de que les operen.
Distorsiones. El Ministerio de Sanidad ¡ªdesde sus fuentes no oficiales a la titular, Ana Mato, ayer¡ª le quitan importancia a los datos centr¨¢ndose en el n¨²mero total de afectados, que ha tenido un efecto a?adido: la vuelta a los registros de la Comunidad de Madrid. Pero esto afecta al n¨²mero total de personas en las listas, no deber¨ªa ser determinante de la demora media ni del porcentaje de quienes aguardan m¨¢s de seis meses.
Personas en lista de espera. Son ya 571.395, un 1,2% de la poblaci¨®n. Hace un a?o eran 459.885, lo que representa una subida en 12 meses de un 24,24%.
Tiempo medio de espera. Alcanz¨® en diciembre de 2012 los 100 d¨ªas, un aumento del 37% en un a?o. Prueba de lo dif¨ªcil que ser¨¢ recuperar los datos es que entre 2004 y 2010 baj¨® un 16,7%.
Arajol intuye que hay casos en espera m¨¢s graves. ¡°Esto no es de vida o muerte¡±, afirma. Pero tambi¨¦n sabe bien lo inc¨®moda que es la vida de esa forma. No soporta el parche y suele quit¨¢rselo. El ojo malo le duele de vez en cuando. Cuando lo lleva al descubierto, solo percibe algo parecido a las sombras, una niebla. ¡°Si s¨¦ que est¨¢s ah¨ª sentada y me esfuerzo, puedo identificar esa sombra contigo¡±, ilustra. ¡°El m¨¦dico me ha dicho que hoy en d¨ªa la operaci¨®n es m¨¢s f¨¢cil que cuando me hicieron las otras dos¡±, cuenta. Las esperanzas de que todo vaya bien son muchas. ¡°Tengo unas ganas locas¡±, reconoce. Cuando la operen, podr¨¢ volver a coser, algo que ahora le es imposible.
M¨¢s preocupado se muestra Pons, cuyas v¨¦rtebras presionan los nervios de su columna. ¡°El m¨¦dico que tiene que operarme me dijo que mi caso era urgente, pero que daba igual que lo pusiera as¨ª en la historia cl¨ªnica¡±, cuenta. ¡°Dice que en el hospital Son Espases, en Palma, han cerrado quir¨®fanos, as¨ª que, aunque quiera, no podr¨¢ operarme hasta dentro de dos a?os¡±, a?ade. ¡°Lo m¨ªo es una operaci¨®n compleja, de toda la ma?ana, y el hombre no tiene tiempo¡±, le justifica el paciente.
Fuentes de la gerencia del centro admiten que Traumatolog¨ªa es uno de los servicios con las esperas m¨¢s largas, pero aseguran que ¡°en ning¨²n caso llega a los dos a?os¡±. Esas mismas fuentes afirman que, en caso de gravedad, existe un protocolo para operar antes de 60 d¨ªas. Aseguran, adem¨¢s, que los 23 quir¨®fanos del hospital volver¨¢n a estar a pleno rendimiento despu¨¦s del verano, per¨ªodo en el que, como cada a?o, han reducido su actividad, informa Manu Men¨¦ndez.
Esto no consuela a Pons. ¡°Si empeoro y no me operan, puedo acabar en silla de ruedas¡±, dice.
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