?Podemos cambiar el cuento del lobo?
El supuesto aumento en la poblaci¨®n del animal revive la tensi¨®n entre ganaderos y ecologistas No hay datos que avalen una mayor presencia del predador, pero s¨ª planes para elevar los cupos de caza
![Juana Vi¨²dez](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F86c21dc8-03d2-4f68-8ba6-32282a8f966b.jpg?auth=20cf1bc08fbf7436f6f063211baed340396449329079565130eb22ee89343b2b&width=100&height=100&smart=true)
![Castilla y León concentra el 60% de los ejemplares de lobo en España.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/FY7BXUXEGWMLBQ444IXFBFCSHU.jpg?auth=566a9e08c8bef8bfbcb0f5f191474e2121a6796d3a954687b4c50d5deeb31ed2&width=414)
En los ¨²ltimos a?os han surgido nuevas versiones del cuento de Caperucita en las que el lobo no es el malo, sino la v¨ªctima. Sin embargo, la versi¨®n cl¨¢sica, la de la fiera hambrienta y feroz, sigue pesando enormemente en nuestro imaginario y todav¨ªa no se ha encontrado la f¨®rmula que nos permita coexistir pac¨ªficamente con esta especie. En Espa?a, la gesti¨®n del lobo depende de las comunidades aut¨®nomas y las pol¨ªticas son muy dispares. Las tensiones con los ganaderos por los da?os en ovejas y vacas est¨¢n a flor de piel en zonas m¨¢s problem¨¢ticas como Asturias, Cantabria o Castilla y Le¨®n. Las quejas de ganaderos y cazadores hacen pensar que cada vez hay m¨¢s lobos; Castilla y Le¨®n lo ha afirmado recientemente en un documento oficial, pero bi¨®logos o naturalistas no est¨¢n de acuerdo. En los debates siempre surge la misma pregunta: ?qu¨¦ hacemos para convivir con ellos sin ponerlos en peligro, pero tambi¨¦n sin que ocasionen da?os? La Directiva de H¨¢bitats de la Uni¨®n Europea establece una frontera, la del r¨ªo Duero, para proteger al lobo en Espa?a. Al sur se le considera especie de ¡°inter¨¦s comunitario¡±, y si hay que matar alg¨²n ejemplar debe ser la comunidad aut¨®noma quien lo asuma. La gesti¨®n al norte del Duero es muy variable. En Castilla y Le¨®n, Cantabria o Galicia, por ejemplo, se le considera especie cineg¨¦tica. En Asturias, no.
![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/7ZUYCSHKQMZLMG3VDCAKFPQQZE.png?auth=6ee3e5850e0c9f675825b76d5e11c840c66dfb64ae600d2f0729cfad4ba8a93d&width=414)
Castilla y Le¨®n agrupa el 60% del total de lobos, seg¨²n coinciden varios especialistas. En su ¨²ltimo plan de conservaci¨®n y gesti¨®n del lobo, pendiente de aprobaci¨®n, esta autonom¨ªa asegura que la poblaci¨®n de lobos est¨¢ creciendo al sur del Duero, justo en la zona en la que est¨¢n protegidos. No se dan cifras, pero cita un nuevo censo regional elaborado durante 2012 y 2013 y que se har¨¢ p¨²blico en breve. Sus conclusiones provisionales defienden que su ¨¢rea de distribuci¨®n ha aumentado un 34% al sur del Duero entre 2007 y 2012, una precisi¨®n que escama al ec¨®logo Antonio Uzal, uno de los autores, con Andr¨¦s Ordiz, del primer censo de las poblaciones de lobos a nivel multirregional realizado en Espa?a. Su conteo, basado en un trabajo de campo realizado entre 1999 y 2003, se sigue utilizando como referencia sobre la estimaci¨®n de poblaci¨®n de lobos. ¡°Las cosas no han cambiado mucho en los ¨²ltimos 10 a?os¡±, contesta por correo electr¨®nico desde Reino Unido, donde sigue trabajando en conservaci¨®n de vida salvaje en la Universidad de Nottingham Trent. Entre los problemas que detectaron entonces destaca la alta presi¨®n cineg¨¦tica, la mortalidad por la caza furtiva y la falta de conexi¨®n entre otras poblaciones. Castilla y Le¨®n sirve de conexi¨®n de zonas aisladas, por lo que para bi¨®logos y ecologistas resulta clave. Seg¨²n datos regionales de 2001, hay contabilizadas 149 manadas, unos 1.500 ejemplares. El estudio de Uzal y Ordiz contaba entre 250 y 320 (250 confirmados y otros 70 con indicios) los grupos familiares en toda Espa?a.
Una teor¨ªa sugiere que la manada sin macho alfa ataca m¨¢s a las ovejas
El plan de Castilla y Le¨®n, que sali¨® esta Navidad a informaci¨®n p¨²blica, establece que ser¨¢ personal auton¨®mico quien controle la especie al sur del Duero, en la franja protegida, y fija un sistema de cupos al norte, donde se considera especie cineg¨¦tica. Seg¨²n sus planes, el porcentaje de muertes en la parte norte puede llegar al 18% sobre los lobos estimados, en funci¨®n de par¨¢metros como que se trate de zonas con grandes da?os a la ganader¨ªa.
En la anterior versi¨®n, de 2008, se establec¨ªa un cupo tambi¨¦n del 18% para el norte del r¨ªo Duero, pero en algunas zonas del sur, como en ?vila y Segovia, sub¨ªa a un 28%. Fue recurrido a los tribunales por Ecologistas en Acci¨®n porque permit¨ªa la caza del lobo en una zona protegida por normativa comunitaria. Ahora ser¨¢ la propia Administraci¨®n la que lo controle, sin que en la ¨²ltima versi¨®n conste la f¨®rmula.
Los cazadores no logran matar tantos ejemplares como se permite
Los expertos consultados, principalmente bi¨®logos, advierten de que las cifras de lobos que se manejan en cada comunidad pueden estar sobredimensionadas. Realizar un censo s¨®lido requiere esfuerzos proporcionales y mantenidos en el tiempo ya que esta especie se mueve mucho. ¡°Su territorio alcanza los 100 kil¨®metros cuadrados. En un paseo nocturno pueden recorrer unos 50 kil¨®metros¡±, explica Eduardo Palomo, secretario de la asociaci¨®n Lobo Marley, creada para defender a esta especie.
Los bi¨®logos reivindican la necesidad de hacer un censo nacional que permita adoptar pol¨ªticas realistas y que evite llegar a una situaci¨®n irreversible.
¡°Los estudios gen¨¦ticos actuales sobre la poblaci¨®n de lobos en Espa?a y Portugal sugieren que estos animales han estado mucho m¨¢s cerca de la extinci¨®n en tiempos relativamente recientes de lo que inicialmente se consideraba¡±, aporta Jorge Echegaray, consultor ambiental que trabaja con lobos y coordinador del primer seguimiento no invasivo efectuado en Espa?a.
Los expertos piden un censo global antes de tomar decisiones fallidas
En la actualidad, el lobo ocupa apenas el 25% de su ¨¢rea de distribuci¨®n original en Espa?a. No hay an¨¢lisis sobre su distribuci¨®n potencial, pero por sus requerimientos ¡ªse mueven en h¨¢bitats extensos, necesitan presas silvestres¡ª podr¨ªan ocupar una distribuci¨®n mucho mayor a la actual, aporta. ¡°Solo hay que ver los intentos de colonizaci¨®n en el Pa¨ªs Vasco y La Rioja, o la an¨¦cdota de su aparici¨®n en Madrid¡±, detalla el especialista.
¡°La Administraci¨®n deber¨ªa conocer el tama?o de la poblaci¨®n y solo se habla de grupos, a los que se asigna un n¨²mero bastante elevado de miembros¡±, a?ade el bi¨®logo Alberto Fern¨¢ndez Gil, miembro de la Asociaci¨®n para la Conservaci¨®n y Estudio del Lobo Ib¨¦rico (ASCEL). Fern¨¢ndez es autor de una tesis doctoral, defendida el pasado junio, que concluye que los da?os al ganado aumentan cuando se mata a miembros de la manada. El estudio, realizado con datos de Asturias, encuentra relaciones directas y positivas entre el n¨²mero de muertes y da?os en la caba?a ganadera al a?o siguiente de producirse. Los motivos no est¨¢n claros, pero se especula con los efectos que se ocasionan en los grupos.
¡°Aqu¨ª la ciencia no vale para nada¡±, se queja Palomo, de la asociaci¨®n Lobo Marley. ¡°Si se mata al macho alfa, el m¨¢s apreciado en cineg¨¦tica, se acaba con el maestro de la manada, entonces los que quedan no saben, por ejemplo, como entrar a matar un jabal¨ª y se van a la oveja, que se queda quieta¡±. Entonces se vuelven a encender los ¨¢nimos de los ganaderos.
¡°A la gesti¨®n del lobo hay que quitarle pasi¨®n¡±, dicen los ecologistas
¡°No hay evidencias de que los controles de poblaci¨®n tal y como se est¨¢n haciendo en Espa?a sirvan para rebajar los da?os¡±, defiende el autor de la tesis. ¡°Se utilizan para aliviar los conflictos, se est¨¢ matando a lo tonto¡±, opina.
Echegaray, que ha trabajado como investigador del CSIC, incide en que ¡°cualquier actuaci¨®n de control de ejemplares deber¨ªa estar supeditada a sesudos an¨¢lisis de impacto y justificaci¨®n¡±. ¡°Es algo a lo que obliga la legislaci¨®n europea, que dice que el lobo es especie de Inter¨¦s Comunitario en todo el territorio de los 28 pa¨ªses. Espa?a ni siquiera ha definido cu¨¢l es ese estado de conservaci¨®n favorable¡±, lamenta.
El turismo lobero genera casi ?medio mill¨®n de euros al a?o
Theo Oberhuber, coordinador de Ecologistas en Acci¨®n, recuerda con un punto de amargura el intento en 2012 del ministro de Agricultura, Alimentaci¨®n y Medio Ambiente, Miguel Arias Ca?ete, para que la Comisi¨®n Europea considerara al lobo especie cineg¨¦tica tambi¨¦n al sur del Duero. ¡°Nosotros siempre hemos reivindicado que sea especie protegida¡±, a?ade el ecologista.
Uno de los episodios representativos de los odios y pasiones que rodean a esta especie es la reciente muerte de nueve lobos en las afueras del Parque Nacional de Picos de Europa, denunciada el pasado diciembre por la asociaci¨®n leonesa Gedemol. ¡°Esto no ha sido cazar, ha sido un exterminio¡±, califica Guillermo Palomero, presidente de la Fundaci¨®n Oso Pardo. Los lobos pertenec¨ªan a una manada del puerto de San Glorio y se mov¨ªan dentro del Parque Nacional. ¡°El conjunto no se consideraba conflictivo¡±, afirma Palomero. En Cantabria no hay un plan de gesti¨®n del lobo y se permite cazar un ejemplar por cacer¨ªa. Cinco asociaciones conservacionistas han reclamado a la comunidad que se aclare esta situaci¨®n ya que este grupo jugaba un papel ¡°impagable¡± en el control de ungulados salvajes, especialmente el ciervo, y ayudaban a conservar la biodiversidad del Parque Nacional.
¡°A la gesti¨®n del lobo habr¨ªa que darle m¨¢s objetividad y quitarle tanta pasi¨®n¡±, pide Roque Ortega, delegado de Ecologistas en Acci¨®n en Soria. Los cambios en Castilla y Le¨®n, por ejemplo, tratan de adaptar su plan de conservaci¨®n del lobo, de 2008, a los vaivenes judiciales que ha sufrido tras ser aprobado. Ecologistas en Acci¨®n denunci¨® que se pretend¨ªa cazar al sur del Duero, donde la normativa europea lo protege, y la COAG recurri¨® el sistema de compensaci¨®n de da?os a la ganader¨ªa.
Los predadores equilibran la
Los tribunales dieron la raz¨®n a los dos colectivos y ambos estudian ahora el nuevo documento para preparar alegaciones. Luis Oviedo, abogado de la organizaci¨®n ecologista que recurri¨® el anterior plan de conservaci¨®n, advierte una tendencia a aumentar los cupos justo en el l¨ªmite con el sur del Duero, que es donde no se considera especie cineg¨¦tica. ¡°M¨¢s que un plan de conservaci¨®n del lobo es un plan de c¨®mo cazar al lobo¡±, subraya.
La memoria explicativa del nuevo plan incluye todos los cupos de caza establecidos entre 2008 y 2012, que han subido de los 100 ejemplares a los 138 por a?o. Sin embargo, nunca se han alcanzado. En 2012, por ejemplo, estaban autorizadas 138 muertes de las que finalmente solo se produjeron 74.
Las razones de por qu¨¦ no se han matado todos los lobos permitidos var¨ªan en funci¨®n de a quien se le pregunte. Para las asociaciones conservacionistas es simple: no se matan porque no hay tantos como se dice. Los cazadores se quejan de que la Administraci¨®n se lo pone muy dif¨ªcil. ¡°Nos sentimos como un ciudadano en libertad condicional, para salir a cazar hay que avisar a la Guardia Civil, a los agentes forestales... En la provincia de Segovia, por ejemplo, no se quiere ni o¨ªr hablar de que se le declare especie cineg¨¦tica porque nos lo ponen todo realmente complicado¡±, cuenta Santiago Iturmendi, presidente de la Federaci¨®n de Cazadores de Castilla y Le¨®n. Defienden la necesidad de aprovechar el lobo cineg¨¦ticamente para evitar da?os en vacas y ovejas y evitar desequilibrios en el ecosistema y opinan que los cupos son ¡°baj¨ªsimos¡±, hasta tres veces por debajo de otras especies de caza mayor.
Los ganaderos de Castilla y Le¨®n ven en el nuevo plan de gesti¨®n un reconocimiento a la colonizaci¨®n del lobo en todo el territorio y el asentamiento en zonas donde no estaba hace 100 a?os. ¡°Cost¨® mucho que la Junta lo reconociera¡±, comenta Aurelio P¨¦rez, portavoz de COAG. Luchan para que se determinen de una vez los da?os que les ocasiona el lobo. ¡°Detr¨¢s hay muchas p¨¦rdidas, y no solo por ejemplares muertos, sino tambi¨¦n da?ados¡±, explica para despu¨¦s a?adir el estr¨¦s que se le genera a los reba?os, y que hace que afloren enfermedades, que baje la producci¨®n de leche o que haya m¨¢s abortos. ¡°La coexistencia no es posible. Hay que determinar las zonas en las que puede o no puede vivir el lobo y dejar claro c¨®mo se hace el control de la especie¡±, pide. Entre 2005 y 2012 la Junta ha contabilizado 1,7 millones en pagos por da?os del lobo a la ganader¨ªa extensiva. Los bi¨®logos inciden en que no se diferencia el da?o que hacen los perros salvajes, por lo que el lobo termina cargando con culpas que no le corresponden.
La superpoblaci¨®n de la que hablan los ganaderos resulta parad¨®jica para los estudiosos de la especie. Andr¨¦s Ordiz, con m¨¢s de 20 a?os de experiencia estudiando la conservaci¨®n y la ecolog¨ªa del lobo, particip¨® en el censo de lobos de Castilla y Le¨®n de 2001 y recuerda que los grandes carn¨ªvoros, por definici¨®n, han de ser pocos, ya que no puede haber m¨¢s predadores que presas. ¡°Ning¨²n plan de gesti¨®n contempla el papel que tienen en el ecosistema, esa funci¨®n de controlar especies como jabal¨ªes o ciervos. Matar lobos tambi¨¦n tiene consecuencias¡±, recuerda este investigador que ahora trabaja para diferentes universidades de Escandinavia.
Los ganaderos se enfrentan a las dudas sobre el peso real de esos da?os ¡ªen Asturias, por ejemplo, se est¨¢ investigando si se han cometido fraudes en el cobro de las ayudas¡ª y tambi¨¦n al hecho de que la gran mayor¨ªa recibe subvenciones de la Pol¨ªtica Agraria Com¨²n, que llevan asociados compromisos como las pr¨¢cticas sostenibles y respetuosas con la biodiversidad.
En la calle de en medio est¨¢ el turismo lobero, una actividad que genera casi medio mill¨®n de euros anuales al a?o en la sierra zamorana de La Culebra, considerada epicentro de esta actividad en Espa?a, aunque tambi¨¦n hay puntos en la cordillera Cant¨¢brica y en Portugal, donde se practica. El bi¨®logo Javier Taleg¨®n, fundador de la empresa de ecoturismo Llobu, ve en ella el mejor ejemplo de que el lobo vivo puede ser rentable y que existen f¨®rmulas para convivir en armon¨ªa.
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