Yusai Sakai, el monje budista que corri¨® 2.000 ¡®maratones¡¯
Expiloto japon¨¦s, hizo dos veces el rito Sennichi Kaihogyo
El monje budista japon¨¦s Yusai Sakai, conocido por completar hasta por dos veces el Sennichi Kaihogyo, un extraordinario peregrinaje de unos 40.000 kil¨®metros a trav¨¦s de altas zonas monta?osas durante siete a?os, muri¨® el lunes por insuficiencia card¨ªaca. Ten¨ªa 87 a?os.
Sakai, un expiloto kamikaze convertido en monje de la escuela budista Tendai, ten¨ªa un gran n¨²mero de seguidores a trav¨¦s de libros que escribi¨®. Era admirado por unas palabras sencillas que impulsaban su convicci¨®n de que las acciones eran m¨¢s importantes que la sabidur¨ªa.
Pero fue m¨¢s conocido por ser una de las tres ¨²nicas personas desde el siglo XVI que han completado dos veces el Sennichi Kaihogyo, la cumbre de los logros para los monjes de esta orden, tambi¨¦n conocidos como budas que corren o monjes maratonianos de las monta?as Hiei, alrededor de donde se encuentra el templo principal de la escuela, en Otsu, a las afueras de Kyoto, en la prefectura de Shiga, a unos 500 kil¨®metros al suroeste de Tokyo.
Para alcanzar esta cumbre, se necesitan 1.000 d¨ªas peregrinando por monta?as y valles durante siete a?os. En cada uno de los tres primeros a?os hay que encadenar 100 d¨ªas consecutivos realizando 40 kil¨®metros diarios. Adem¨¢s, los monjes tienen las obligaciones generales del templo, cursos de caligraf¨ªa, meditaci¨®n... La cifra de maratones encadenados sube a 200 anuales los dos siguientes ejercicios.
La asc¨¦tica pr¨¢ctica incluye nueve d¨ªas
En el quinto a?o, el Sennichi Kaihogyo tambi¨¦n incluye nueve d¨ªas de ayuno, o Do-iri, en el cual los monjes recitan un mantra 100.000 veces sin comer, beber o dormir. Durante el sexto a?o, hay que realizar otros 100 d¨ªas seguidos en los que se corre 60 kil¨®metros diarios. Y durante el s¨¦ptimo y ¨²ltimo a?o, se hace dobles maratones diarios (84 kil¨®metros) durante 100 d¨ªas consecutivos, y a continuaci¨®n otros 100 d¨ªas en los que se recorren 40 kil¨®metros cada jornada. Durante el viaje, que cubre en 1.000 atl¨¦ticas jornadas una longitud equivalente a la circunferencia de la Tierra, el seguidor debe sentir la omnipresencia de Buda en los elementos naturales, como las monta?as, los r¨ªos, la hierba y la madera.
¡°Algunas partes [de mi cuerpo] parecieron morir, y alrededor del cuarto d¨ªa empec¨¦ a oler a pescado podrido¡±, dijo Sakai sobre la asc¨¦tica pr¨¢ctica de la reclusi¨®n de nueve d¨ªas, seg¨²n el peri¨®dico japon¨¦s Asahi Shimbun. La finalizaci¨®n de la pr¨¢ctica adjudica el t¨ªtulo de Dai Ajari, o gran gu¨ªa religioso, y permite la entrada a propiedades imperiales sin quitarse el calzado.
¡°Mi cuerpo pareci¨® morir y empec¨¦
Originario de Osaka, Sakai fue un piloto con sede en la prefectura de Kagoshim que se preparaba para una misi¨®n suicida como kamikaze cuando la II Guerra Mundial termin¨® en 1945. Aunque con vida, la posguerra le marc¨®. Sakai tuvo varios trabajos y empez¨® una serie de empresas, que fracasaron, incluyendo un restaurante de fideos ramen en Tokio, que fue destruida en un incendio. Cuando Sakai ten¨ªa casi 40 a?os, su esposa se suicid¨®.
Sakai se hizo miembro de la escuela de Tendai tras hacerse monje en 1967. Termin¨® su primer Sennichi Kaihogyo en 1980. Empez¨® el segundo seis meses despu¨¦s y lo termin¨® en 1987, a los 60 a?os.
Tras su haza?a, visit¨® diferentes templos en Jap¨®n y, en 1991, hizo una peregrinaci¨®n al monte Wutai, en la provincia de Shanxi de China, donde se reuni¨® con monjes para orar por las almas de las v¨ªctimas de guerra. El monte Wutai es conocido como un lugar sagrado en el budismo chino y se cree que es donde se origin¨® la pr¨¢ctica asc¨¦tica de los 1.000 d¨ªas. Tambi¨¦n se reuni¨® con el papa Juan Pablo II en el Vaticano en 1995. Sakai pas¨® los ¨²ltimos d¨ªas de su vida en el templo de Imoru Fudodo Chojuin en Otsu.
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