Acad¨¦micos alemanes piden que se despenalice el consumo de drogas

106 acad¨¦micos alemanes, todos destacados profesores de Derecho penal en varias universidades del pa¨ªs, han puesto en marcha una acci¨®n in¨¦dita?destinada a lograr un cambio radical en la ley antinarc¨®ticos, que penaliza la posesi¨®n y el consumo de drogas. Una norma que han calificado como ¡°fracasada¡±, ¡°da?ina para la sociedad¡± y ¡°antiecon¨®mica¡±. Los acad¨¦micos --el 40% de los profesores de Derecho Penal de las universidades alemanas-- son partidarios de la despenalizaci¨®n de las drogas blandas, y sugieren que Alemania copie el ejemplo de Uruguay, que ha aprobado una ley para regular el comercio de marihuana.

Partiendo de una tesis provocativa ¡ªla droga no es el problema, sino la pol¨ªtica legal represiva¡ª los acad¨¦micos, entre los que est¨¢n Lutz Meyer-Gossner, expresidente del Tribunal Federal, y Albin Eser, exdirector del Instituto Max Planck de Derecho Penal Internacional, han firmado una petici¨®n dirigida al Parlamento Federal en donde formulan la urgente necesidad de reformar la ley antinarc¨®ticos.

¡°Es absolutamente absurdo catalogar como criminales a las personas que consumen marihuana¡±, declara a EL PA?S el autor de la iniciativa, el profesor Lorenz B?llinger, que imparte clases de Derecho Penal en la Universidad de Bremen. ¡°La persecuci¨®n ocasiona costes enormes, la marihuana se mezcla con sustancias da?inas en el mercado negro y el Estado deja de ingresar millones en concepto de impuestos¡±

B?llinger ya ha cosechado un primer ¨¦xito. El Bolet¨ªn emitido por el ¨®rgano oficial de los jueces alemanes publicar¨¢ en su pr¨®ximo n¨²mero un exhaustivo an¨¢lisis de la propuesta, una decisi¨®n que aumentar¨¢ la difusi¨®n de la medida. La Asociaci¨®n de Abogados Penales tambi¨¦n se ha mostrado dispuesta a adherirse a la resoluci¨®n.

El primer paso es conseguir la creaci¨®n de una Comisi¨®n Especial en el Bundestag que se ocupe de estudiar los pros y los contra de la actual ley y analice las posibles consecuencias que tendr¨ªa una hipot¨¦tica legalizaci¨®n de drogas blandas, como la marihuana. ¡±Si la recomendaci¨®n de la Comisi¨®n es positiva esperamos que el gobierno tome cartas en asunto¡±, dice el profesor B?llinger. ¡°El ejemplo a seguir seria Uruguay¡±, a?ade.

La posibilidad de crear la comisi¨®n podr¨¢ concretarse el pr¨®ximo a?o cuando el Bundestag asuma sus funciones. Seg¨²n el reglamento interno, se puede crear una comisi¨®n especial si recibe el apoyo del 25% de los miembros del Parlamento Federal, una situaci¨®n legal que obligar¨¢ al profesor B?llinger a buscar el apoyo de los diputados socialdem¨®cratas, debido a la mayor¨ªa que tiene el gobierno de coalici¨®n. La iniciativa ya cuenta con el apoyo de los grupos parlamentarios de los Verdes y de la Izquierda.

¡°Aunque la meta final es la legalizaci¨®n del consumo de drogas blandas, nuestro primer objetivo es promover una gran discusi¨®n nacional sobre la ley actual para?que se revise e implantar medidas como las que existen en Colorado y Washington, en Estados Unidos, donde se permite la posesi¨®n de 28 gramos de marihuana, mientras que en el resto del pa¨ªs est¨¢ prohibido. Uruguay es otro ejemplo¡±, insiste el acad¨¦mico.

El profesor de la Universidad de Bremen y sus colegas no creen en soluciones ambiguas, ni tampoco en iniciativas individuales, como la que present¨® la alcaldesa de Kreuzberg en Berl¨ªn, la ecologista Monika Herrmann, que quiere convencer a las autoridades para que le permitan abrir coffee shops en los alrededores del parque G?rlitzer, una forma radical de combatir la criminalidad y el tr¨¢fico ilegal de drogas en la zona.

¡°Es una iniciativa in¨²til y las autoridades no validar¨¢n la medida aprobada por la asamblea del distrito. Se trata de una violaci¨®n a la ley¡±, afirma el acad¨¦mico. Nosotros, en cambio, no queremos trivializar el problema de la droga, queremos evitar la criminalizaci¨®n de los consumidores. La persecuci¨®n penal es el problema en este pa¨ªs¡±. ¡°El Estado no debe perjudicar a la poblaci¨®n y, por lo tanto, tampoco debe reducir sus derechos. La legislaci¨®n actual viola la Constituci¨®n¡±, concluye el acad¨¦mico.