El lento resucitar del ¡®Concordia¡¯
Los trabajos de reflotamiento han enderezado el buque El Gobierno no descarta pedir compensaciones por da?os medioambientales
Desde su naufragio, el Costa Concordia parec¨ªa un gigantesco juguete abandonado en la orilla, con su lado izquierdo intacto al viento y algunas hamacas todav¨ªa en la cubierta junto a una de las piscinas azules. Las huellas terribles del drama ¡ªel p¨¢nico de los 3.200 pasajeros y el millar de tripulantes, las 32 personas muertas, las otras dos todav¨ªa desaparecidas¡ª solo empiezan a verse ahora, cuando los gigantescos gatos hidr¨¢ulicos y las 36 cadenas que izan la nave empiezan a desvelar su lado oculto. ¡°El costado de estribor est¨¢ destrozado por el propio peso del barco y por su contacto con las rocas del fondo¡±, adviert¨ªa el ingeniero Sergio Girotto, ¡°y eso va a complicar la colocaci¨®n de los gigantescos flotadores que ya est¨¢n fijados a babor¡±. No solo eso. La operaci¨®n, que se ha compleado sobre las 5.00 de la madrugada (hora local) tambi¨¦n devolver¨¢ inevitablemente a la memoria aquella noche del 13 de enero de 2012 y a la maniobra absurda ¡ªletalmente absurda¡ª del capit¨¢n Francesco Schettino.
De alguna manera, la sombra de su incompetencia a¨²n permanece, amenazante, junto al buque. El reflote de los restos del Costa Concordia, que ya va por los 600 millones de euros, fue precedido de una gran puesta en escena. La naviera Costa Cruceros, y de alguna manera tambi¨¦n la imagen de Italia, se jugaban mucho. El objetivo era borrar, o al menos difuminar, mediante un alarde tecnol¨®gico sin precedentes, la chapuza puesta en escena por el capit¨¢n Schettino. M¨¢s de 350 periodistas de todo el mundo ¡ªentre los que se encontraban las grandes cadenas de noticias estadounidenses con su programaci¨®n en directo¡ª acudieron para dar buena cuenta del espect¨¢culo. Pero el espect¨¢culo se hizo de rogar.
La rotaci¨®n del buque ¡ªprimera fase de las maniobras¡ª tendr¨ªa que haber empezado a las seis de la ma?ana de este lunes, pero se retras¨® tres horas por culpa de una gran tormenta que descarg¨® sobre la isla del Giglio durante la madrugada. Y luego lo hizo lentamente. Tanto que, sobre el mediod¨ªa, el barco se hab¨ªa enderezado solo tres grados de los 65 que necesitaba para alcanzar la verticalidad. El ingeniero Girotto, responsable del rescate por parte del consorcio de salvamento Titan Micoperi, inform¨® de que todo iba seg¨²n lo previsto: el barco se hab¨ªa despegado de las rocas del fondo, ya no reposaba sobre el flanco de estribor sino sobre su base y no se hab¨ªan detectado vertidos. Las aguas alrededor del casco ¡ªuna de las grandes preocupaciones de los habitantes del Giglio¡ª segu¨ªan siendo tan transparentes como las del resto de la isla. ¡°Las cosas est¨¢n yendo como pens¨¢bamos¡±, resumi¨® el ingeniero, ¡°pero el partido a¨²n no ha terminado¡±.
De hecho, no iba a terminar en todo el d¨ªa. Y el espect¨¢culo se resent¨ªa. Tanto que las siguientes comparecencias de los responsables del rescate se centraron en una pregunta: ?cu¨¢ndo? Las primeras previsiones estimaban que 10 o 12 horas ser¨ªan suficientes para que las televisiones pudiesen retransmitir la resurrecci¨®n del Costa Concordia, pero a las siete de la tarde, Franco Gabrielli, el jefe de Protecci¨®n Civil y delegado del Gobierno para el rescate, admiti¨® que no ser¨ªa antes del amanecer. Unos problemas con parte de los cables que estaban sirviendo para izar la nave obligaron a parar la operaci¨®n durante una hora. ¡°Era un problema que hab¨ªamos previsto que pod¨ªa suceder¡±, explic¨® Gabrielli, ¡°y lo hemos solucionado. Eso s¨ª, tendremos que trabajar toda la noche¡±. La rotaci¨®n del barco era a¨²n del 10%.
La isla sigui¨®, por tanto, aislada. Nadie pod¨ªa entrar ni salir, salvo, claro est¨¢, el ministro de Medio Ambiente, Andrea Orlando, quien declar¨® que, aunque no se produzcan vertidos, ¡°se dan todas las condiciones para pedir compensaciones por da?os ambientales a Costa Cruceros¡±, la naviera propietaria del buque, que seg¨²n la versi¨®n oficial corre con todos los gastos del rescate. 600 millones de euros para llevar al desguace un barco que en 2006 cost¨® 450 millones.
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