Un proceso lleno de obst¨¢culos
La mujer precisar¨¢ dos dict¨¢menes, asesoramiento y un ¡®periodo de reflexi¨®n¡¯ de siete d¨ªas para abortar
La nueva ley del aborto no es ¨²nicamente una vuelta a un sistema de supuestos similar, aunque m¨¢s estricto, al aprobado en 1985. Al retroceso en derechos ¡ªdesde 2010 el aborto era un derecho de la mujer, que pod¨ªa interrumpir su embarazo libremente hasta la semana 14¡ª se suman las trabas que esta nueva normativa impone cuando una mujer se acoge al supuesto del riesgo para la salud. Los obst¨¢culos, las dilaciones que encontrar¨¢ en el proceso, son a¨²n mayores que en la ley del 85.
La ¡°existencia de grave peligro para la vida o salud f¨ªsica o ps¨ªquica de la mujer¡± solo podr¨¢ alegarse en las 22 primeras semanas de gestaci¨®n. La mujer que quiera interrumpir su embarazo deber¨¢ obtener dos informes de dos m¨¦dicos especialistas en la patolog¨ªa que genera el ¡°grave peligro¡±, que adem¨¢s deber¨¢n ser ¡°ajenos¡± al centro donde se practique el aborto. Nunca se hab¨ªan exigido tales requisitos para acogerse al supuesto de riesgo para la salud. Entre 1985 y 2010 solo se exig¨ªa un informe y lo pod¨ªa hacer un profesional del mismo centro.
¡°Antes de la ley de 2010, el noventa y tantos por ciento de las interrupciones del embarazo eran por este supuesto, el peligro grave para la salud de la madre. Y de ellas, casi el 100% por cuestiones de salud mental¡±, recuerda Francisco Montilla, representante de la Asociaci¨®n Espa?ola de Neuropsiquiatr¨ªa en la Comisi¨®n Nacional de esa especialidad. ¡°Este requisito es un obst¨¢culo, sin duda¡±, se?ala. El grave peligro para la salud ¡°se entender¨¢ cuando el embarazo produzca un menoscabo importante en su salud, con permanencia o duraci¨®n en el tiempo¡±, dice el anteproyecto.
Montilla augura que estos requisitos alargar¨¢n el proceso: ¡°T¨¦cnicamente es muy dif¨ªcil hacer un informe as¨ª. Las cuestiones de salud mental no son como la fiebre, que sube o baja, o una apendicitis, que la tienes o no. Son procesos. Si tienes una descompensaci¨®n psiqui¨¢trica el diagn¨®stico certero es dif¨ªcil porque hace falta una observaci¨®n de la evoluci¨®n. Hay veces que se precisan semanas para un dictamen t¨¦cnicamente seguro¡±, a?ade.
A los dos informes se suma otro requisito que dilatar¨¢ m¨¢s los plazos. Tras un ¡°asesoramiento¡± que dar¨¢ ¡°personal de los servicios sociales¡±, la mujer deber¨¢ esperar siete d¨ªas (salvo si hay ¡°peligro vital¡±) de reflexi¨®n para poder dar su consentimiento expreso al aborto. No podr¨¢ negarse a recibir este asesoramiento que ahora se da por escrito.
La Asociaci¨®n de Cl¨ªnicas Acreditadas para la Interrupci¨®n Voluntaria del Embarazo (ACAI) asegura que los supuestos son ¡°pr¨¢cticamente imposibles de cumplir¡±. Creen que ning¨²n profesional sanitario puede determinar objetivamente si el conflicto psicol¨®gico que en una mujer genera un embarazo no deseado o una patolog¨ªa grave puede ser solucionado sin recurrir al aborto y ¡°mucho menos determinar si esa afectaci¨®n se prolongar¨¢ en el tiempo¡±. ¡°Es la mujer, y solo ella, la que tiene que saber si puede sobrellevar o no la disfunci¨®n psicol¨®gica y vital que tal situaci¨®n le puede suponer", a?ade.
La aplicaci¨®n pr¨¢ctica de la reforma genera muchas incertidumbres. Jos¨¦ Mar¨ªa La¨ªlla, presidente de la Sociedad Espa?ola de Ginecolog¨ªa y Obstetricia (SEGO) se pregunta ¡°qu¨¦ se va a requerir a esas dos personas¡± que tengan que justificar el peligro para la salud. Y lamenta que, pese a representar a 9.000 profesionales, nadie les ¡°ha preguntado nada¡± a la hora de elaborar la nueva ley. El ginec¨®logo Javier Mart¨ªnez-Salme¨¢n opina que, pese a las ¡°trabas¡± que impone la ley, ¡°las mujeres que quieran interrumpir su embarazo lo van a hacer: de forma clandestina o viajando fuera¡±. ¡°Con m¨¢s dolor, m¨¢s sufrimiento y m¨¢s tarde¡±, a?ade.
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