Nuevas armas en la guerra contra los mosquitos
Cient¨ªficos californianos descubren una clase de repelentes m¨¢s seguros y menos corrosivos El hallazgo tiene importantes implicaciones para el control de plagas agr¨ªcolas y epidemias
Anandasankar Ray y sus colegas de la Universidad de California han descubierto una nueva clase de repelentes de insectos que pueden ser baratos, seguros y menos corrosivos que los actuales, que en realidad se derivan todos del DEET (dietil-meta toluamida) desde hace m¨¢s de 60 a?os; el hallazgo tiene importantes implicaciones para el control de plagas agr¨ªcolas, que causan enormes p¨¦rdidas, y para limitar las picaduras que transmiten algunas de las grandes epidemias tropicales como la malaria, el dengue, la fiebre amarilla o el virus del Nilo occidental (West Nile virus).
Los cient¨ªficos de Riverside, uno de los campus de la Universidad de California, han logrado identificar los receptores olfativos ¨Clas prote¨ªnas situadas en la membrana de las c¨¦lulas olfatorias que se unen espec¨ªficamente al DEET¡ª que son responsables de la repelencia que ese compuesto causa en los insectos. Presentan su trabajo en Nature, y sus colegas lo consideran un ¡°gran avance en el campo de la olfacci¨®n¡±.
¡°Hasta ahora nadie ten¨ªa ni idea de qu¨¦ receptor olfativo usaban los insectos para evitar el DEET¡±, explica Ray, el entom¨®logo que ha dirigido el estudio; ¡°y sin tener los receptores es imposible aplicar la tecnolog¨ªa moderna para dise?ar nuevos repelentes mejorados¡±. Como es habitual en la ciencia, el conocimiento profundo es el pr¨®logo de la aplicaci¨®n t¨¦cnica.
El DEET fue introducido como repelente de insectos en los circuitos comerciales en la d¨¦cada de los cuarenta. Aunque es un repelente bastante eficaz, plantea notables problemas en la pr¨¢ctica. Por ejemplo, disuelve los pl¨¢sticos, lo que supone un engorro a la hora de almacenarlo y transportarlo. Entre sus efectos se encuentra el de inhibir a la acetil-colinesterasa, una enzima de los mam¨ªferos que tiene un papel relevante en el sistema nervioso. Todo esto lo hace inconveniente para su uso en ?frica, que es justo donde es m¨¢s necesario.
Los investigadores de Leicester se han basado en la poderosa gen¨¦tica de la mosca Drosophila melanogaster, el sistema modelo en que se fund¨® esa disciplina, y en el que se basa buena parte de lo que sabemos sobre la biolog¨ªa de cualquier animal, incluida nuestra especie. Ray utiliz¨® unas moscas manipuladas de modo que las neuronas que responden al DEET saltan a la vista bajo el microscopio con un refulgente verde fluorescente. Es el tipo de cosa que permite esa mosca modelo.
Siguiendo ese hilo de Ariadna, Ray y sus colegas han logrado llegar hasta el receptor del DEET en las c¨¦lulas del insecto. Son unas prote¨ªnas llamadas Ir40a, y se encuentran en una parte muy concreta de la antena (el s¨¢culo) cuya funci¨®n era poco conocida hasta ahora. Cuando un bioqu¨ªmico tiene identificado un receptor, puede usar t¨¦cnicas solventes y bien conocidas para encontrar cualquier tipo de mol¨¦cula capaz de pegarse a ¨¦l. Y los cient¨ªficos han hallado as¨ª tres compuestos radicalmente nuevos que se unen a los receptores Ir40a y no tienen los inconvenientes del DEET.
¡°Hemos probado nuestros tres nuevos compuestos rigurosamente en el laboratorio, y ninguno disuelve los pl¨¢sticos¡±, dice Ray. ¡°Adem¨¢s, ya est¨¢n aprobados por la FDA (Food and Drug Administration, la agencia estadounidense del medicamento y la alimentaci¨®n) para su consumo como saborizantes y aromas en ciertos alimentos; y ahora pueden aplicarse a las redes con que se cubren las camas, a la ropa y a las cortinas, para mantener alejados a los insectos¡±.
Los tres nuevos compuestos activan las mismas c¨¦lulas de la antena que el DEET y, seg¨²n Ray, ser¨¢n baratos para la producci¨®n en masa. ¡°En el futuro¡±, dice Ray, ¡°usando nuestro algoritmo de b¨²squeda podremos encontrar compuestos qu¨ªmicos que activen los receptores de DEET pero sean sustancialmente diferentes, una familia de repelentes radicalmente nuevos con propiedades notables, como una protecci¨®n de gran alcance espacial y a largo plazo¡±.
Si los insectos se adaptan, tambi¨¦n tendr¨¢n que hacerlo los cient¨ªficos.
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