Transexual o indisciplinado
Una ONG despide a un trabajador tras conocer que planea cambiar de sexo
Daniel est¨¢ sin trabajo desde el d¨ªa 15 de agosto. En una persona de 25 a?os, que se haya quedado en el paro no ser¨ªa noticioso si no fuera por las circunstancias de su caso. Porque Daniel es un chico transexual, y el despido le fue comunicado el 15 de agosto, a la vuelta de vacaciones, nueve meses despu¨¦s de que comunicara a la direcci¨®n de Nuevo Futuro-Sirio, la ONG en la que trabajaba como enfermero-educador (sic) del turno de noche desde el 8 de febrero de 2011, su intenci¨®n de cambiar de sexo, y despu¨¦s de rechazar varias veces la propuesta de dejar el puesto para hacer el proceso.
La organizaci¨®n ha afirmado a este peri¨®dico que no tiene ¡°nada que decir¡± a esta situaci¨®n. En la carta de despido argumenta que ¡°la direcci¨®n ha podido constatar la indisciplina y desobediencia en el trabajo, el abuso de confianza en el desempe?o del mismo y la disminuci¨®n continuada y voluntaria en el rendimiento¡± de Daniel (aunque todav¨ªa se refiere a ¨¦l con su nombre femenino, ya que el proceso de cambio legal de papeles no est¨¢ completado).
Daniel lo niega. ¡°He seguido trabajando como siempre, y los ni?os [nueve,? de 10 a 17 a?os, con trastornos mentales] me quieren. Incluso me han hecho llegar la pena que les daba que me fuera¡±, dice. Adem¨¢s, ¡°en todo este tiempo no ha tenido ni una amonestaci¨®n en su expediente¡±, recalca la diputada en el Parlamento madrile?o Carla Antonelli, quien ha registrado una pregunta en la Asamblea porque la ONG ¡°tiene un concierto p¨²blico por el que recibe 1,2 millones de euros de la comunidad y est¨¢ vulnerando el art¨ªculo 14 de la Constituci¨®n, que dice que los espa?oles son iguales ante la ley y que no puede haber discriminaci¨®n por raz¨®n de nacimiento, raza, sexo, religi¨®n, opini¨®n o cualquier otra condici¨®n o circunstancia personal o social¡±.
En la carta de despido no se menciona para nada el asunto de la transexualidad. Pero s¨ª se recoge que el joven trabajaba en un ¡°hogar terap¨¦utico para nueve ni?os adolescentes con medida de protecci¨®n del IMFM (Instituto Madrile?o de la Familia y el Menor) y trastornos graves de salud mental, asociados generalmente a abuso, negligencia grave o maltrato¡±. ¡°Estos hechos [se supone que la indisciplina] han generado una ruptura total de la confianza en usted depositada, desvirtuando y anulando la necesaria figura de profesional referente, estable y de protecci¨®n y cuidado para nuestros chicos, y a?adiendo consecuencias negativas para la muy fr¨¢gil salud mental de los mismos, aqu¨ª en tratamiento¡±, contin¨²a la carta de despido.
Daniel cree que, claramente, lo que est¨¢ detr¨¢s de esta explicaci¨®n es el deseo de que no hiciera el proceso de cambio de sexo delante de los ni?os. ¡°Pero ellos ya me han visto cambiar en este tiempo, y nunca he tenido de ellos el menor desprecio ni un cambio de actitud. De alguna manera, en el trabajo hacemos de familia suya, pero parece que los chicos entienden mejor lo m¨ªo que otras personas¡±, afirma.
El relato que hace la denuncia que ha presentado UGT, que le asesora, para el Servicio de Mediaci¨®n, Arbitraje y Conciliaci¨®n (SMAC), relata: "El 19 de noviembre de 2012 comuniqu¨¦ a la directora del centro y tambi¨¦n psiquiatra, Dra. D. Eugenia Herrero Sotillo, mi condici¨®n de transexual masculino y que hab¨ªa iniciado los tr¨¢mites legales para cambiar mi nombre, as¨ª como el tratamiento m¨¦dico (hormonal y quir¨²rgico) para la reasignaci¨®n de sexo al masculino en el hospital Ram¨®n y Cajal¡±.
Daniel cree que aquel anuncio no afect¨® para nada a su trabajo. Y que tampoco deb¨ªa pillar por sorpresa a la direcci¨®n. ¡°Desde que llegu¨¦, mi aspecto, mi corte de pelo y mi vestimenta era masculina¡±, cuenta. ¡°Lo ¨²nico que sucedi¨® fue que en abril de 2011 empec¨¦ a hormonarme, y esos rasgos se acentuaron. La voz se me hizo m¨¢s grave y empez¨® a salirme barba. Si les comuniqu¨¦ que iba a cambiar el nombre fue porque supuse que habr¨ªa que modificar el contrato¡±, relata. Desde julio de 2012 estos rasgos fueron m¨¢s que evidentes, contin¨²a el joven, ¡°sin que mi aspecto haya interferido en mi relaci¨®n personal y profesional con los ni?os y compa?eros del centro de trabajo¡±.
Para el joven, en aquel momento cambiaron las relaciones con sus jefes. ¡°Al menos dos veces la directora me sugiri¨® que me cogiera una baja o una excedencia. La excusa era que as¨ª podr¨ªa hacer el proceso m¨¢s tranquilo. Pero yo me negu¨¦. Primero, porque necesitaba el trabajo; segundo, porque no soy un enfermo, as¨ª que no ten¨ªa por qu¨¦ cogerme una baja y dejar de trabajar¡±.
Ambas partes est¨¢n citadas en el Servicio de Mediaci¨®n, Arbitraje y Conciliaci¨®n (SMAC) el 10 de septiembre.
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