842 millones de hambrientos en un mundo en el que hay comida para todos
El principal problema no es la producci¨®n del alimento sino la distribuci¨®n y el acceso a este De los 15 pa¨ªses del planeta donde m¨¢s ha crecido la producci¨®n agr¨ªcola siete son africanos
Acabar con el hambre en el mundo. Un objetivo complejo a priori por el que diferentes organizaciones, ya sean ONG, el Banco Mundial o la ONU, luchan cada d¨ªa por cumplir. Las cifras demuestran que todav¨ªa queda mucho trabajo por hacer. El informe El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo 2013 de la Organizaci¨®n de la Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n (FAO, por sus siglas en ingl¨¦s) estima que hay un total de 842 millones de personas (una de cada ocho) que sufren hambre cr¨®nica en el mundo. Lo ¨²nico positivo de esta cifra es que el total de hambrientos ha disminuido en 26 millones desde 2010 (868 millones) y supone un 17% menos desde 1990, tal y como se?ala la FAO. Lo chocante es que ahora mismo en el planeta "hay alimento suficiente para dar de comer a todo el mundo", como indica Ignacio Trueba, asesor especial para la FAO en Espa?a.
La causa verdadera del hambre es de origen humano y el 90% del hambre en el mundo es cr¨®nica
"La causa verdadera del hambre no se produce por cat¨¢strofes naturales. No es ni por sequ¨ªas, ni por terremotos o tifones, como el que hemos visto hace nada en Filipinas. La causa verdadera del hambre es de origen humano y el 90% del hambre en el mundo es cr¨®nica", se?ala tajante y conciso Trueba, quien afirma que se dedica a "esto" porque ha visto con sus propios ojos ¡°morir de desnutrici¨®n a ni?os en ?frica¡±. Desde la FAO apuntan que para erradicar el hambre el problema no es la disponibilidad del alimento (que la hay) sino la distribuci¨®n y el acceso, ya sea por falta de infraestructuras o por las condiciones en las que se realiza el traslado, como malas carreteras o la densidad de l¨ªneas de ferrocarril. "El acceso tiene dos matices, puede ser f¨ªsico o econ¨®mico. De qu¨¦ vale que en Burundi o en Guatemala haya peque?as explotaciones agrarias, que generan el 80% de los alimentos en los pa¨ªses en desarrollo, si no hay caminos rurales para poder vender los productos. Es decir, hay una limitaci¨®n en el acceso, porque aunque haya alimentos no hay forma de llegar a ellos o almacenarlos", se?ala el asesor de la FAO.
Para los grandes productores de tomate de Costa Rica, por ejemplo, los costes por transporte y tr¨¢mites de aduana pueden representar m¨¢s del 30% del precio final de sus exportaciones. Esto se debe a la baja calidad de las carreteras secundarias, a las largas distancias y a las escalas de producci¨®n.
Tambi¨¦n es importante destacar las condiciones clim¨¢ticas actuales, tal y como apunta Jos¨¦ Cuesta, economista superior del Banco Mundial y encargado de la publicaci¨®n Alerta sobre precios de los alimentos que difunde el organismo. "Los precios de las tres principales categor¨ªas de alimentos bajaron entre febrero y junio (cereales, grasas y aceites y otros) un 2%, un 3% y un 1%, respectivamente. Esto se debe a la mejora que ha habido en el clima en ese periodo. Cuando hay buen tiempo, hay buenas cosechas y un buen inventario, lo que hace que los mercados est¨¦n menos sensibles", explica. "El problema es que la previsi¨®n empeor¨® el pasado octubre, por lo que los precios vuelven a subir. La raz¨®n se debe a noticias preocupantes que indican que el tiempo va a ser muy malo en los pr¨®ximos meses en pa¨ªses como Argentina, China o los pa¨ªses del Mar Negro, lo que ha preocupado a los mercados".
Si acudimos a las cifras que ha publicado la FAO, los 842 millones de hambrientos cr¨®nicos en el mundo estar¨ªan distribuidos de la siguiente manera: Asia y Pac¨ªfico, 528,7 millones; ?frica, 222,7 millones; Latinoam¨¦rica y Caribe; 47 millones, Oriente Pr¨®ximo y Norte de ?frica, 43,7 millones y Europa y Asica Central, 6,1 millones. En el contiene africano, adem¨¢s, encontramos uno de los casos m¨¢s significativos respecto a la disponibilidad de comida: de los 15 pa¨ªses del planeta donde m¨¢s ha crecido la producci¨®n agr¨ªcola entre 2000 y 2008, siete son africanos. Se trata de Angola (13,6%), Guinea (9,9%), Eritrea (9,3%), Mozambique (7,8%), Nigeria (7%), Etiop¨ªa (6,8%) y Burkina Faso (6,2%), seg¨²n apunta un estudio de la Fundaci¨®n Mo Ibrahim. Son pa¨ªses donde el hambre ha aumentado en los ¨²ltimos a?os y cuyo principal problema se basa en la mala gesti¨®n de los recursos y en el precio de los alimentos.
"Como consecuencia de las crisis del petr¨®leo de 2008, subieron los precios de los alimentos. Por ejemplo, un kilo de abono en Burundi, que es el pa¨ªs donde hay m¨¢s desnutrici¨®n, vale seis veces m¨¢s que en Espa?a. En una peque?a explotaci¨®n agraria, cuando ven el desequilibrio de los precios, las posibilidades de comerciar o salir a los mercados se reducen.", expone Trueba. Una afirmaci¨®n que comparte el director de la sede espa?ola de Acci¨®n contra el Hambre, Olivier Longu¨¦, que defiende que el objetivo para acabar con el hambre en el mundo es llevar a cabo una regularizaci¨®n de los precios de los alimentos. "En pa¨ªses como N¨ªger, una familia tiene que dedicar entre el 70 y el 80% de sus ingresos a comprar la comida. En Europa, por el contrario, se destina entre el 7 y 20% de los ingresos. Disminuir los precios es la clave para conseguir el alimento", asegura Longu¨¦.
En el mundo se tiran 1.300 millones de toneladas de alimentos al a?o
De ese modo, la comida se queda sin consumir, por lo que acaba en la basura. Es por ello que en la actualidad nos encontramos en un planeta donde m¨¢s de 800 millones de personas que pasan hambre contemplan como en el mundo se tiran 1.300 millones de toneladas al a?o de alimentos (en Espa?a desperdiciamos 8 millones de toneladas) tal y como se?alan desde la Organizaci¨®n de la Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n.
¡°En los pa¨ªses desarrollados, solo en elementos de consumo, es decir, lo que compramos en los supermercados o guardamos en la nevera, al final se tiran m¨¢s de 100 kilos de comida por habitante al a?o. Una barbaridad¡±, explica Trueba. ¡°En el mundo hay 1.500 millones de hect¨¢reas para producir alimento y no se puede producir m¨¢s por motivos medioambientales como la tala de ¨¢rboles, etc. Ahora somos 7.000 millones de habitantes y en 2050 ser¨¦is 9.500 millones. ?Habr¨¢ posibilidades de dar de comer a 2.000 millones m¨¢s de personas adem¨¢s de a los 842 millones que ya ahora pasan hambre? Yo estoy convencido de que con el conocimiento, la innovaci¨®n, el trabajo en equipo y la voluntad pol¨ªtica, no solo en un pa¨ªs, sino en todo el mundo, hay posibilidades de acabar con el hambre pronto, ya que la comida est¨¢ ah¨ª¡± sentencia tajante el asesor especial de la FAO para Espa?a.
Desde el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU conf¨ªan en hacer de ese objetivo una realidad con un plan similar al que propone Trueba. ¡°Hay que dar prioridad a iniciativas que pal¨ªen el hambre y unifiquen los marcos estrat¨¦gicos nacionales en favor de la seguridad alimentaria y de una mejor nutrici¨®n. Para ello debe existir un solo plan nacional, un presupuesto y un ¨²nico marco jur¨ªdico pol¨ªtico e institucional¡±, apuntan desde la organizaci¨®n. La PMA ha fijado como parte de sus Objetivos Para el Milenio un plan de ¡°alimentos por trabajo¡± con el que pretende que la poblaci¨®n de los pa¨ªses hambrientos contribuya a construir ¡°los activos comunitarios como las escuelas o las carreteras¡± para mejorar la distribuci¨®n de la comida.
Conocemos el porqu¨¦ de la problem¨¢tica y sabemos que hay comida suficiente. Entonces,? ?cu¨¢l es la soluci¨®n? Los expertos consultados han coincidido en que lo primero y m¨¢s importante es lograr una regularizaci¨®n de los precios en los mercados para que no haya tanta diferencia entre unos pa¨ªses y otros en el acceso a los alimentos. Es por ello, que la v¨ªa para poder lograr acabar con el hambre en el mundo es una cuesti¨®n meramente pol¨ªtica y econ¨®mica. Como se?al¨® el exdirector general de la FAO, el senegal¨¦s Jacques Diouf: "Las grandes potencias han desatendido el problema del hambre, de enorme magnitud moral y econ¨®mica, por falta de voluntad pol¨ªtica".
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