¡°Mandela es un milagro para la humanidad¡±
Este hombre de negocios se jug¨® mucho dinero y arriesg¨® prestigio para liberar al l¨ªder sudafricano
Ni fotos, ni notas escritas, ni contratos firmados. Fue el valor de la palabra lo que llev¨® al ¨¦xito una de las operaciones m¨¢s arriesgadas y hasta ahora secretas que finaliz¨® con la liberaci¨®n de Nelson Mandela y el intercambio de prisioneros en el sur de ?frica. En la retaguardia, Gobiernos occidentales y africanos, servicios secretos, organizaciones pol¨ªticas y un hombre de la calle: Jean-Yves Ollivier, un acaudalado hombre de negocios franc¨¦s que se jug¨® mucho dinero y arriesg¨® prestigio para conseguir que Mandela pudiera abandonar la prisi¨®n tras m¨¢s de 27 a?os encerrado, y despu¨¦s de un largo proceso de negociaciones y di¨¢logos en una zona atenazada por la violencia.
Ollivier nunca hab¨ªa contado su aventura, pero, presionado ¡°amablemente¡± por amigos y pol¨ªticos, ha accedido a narrarla por primera vez en el documental Complot para la paz, primera pel¨ªcula de la nueva distribuidora Caramel, que se estrena en Espa?a ma?ana, jueves, y que ha sido codirigido por el espa?ol Carlos Agull¨® y la sudafricana Mandy Jacobson. Es un hombre afable, vestido en tonos verdes, calcetines incluidos, que recibe a la periodista en una suite del hotel Ritz de Madrid y se confiesa arrepentido por no haber contado todo esto antes y haber perdido el testimonio del personaje central del filme, Mandela, hoy en una situaci¨®n muy delicada de salud. ¡°Nos hemos quedado sin las palabras de Mandela, que hubieran sido un gran tesoro¡±.
Quiz¨¢ la raz¨®n de todo ello hay que ir a buscarla a Argelia, donde Ollivier naci¨® en 1944, y de donde sus padres tuvieron que exiliarse, junto a un mill¨®n de franceses, tras la guerra de la independencia. Aquello le marc¨® profundamente. ¡°Yo ten¨ªa 13 a?os cuando el general De Gaulle lleg¨® al poder y nos prometi¨® que ¨ªbamos a seguir siendo franceses en Argelia. Cre¨ª en el valor de su palabra, pero al poco tiempo nos traicion¨® y destroz¨® el futuro de un mill¨®n de personas. La idea entonces de la palabra dada y no cumplida me ha marcado durante toda mi vida. Ha sido mi esencia¡±. Solo ha habido una ocasi¨®n en la que ha traicionado su palabra y ha sido ahora, con la promesa que se hab¨ªa hecho de no contar su historia en ?frica.
No niega Ollivier que su llegada a los pa¨ªses del sur de ?frica a principios de los ochenta se debi¨® a sus negocios de cereales, luego ampliados al petr¨®leo y el carb¨®n, y que sin dinero ¨¦l no hubiera podido actuar de la manera en que lo hizo. ¡°En Sud¨¢frica me sent¨ª como en otro planeta. El r¨¦gimen del apartheid no pod¨ªa subsistir. Era un insulto a la humanidad. No entend¨ªa c¨®mo los blancos no se daban cuenta de que si no cambiaban y aceptaban compartir el pa¨ªs, iban de cabeza a la guerra y el desastre¡±. ¡°El dinero me da la independencia, me permiti¨® acometer esta aventura. Lo que hay que preguntarse es qu¨¦ hace cada uno con su dinero¡±, reconoce este hombre, ¨²nico en el mundo que posee la doble condecoraci¨®n del ¨²ltimo Gobierno del apartheid, de P. Botha, y del primer presidente de la nueva Sud¨¢frica, Nelson Mandela.
Hotel Ritz. Madrid
Una botella de agua
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Cortes¨ªa del entrevistado
No conoci¨® a Mandela en persona hasta tiempo despu¨¦s. Al recordarlo es el ¨²nico momento en el que Ollivier no disimula su emoci¨®n y admiraci¨®n. ¡°Mandela es un milagro. Es un milagro para la humanidad porque, por primera vez en la historia, el planeta entero se uni¨® alrededor suyo, de ese s¨ªmbolo magn¨ªfico¡±.
No es Ollivier hombre de un solo secreto. Tiene m¨¢s, que promete esclarecer en sus memorias, que publicar¨¢ en marzo en Francia. ?No puede contar ninguno? ¡°No, le he dado mi palabra al editor¡±.
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