Una cuesti¨®n de retornos
Es bastante l¨®gico que quienes financian esos programas se preocupen de que tengan un retorno
La ciencia es un motor econ¨®mico tan importante que todos los pa¨ªses tratan de tomar posiciones en la carrera cient¨ªfica que se libra a nivel mundial. Tambi¨¦n Espa?a, consciente de que la econom¨ªa del futuro depender¨¢ m¨¢s del valor a?adido que aporte el conocimiento, que de las burbujas especulativas. Mucho antes de que estallara la crisis, el gobierno central y algunos ejecutivos auton¨®micos, entre ellos el catal¨¢n, aplicaron estrategias destinadas a tomar posiciones en esa dif¨ªcil batalla. Por razones que tienen que ver m¨¢s con el esfuerzo y la ambici¨®n personal de los propios cient¨ªficos, que hab¨ªan decidido completar su formaci¨®n en el extranjero, Espa?a se encontr¨® a finales de los ochenta, especialmente en biomedicina, con un capital humano muy superior al que le correspond¨ªa por el esfuerzo inversor realizado. Ese capital inclu¨ªa un buen n¨²mero de excelentes cient¨ªficos muy bien posicionados en el escenario global. Atraer de vuelta ese talento y sus conexiones internacionales se impuso como objetivo, tanto a nivel nacional como auton¨®mico. Para ello se crearon instituciones cient¨ªficas que pudieran dinamizar la investigaci¨®n y permitieran a estos cient¨ªficos mantener sus posiciones.
La f¨®rmula era atractiva y funcion¨®. En algunos casos, como el de Juan Carlos Izpis¨²a, se les permiti¨® mantener una ¡®doble militancia¡¯, por entender que su relevante posici¨®n en un centro extranjero y las sinergias que se pod¨ªan crear entre las instituciones redundar¨ªan en beneficio de todos. Pero ello requer¨ªa no solo reglas claras de relaci¨®n, sino garant¨ªas de lealtad. Por otra parte, en este tiempo se ha acentuado la tendencia al "estrellato" en el mundo cient¨ªfico, de manera que unos pocos investigadores acaban controlando en cada ¨¢mbito los resortes de publicaci¨®n, obtenci¨®n de recursos y distribuci¨®n de m¨¦ritos. Los cient¨ªficos que dirigen muchos equipos adquieren una inusitada capacidad de gesti¨®n que les permite decidir qui¨¦n y c¨®mo capitalizar¨¢ los resultados. Es bastante l¨®gico que quienes financian con recursos p¨²blicos esos programas se preocupen de que el esfuerzo inversor tenga un retorno. En ciencia, los retornos se miden en forma de patentes, pero tambi¨¦n de sinergias cient¨ªficas y de formaci¨®n de equipos con capacidad para tomar el relevo. Es decir, en m¨¢s y mejor ciencia en el propio pa¨ªs. Nadie discute la val¨ªa cient¨ªfica de Izpis¨²a. Pero cuando sus defensores argumentan que es un error dejarlo marchar porque puede llevarse 18 de los 21 proyectos de investigaci¨®n del centro que dirige, est¨¢n mostrando cu¨¢l es el tal¨®n de Aquiles de su modelo de direcci¨®n.
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