Los pobladores de una selva contaminada exigen respuestas al Gobierno de Per¨²
La etnia kukama es la m¨¢s afectada por una operaci¨®n petrolera en la Reserva Nacional Pacaya Samiria. M¨¢s de 80% del ducto del lote 8X est¨¢ sumergido en agua o enterrado
En la comunidad nativa Dos de Mayo San Pablo de Tibishca ¨Cdepartamento de Loreto, selva norte de Per¨²¨C los representantes de 70 comunidades de la etnia kukama firmaron un acuerdo el 20 de febrero luego de escuchar, la v¨ªspera, el resultado de monitoreos ambientales debido a la contaminaci¨®n por petr¨®leo en la Reserva Nacional Pacaya Samiria y su zona de amortiguamiento, donde ellos viven. El ¨²ltimo derrame de petr¨®leo ocurri¨® en julio y los especialistas de cuatro entidades p¨²blicas tomaron las muestras en septiembre. Las conclusiones, cuatro meses despu¨¦s, se resumen en que el agua que beben no es apta para consumo humano, y los valores de metales, hidrocarburos y coliformes superan en 90 o 40 veces los niveles aceptados en los lugares donde pescan o en el suelo. Por ello, piden al Gobierno que declare en emergencia la zona y que la empresa Pluspetrol detenga el traslado de crudo hasta reemplazar los ductos en mal estado.
Los kukama son un pueblo aislado geogr¨¢fica y culturalmente de la capital: para llegar a Dos de Mayo ¨Cen la zona de amortiguamiento de la Reserva¨C desde Lima, es necesario tomar un vuelo de casi dos horas a Iquitos, luego ir por tierra un par de horas a Nauta, y desde all¨ª navegar en lancha seis horas.
Pese a que los estudios confirman la contaminaci¨®n que los afecta, consideran un avance que representantes del Estado les entreguen en su territorio los resultados de los monitoreos.
¡°Ha sido un logro que el Estado vaya despu¨¦s de 40 a?os de operaciones petroleras que los afectan. Y la gran asamblea la han llamado hist¨®rica, debido a los acuerdos que han tomado¡±, explica a EL PA?S Renato Pita, del Observatorio Petrolero de Amazon¨ªa Norte, colaborador en la organizaci¨®n de las reuniones en Dos de Mayo.
A fines de enero, el Ministerio de Ambiente convoc¨® a dirigentes de las comunidades afectadas por el lote 8X para presentar los resultados preliminares de los estudios, pero por la distancia y el costo, pocos llegaron a la capital. ¡°Tienes los ojos hundidos, apu (jefe o sabio, en lengua nativa)¡±, le coment¨® entonces un delegado a Alfonso L¨®pez, presidente de la Asociaci¨®n Cocama de Desarrollo y Conservaci¨®n San Pablo de Tipishca (Acodecospat), al d¨ªa siguiente de escuchar el informe en Lima. L¨®pez cogi¨® una gripe en el largo trayecto.
Pita relata que a la asamblea del 19 y 20 de febrero llegaron unos 500 apus, ¡°cada uno acompa?ado de tres o cuatro delegados y a veces con madres ind¨ªgenas e hijos. Han sido m¨¢s de 1.500 personas, sin contar a los representantes del Estado, y llegaron dirigentes de dos centros poblados no ind¨ªgenas que tambi¨¦n se encuentran en la cuenca del r¨ªo Mara?¨®n¡±.
Pero el desempe?o del Estado en Dos de Mayo tuvo deficiencias. ¡°Fue una simple presentaci¨®n de resultados en un powerpoint que no se ve¨ªa bien por la luz, los funcionarios no daban explicaci¨®n de las cosas, ni alternativas al desastre. Los l¨ªderes de las comunidades les dec¨ªan ¡®nos informan que estamos contaminados pero el Estado no da respuesta a nuestras preguntas¡¯. Los t¨¦cnicos contestaron que no era su competencia¡±, describe Pita.
La Reserva Nacional Pacaya Samiria es uno de los entornos de mayor biodiversidad del mundo, protege el ¨¢rea de bosque inundable m¨¢s grande de la Amazon¨ªa, y est¨¢ inscrita en la Convenci¨®n Ramsar de humedales desde 1992.
El Organismo de Evaluaci¨®n y Fiscalizaci¨®n Ambiental (OEFA) midi¨® la calidad de suelos y aguas superficiales en la base petrolera Yanayacu y el recorrido del oleoducto. Encontr¨® bario, cadmio, plomo, mercurio y ars¨¦nico ¨Cderivados de petr¨®leo¨C. Tom¨® muestras en 60 puntos, y de ellos solo 11 figuraban en el documento de gesti¨®n ambiental de la empresa. De los 49 no declarados por Pluspetrol, 23 puntos ten¨ªan al menos un contaminante, en algunos alcanzaron 95, 47 o 22 veces los est¨¢ndares nacionales de calidad ambiental.
La Autoridad Nacional del Agua (ANA) tom¨® muestras en 30 puntos ¨Clagunas, r¨ªos y quebradas de las cuencas de los r¨ªos Mara?¨®n y Samiria- y encontr¨® ars¨¦nico, plomo, zinc y mercurio en valores muy superiores a los est¨¢ndares nacionales.
Un bolet¨ªn del Observatorio Petrolero de la Amazon¨ªa Norte indica adem¨¢s que la ANA detect¨® contaminaci¨®n por cloruros y derivados de petr¨®leo -que afectan gravemente la salud- no solo en la zona de amortiguamiento de Pacaya Samiria, sino en la misma reserva.
El informe del organismo regulador de energ¨ªa y minas, Osinergmin, indica que el 80% de los ductos est¨¢ sumergido, enterrado o sobre el suelo, incumpliendo las normas, y las tuber¨ªas est¨¢n en mal estado y abandonadas.
Ricardo Segovia, un ingeniero de la ONG E-Tech, que prepar¨® un informe a pedido de Acodecospat y acompa?¨® en septiembre la toma de muestras por parte de las entidades p¨²blicas, coment¨® a EL PA?S que dichos ductos deber¨ªan tener una estructura de soporte en el agua, la cual no existe. ¡°Ello aumenta la probabilidad de que ocurran derrames por fallas estructurales¡±, anota.
Desde el a?o 2000, San Jos¨¦ de Saramuro, la localidad por donde pasa el ducto, ha sufrido derrames de petr¨®leo. En 2013, el Estado declar¨® la emergencia ambiental por las operaciones de la misma empresa en las cuencas colindantes de los r¨ªos Pastaza y Corrientes (Lote 1AB, cuya concesi¨®n termina en 2015), aunque las medidas para atender la salud de las poblaciones y proveerles agua segura a¨²n no se concretan, como dijo recientemente la Defensor¨ªa del Pueblo. Las comunidades de las cuencas del Mara?¨®n y del Samiria exigen, igualmente, la declaraci¨®n de emergencia social y ambiental. Piden que Pluspetrol suspenda el transporte de petr¨®leo crudo hasta que reemplace la infraestructura deteriorada, sin embargo, no ha habido respuesta del Estado ni de la empresa.
La ¨²nica reacci¨®n posterior a la asamblea kukama ha sido la del Vicario Apost¨®lico de Iquitos (capital de Loreto), monse?or Miguel Olaort¨²a. ¡°Toda esta realidad contaminante que presenta el Informe pone en grave riesgo la salud de nuestros pueblos y de nuestra gente. No podemos cambiar el pasado, pero podemos hacer algo que favorezca un desarrollo sostenible y la salud de las personas, especialmente de aquellas que, por estar situadas a lo largo de los r¨ªos y lejanas a las grandes urbes, gozan de menos medios y recursos. Debemos ser solidarios. Y no es cuesti¨®n de fe, sino de solidaridad humana y de responsabilidad social¡±, dijo en un comunicado distribuido en Loreto el mi¨¦rcoles 26.
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