Nadie tiene derecho a obligar al sufrimiento (II)
Se?or ministro, ?a qu¨¦ quiere usted condenar a nuestra sociedad? ?A vivir de nuevo en ¨¦pocas que nunca debieron existir?
Esta carta es una triste continuaci¨®n de la publicada en EL PA?S el 25 de julio del a?o pasado. Su objetivo es expresar de nuevo mi indignaci¨®n por la decisi¨®n del Gobierno de aceptar el anteproyecto de ley presentado por el ministro de Justicia y hecho p¨²blico el 20 de diciembre de 2013.
No voy a exponer de nuevo mis antecedentes profesionales como neurocirujano infantil, ya que fueron suficientemente expuestos en la carta anterior. Solamente se?alar¨¦ que he ejercido como neurocirujano durante 40 a?os, siendo jefe del Servicio de Neurocirug¨ªa Infantil en el hospital 12 de Octubre desde el a?o 1982 hasta mi jubilaci¨®n hace tres a?os.
Como profesional de la medicina, lo m¨¢s destacable es la completa eliminaci¨®n del supuesto de malformaci¨®n fetal como causa de interrupci¨®n del embarazo, lo que en mi opini¨®n sencillamente nos coloca de nuevo en ¨¦pocas pret¨¦ritas de la historia de la medicina en Espa?a. Estoy adem¨¢s convencido de que muchos espa?oles ten¨ªan la esperanza durante todo este a?o de que el ministro tuviera en cuenta la gran cantidad de opiniones que se han escuchado y publicado en contra de la eliminaci¨®n de este supuesto. Desgraciadamente, no ha sido as¨ª.
Antes de la primera ley de 1985, los m¨¦dicos que ten¨ªamos que enfrentarnos a los casos de malformaciones fetales m¨¢s severas, como son entre otras las del sistema nervioso central, est¨¢bamos desgraciadamente muy acostumbrados a tratar a estos pobres ni?os. Concretamente los ni?os con espina b¨ªfida abierta (de uno a tres ni?os por cada 1.000 reci¨¦n nacidos vivos) se contaban entre las malformaciones m¨¢s frecuentes.
Los que padec¨ªan esta enfermedad en sus grados m¨¢s severos eran sin duda los m¨¢s complicados de tratar. Son los que presentaban par¨¢lisis completa de ambas piernas, y del control de los esf¨ªnteres urinario y fecal, deformaciones severas en los pies y en la columna vertebral, hidrocefalia (acumulaci¨®n de l¨ªquido en el interior del cerebro) y muchos ten¨ªan adem¨¢s d¨¦ficit mental de diversos grados. Ten¨ªan que ser tratados por diversos equipos de especialistas (pediatras, neurocirujanos, traumat¨®logos, ur¨®logos...) y, finalmente, despu¨¦s de una vida llena de sufrimientos, algunos pod¨ªan morir por las complicaciones tard¨ªas que se presentaban a?os despu¨¦s del nacimiento.
Como regla general, cuanto m¨¢s severa es la malformaci¨®n m¨¢s f¨¢cil es su diagn¨®stico en el periodo prenatal, por eso el n¨²mero de malformaciones fetales graves disminuy¨® r¨¢pidamente despu¨¦s de la implantaci¨®n de la ley de 1985, con lo que muchos de nosotros nos alegramos profundamente. Esto es f¨¢cilmente constatable si se consultan los datos hospitalarios de la ¨¦poca o, sin ir m¨¢s lejos, las estad¨ªsticas de las unidades de neurocirug¨ªa infantil. ?Tanto es as¨ª que actualmente muchos profesionales j¨®venes no han tenido la oportunidad de tratar estas malformaciones en n¨²mero suficiente de casos para adquirir la experiencia necesaria!
Puesto que en Europa este tipo de malformaciones han dejado hace muchos a?os de existir, ?qu¨¦ pueden hacer nuestros j¨®venes profesionales? ?Se?or ministro, podr¨ªa darse el caso de que algunos tengan que visitar hospitales de pa¨ªses sudamericanos o africanos que nunca hayan tenido una ley de interrupci¨®n del embarazo?
Las malformaciones fetales pueden ser muy diversas seg¨²n los ¨®rganos afectados y tambi¨¦n dependiendo de la severidad y grado de incapacitaci¨®n que pueden dejar en los ni?os. Actualmente, las unidades de diagn¨®stico prenatal existentes en algunos hospitales espa?oles (no en todos) son perfectamente capaces de conseguir un diagn¨®stico de malformaci¨®n fetal correcto, tanto en el tipo como en la severidad de la malformaci¨®n.
Se?or ministro, ?no hubiera sido m¨¢s f¨¢cil hacer un peque?o esfuerzo de coordinaci¨®n con la ministra de Sanidad (la que por cierto no parece darse por aludida en este grave problema) y realizar a nivel estatal una clasificaci¨®n de las malformaciones, evaluando en profundidad los grados de severidad e incapacitaci¨®n futura de los ni?os no nacidos, proporcionando de esta forma a las madres una amplia informaci¨®n para que de esta manera puedan decidir con serenidad?
Por otra parte, y dado que los recortes han afectado tambi¨¦n a la Ley de Dependencia, ?ha previsto el Gobierno alguna medida de protecci¨®n para esta nueva poblaci¨®n con graves minusval¨ªas? ?O quiz¨¢ estamos ante una ley que no ha tenido en cuenta en absoluto las consecuencias de su aplicaci¨®n para los ciudadanos?
Se?or ministro, ?a qu¨¦ quiere usted condenar a nuestra sociedad? ?A vivir de nuevo en ¨¦pocas que nunca debieron existir? ?O tambi¨¦n a que los ni?os con malformaciones fetales graves, sus familias, sus m¨¦dicos y, en definitiva, la sociedad entera tengan que padecer por sus creencias? No creo que nadie tenga ese derecho y usted tampoco, se?or ministro.
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