Carta al Papa

?Resulta superflua una encuesta para Francisco sobre lo que piensan los cat¨®licos? Como hace unos d¨ªas escrib¨ªa Juan G. Bedoya en estas p¨¢ginas, podr¨ªa parecerlo pues este Papa, con sus antecedentes pastorales de zapatos desgastados, sin duda debe saber de sobra lo que piensan los cat¨®licos de a pie (los que se definen como practicantes y los que optan por considerarse como poco o nada practicantes... pero cat¨®licos al fin). Pero nunca est¨¢ de m¨¢s el ba?o de realismo que, sobre todo para quienes tienen que decidir sobre asuntos colectivos, supone priorizar los siempre humildes datos de la realidad, tan apegados a la terrena cotidianeidad, sobre las sin duda m¨¢s brillantes y lucidas hip¨®tesis, impresiones, deseos o creencias personales de cada cual, no siempre exentas de injustificada autosuficiencia, cuando no soberbia. Y si el Papa opta por pedir que sean los fieles quienes se expresen directamente, sin intermediaci¨®n eclesi¨¢stica alguna, sus razones tendr¨¢ (razones que, por otra parte, no resulta dif¨ªcil imaginar a la luz del creciente divorcio entre fieles y jerarqu¨ªa, detectado estudio tras estudio, en cuanto al modo de entender y vivir el mensaje evang¨¦lico en la sociedad actual).

?La carta que, atendiendo a su llamada, los cat¨®licos espa?oles podr¨ªan escribir al Papa sobre las cuestiones que este ha planteado, contendr¨ªa respuestas claras y contundentes, poco necesitadas de matices o circunloquios. Del sondeo de Metroscopia se deduce en efecto, con claridad, la un¨¢nime petici¨®n de que sea posible ya el divorcio y el uso de anticonceptivos: sencillamente, que se haga legal en la disciplina de la Iglesia, lo que se vive como legal ¡ª?desde hace tanto ya!¡ª en la vida de sus fieles (con no pocas dosis, por cierto, de fingimiento, de vista gorda o, seg¨²n los casos, de pura y simple hipocres¨ªa). Adem¨¢s, un llamativo 75% de los cat¨®licos practicantes reclama que se ponga fin a la ¡ªhoy imposible de justificar¡ª discriminaci¨®n de la mujer en el gobierno de la Iglesia. Y una mayor¨ªa absoluta propone que se ampl¨ªe el concepto de familia (de modo que no quede reducida exclusivamente a la constituida por un hombre y una mujer) por considerar que lo realmente importante para un ni?o es crecer en un ambiente de cari?o y protecci¨®n, con independencia de que se lo proporcione una pareja formada por un hombre y una mujer, o por personas del mismo sexo. Y, por ¨²ltimo, y en un tema especialmente delicado como el del aborto, resulta que solo una reducida minor¨ªa (el 16% entre los que se definen como cat¨®licos practicantes) cree que deba ser siempre delito y en ning¨²n caso legal.

Y el que tenga o¨ªdos, que oiga (Mateo, 13, 1-9).