Una noche en el Duomo
'Icon' es una revista para hombres no excluyente, que se deja leer por las mujeres
Una revista no se puede contar. Porque su principal funci¨®n, a diferencia de la de los peri¨®dicos, no consiste en escribir el guion del mundo, sino en capturar el aire del tiempo. Como un ojo de buey tras el cual editores, periodistas y fot¨®grafos deben informar, entretener y sorprender. A pesar del descalabro de la prensa, las revistas aguantan el tipo gracias a su encanto y su influencia en asuntos perif¨¦ricos, capaces de estimular el consumo y crear opini¨®n. Acaso por su efecto placebo, tan claro en esa escena universal de cuando al enfermo se le suben del quiosco del hospital un par de revistas para ponerlo de nuevo del lado de la vida, su vigencia persiste gracias a una mezcla de pose y convicci¨®n.
Icon-EL PA?S naci¨® una noche de mayo de 2013 en el Giacomo, el restaurante del museo del Novecento con vistas a la Piazza del Duomo. Y la apasionada certeza en la mesa que compart¨ªan dos ministerios editoriales, Mondadori y PRISA, puls¨® la luz verde del piloto. En adelante todo vendr¨ªa rodado. Y con quien mejor pod¨ªa dirigir un proyecto como este, Lucas Arraut, validar¨ªamos su f¨®rmula: la masculinidad solo tiene sentido en plural; el estilo no responde a la exclusividad, sino a un sustrato de lecturas, viajes y experiencias; y el placer est¨¦tico no entiende de sexo ni g¨¦nero.
Las revistas de moda en los noventa, cuando se ¡°redefin¨ªan¡±, afirmaban en una deliciosa paradoja: ¡°No somos una revista femenina; somos una revista para mujeres¡±. ?D¨®nde est¨¢ la diferencia? ?Tiene sentido hoy la prensa ¡°de g¨¦nero¡±? Digamos que justo cuando hemos alcanzado la distancia m¨¢s corta en la igualdad, podemos celebrar sin complejos las diferencias demostrando que es ociosa la pretensi¨®n de que a hombres y mujeres nos interese siempre lo mismo.
Icon es una revista para hombres no excluyente, que se deja leer por las mujeres y defiende el placer de pasar p¨¢ginas con un sentimiento confortable. El mismo que sienten todos cuantos han reparado en ¡°la gran renuncia masculina¡± a la coqueter¨ªa, como la bautiz¨® el psicoanalista brit¨¢nico John Carl Fl¨¹gel: ¡°El hombre ha renunciado a aparentar para ser. Pero no se da cuenta de que las dos actitudes est¨¢n unidas¡±. Afortunadamente, hoy son muchos quienes disfrutan del derecho a interesarse en un discurso est¨¦tico, sin por ello tener que responder a un test sobre su grado de hombr¨ªa.
Una revista con portadas en blanco y negro, sin mujeres desnudas, sino con hombres vestidos. Elegante, desprejuiciada, rigurosa, libre de servidumbres cansinas. Y en un tiempo en el que la cuesti¨®n de la identidad parece tan mermada, su propio nombre es un icono en s¨ª mismo.
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