Todo menos la demolici¨®n
Las fiscal¨ªas alertan de ¡°serios problemas¡± para el derribo de obras ilegales Los due?os tratan de retrasarlo y las Administraciones no lo asumen por falta de fondos
El boom inmobiliario ha pasado, pero los ladrillos que se colocaron en pleno furor, cuando algunos concejales de Urbanismo miraban para otro lado, contin¨²an bien pegados al suelo. Los fiscales de Medio Ambiente siguen teniendo ¡°serios problemas¡± para conseguir que se ejecuten las demoliciones de las construcciones ilegales. Los propietarios tratan de retrasar la llegada de la piqueta todo lo posible, bien buscando fallos en el proceso, o agarr¨¢ndose a nuevas normativas regularizadoras, como la Ley de Costas. Los Ayuntamientos o comunidades, que deben responder de forma subsidiaria porque ellos deb¨ªan velar por la legalidad urban¨ªstica, alegan en muchas ocasiones de que no tienen fondos para asumirlo. ¡°Nos damos contra un muro¡±, cuenta Patricia Navarro, la fiscal de Medio Ambiente de C¨¢diz.
La memoria de la Fiscal¨ªa Coordinadora de Medio Ambiente de 2012, hecha p¨²blica esta semana, destaca la situaci¨®n ¡°parad¨®jica¡± en la que se encuentra esta medida legal. Aunque los derribos de construcciones irregulares se sigan acordando de manera m¨¢s o menos fluida ¡ªse interponen unas 100 ¨®rdenes de demolici¨®n al a?o¡ª, hay poco consenso en los tribunales sobre su necesidad o naturaleza.
La Fiscal¨ªa no dispone de una estad¨ªstica de ¨®rdenes de demolici¨®n, algo que hace muy dif¨ªcil calcular la cantidad de las que hay en Espa?a. Tampoco existen datos oficiales y globales de viviendas ilegales, pero las comunidades con problemas m¨¢s sonoros son Andaluc¨ªa, donde el Gobierno regional estima que hay unas 300.000 construcciones irregulares, 60.000 de ellas en M¨¢laga, o Valencia, donde Greenpeace calcula hasta 50.000 casas ilegales solo en la zona costera. Cantabria tambi¨¦n es conocida por sus desmanes urban¨ªsticos, con 663 sentencias de derribo, seg¨²n datos del Gobierno regional.
Casos a la baja por la crisis y el efecto ejemplarizante
- Estabilidad. El n¨²mero de procedimientos por infracciones urban¨ªsticas mantiene cifras similares a las de los ¨²ltimos a?os y en muchos casos va a la baja. Las fiscal¨ªas de Granada, Almer¨ªa, Pontevedra, C¨¢diz, Ja¨¦n, Cantabria o Navarra han notado una disminuci¨®n considerable.
- Menos construcci¨®n. Los fiscales creen que la estabilidad en el n¨²mero de procedimientos urban¨ªsticos se debe a la crisis econ¨®mica y, en parte, a las sentencias condenatorias que ya se han producido. En 2012, el 63% de los 715 fallos relativos a la ordenaci¨®n del territorio obtuvieron una condena. En 2011, lo logr¨® el 71% de las 569 sentencias.
- 20 hoteles ilegales. Una de las investigaciones m¨¢s extensas y complejas de 2012 se ha desarrollado en Las Palmas de Gran Canaria. En la Operaci¨®n Yate se investiga la construcci¨®n ilegal de una veintena de hoteles en el t¨¦rmino municipal de Yaiza.
- Autoridades municipales. Almer¨ªa destaca el gran n¨²mero de procedimientos penales abiertos contra autoridades municipales. En Sevilla tienen el caso de un secretario municipal que es, adem¨¢s, promotor.
Las divergencias a la hora de sentenciar son todo un cl¨¢sico. Sevilla habla de una ¡°irreconciliable disparidad¡± con las demoliciones. Mientras tres secciones de la Audiencia sevillana las acuerdan con ¡°bastante regularidad¡±, una cuarta no la aplica ¡°como regla general¡±. Hasta 2012 han conseguido que se acuerden m¨¢s de 100 derribos. En algunos casos, el propietario de la vivienda ilegal ha llegado a entrar en prisi¨®n porque no asumi¨® la demolici¨®n como forma de responsabilidad civil.
Ja¨¦n tambi¨¦n destaca por la ¡°extraordinaria reticencia de los jueces¡± para acordar esta medida. De las 72 condenas por delitos urban¨ªsticos y contra la ordenaci¨®n del territorio en las que ha intervenido la fiscal de Medio Ambiente Isabel Uceda, solo dos llevaban aparejada la piqueta. Uno de los casos m¨¢s llamativos es el de una urbanizaci¨®n levantada en el entorno del yacimiento ¨ªbero de Puente Tablas, en una zona residencial de la capital catalogada como Bien de Inter¨¦s Cultural (BIC). En este barrio hay chal¨¦s con ¨®rdenes de demolici¨®n y otros, colindantes, con condena, pero sin esta medida. Los propietarios ven en esa falta de unidad de criterio judicial una clara ¡°inseguridad jur¨ªdica¡±.
Los ejemplos negativos son los m¨¢s numerosos. La fiscal¨ªa de C¨¢ceres se queja de la falta del ¡°conocimiento m¨¢s elemental por parte de determinados juzgadores¡± sobre las caracter¨ªsticas de la orden de demolici¨®n, y en Valencia denuncian que su Audiencia ha dejado de aplicar o recurre a la anulaci¨®n sistem¨¢tica de todas estas ¨®rdenes. Aunque no se ejecuten, la buena noticia es que los jueces valencianos las est¨¢n acordando con m¨¢s frecuencia. Si en 2011 esta medida iba incluida en el 37% de las condenas, en 2012 ha subido hasta un 63%.
El contrapunto a esta situaci¨®n, enquistada en los ¨²ltimos a?os, lo ha puesto una sentencia del Tribunal Supremo. La resoluci¨®n, del 21 de junio de 2012, reconoce los principales argumentos que la Fiscal¨ªa en defensa de la necesidad de imponer esta medida, como que es la ¨²nica manera de reparar el da?o causado por el delito. ¡°La demolici¨®n es la responsabilidad civil¡±, ha declarado el fiscal coordinador de Medio Ambiente, Antonio Verger.
Hay infractores que apelan a la Ley de Costas para frenar ejecuciones
La fiscal Patricia Navarro pidi¨® al Supremo que se posicionara sobre este asunto planteando un recurso de casaci¨®n a una condena por una construcci¨®n ilegal en el Puerto de Santa Mar¨ªa que no llevaba aparejado el derribo. El alto tribunal acept¨® ¡ªy su decisi¨®n sienta jurisprudencia¡ª que el derribo debe ser la ¡°regla general¡± y no una excepci¨®n, algo que se deduce del nuevo contenido del art¨ªculo 319 del C¨®digo Penal, y que si no se aplica favorece la sensaci¨®n de impunidad.
C¨¢diz tiene unas 40.000 viviendas irregulares y a finales de 2012 hab¨ªa 70 ¨®rdenes de demolici¨®n sin acometer. ¡°En la zona de Chiclana, Chipiona o la costa, ha habido un crecimiento muy r¨¢pido y una vivienda ilegal sin demoler es un efecto llamada¡±, considera Navarro. Sobre su mesa hay ¨®rdenes de derribo de 2007 que todav¨ªa no se han ejecutado porque les plantean infinidad de incidentes para evitarlo. ¡°Se solicita, por ejemplo, el indulto, y aqu¨ª no cabe, porque no se trata de una pena¡±, explica la fiscal gaditana.
Los propietarios est¨¢n agarr¨¢ndose a la posibilidad de beneficiarse de la nueva Ley de Costas, aprobada este verano, que reduce las zonas protegidas. Tambi¨¦n a decretos, como el que present¨® la Junta de Andaluc¨ªa en 2012 para regularizar el 90% de las construcciones irregulares, o a cambios en los planes urban¨ªsticos de los municipios que les pudieran beneficiar.
Puede haber sentencias distintas para casas de una misma urbanizaci¨®n
Un colectivo de extranjeros afectados por los desmanes urban¨ªsticos cometidos en el Valle del Almanzora (Almer¨ªa), donde hay 12.000 construcciones ilegales, ha recurrido al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. De momento, un juez de Almer¨ªa ha suspendido la orden de demolici¨®n de la casa de un matrimonio brit¨¢nico hasta ver el resultado de la demanda internacional. Gerardo V¨¢zquez, letrado de la asociaci¨®n, reclama un cambio urgente en el sistema. ¡°Es un modelo bizantino, es evidente que han fallado los controles por la cantidad de viviendas ilegales que hay¡±, contempla. Los 300 socios de la asociaci¨®n, la mayor¨ªa brit¨¢nicos jubilados, compraron casas en suelo r¨²stico y los promotores pusieron pies en polvorosa. No tienen derecho a suministros b¨¢sicos, como electricidad o agua, pero lo m¨¢s grave es la sombra de la excavadora.
En Mijas (M¨¢laga), hay 8.000 construcciones irregulares, pero el decreto de la Junta de Andaluc¨ªa ha abierto la puerta a la regularizaci¨®n de la mitad. Las otras 4.000 luchan por encontrar un hueco legal que las salve. En este pueblo de la Costa del Sol ya ha habido varias demoliciones y el equipo municipal, del PP, reconoce que no son plato de gusto. ¡°Intentamos encontrar soluciones legales, pero contra las viviendas con expediente de demolici¨®n no se puede hacer nada¡±, explican.
En Navarra han tenido que embargar de forma previa a los condenados para poder pagar esos derribos. En 2012 ha habido cinco sentencias. El caso t¨ªpico es el de una caseta de huerta que se ha ido mejorando hasta convertirla en vivienda, en especial en la Ribera navarra. Todo un cl¨¢sico del urbanismo espa?ol.
Con informaci¨®n de Javier Doria y Gin¨¦s Donaire.
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