Sale el sol, sale la contaminaci¨®n
Un anticicl¨®n prolongado cubre las ciudades europeas de part¨ªculas da?inas para la salud Medidas coyunturales no resuelven el problema del exceso de coches
El anticicl¨®n que cubre buena parte de Europa desde hace algunos d¨ªas ha sacado a londinenses, parisinos y bruselenses, entre otros, a la calle. Parques y terrazas se llenan con el entusiasmo de quienes no acostumbran a disfrutar del sol y el calor en esta ¨¦poca del a?o. Lo que muchos no consideran es que, a cambio, respiran niveles de contaminaci¨®n nada saludables. Par¨ªs decidi¨® el jueves ofrecer gratis los servicios p¨²blicos de alquiler de bicicletas y de coches el¨¦ctricos, V¨¦lib y Autolib, respectivamente. Este viernes la autoridad del transporte de la regi¨®n de ?le de France ampli¨® la oferta a toda la red p¨²blica ¡ªautobuses, metro, trenes de cercan¨ªas¡ª hasta el domingo, al comprobar que las previsiones no auguran mejora.
La asfixia de Par¨ªs responde al c¨®ctel habitual: tr¨¢fico abundante, un parque de veh¨ªculos muy dieselizado, buen tiempo y ausencia de vientos que dispersen los malos humos. Tarde, seg¨²n los grupos ecologistas, pero las autoridades han reaccionado ofreciendo transporte gratis como aliciente para dejar el coche en casa. En el Reino Unido, tambi¨¦n con niveles de contaminaci¨®n alarmantes en el sur del pa¨ªs, el diario The Guardian pregunta a sus lectores en la web si creen que tener transporte gratis en Londres mejorar¨ªa la calidad del aire. ?Sirven para algo medidas como estas, puramente coyunturales? ?Por qu¨¦ se reacciona cuando el problema ya est¨¢ instalado? ?Qu¨¦ decisiones estructurales habr¨ªa que tomar?
Diferentes ciudades, diferentes medidas
Muchas ciudades europeas llevan a?os dise?ando acciones de limitaci¨®n o de restricci¨®n del tr¨¢fico en sus cascos urbanos: desde el peaje de Londres hasta la prohibici¨®n total de circular que imponen ciudades italianas cuando los niveles de contaminaci¨®n son excesivos, pasando por las zonas ambientales de las urbes alemanas.
La capital brit¨¢nica estren¨® en 2003 el primer gran peaje urbano de Europa. Para circular por el centro, los veh¨ªculos deb¨ªan pagar cinco libras ¡ªha subido a 10, 12 euros¡ª al d¨ªa. Hay c¨¢maras que leen las matr¨ªculas.
Las zonas de bajas emisiones son muy populares en ciudades alemanas. Clasifican los veh¨ªculos por colores en funci¨®n de sus emisiones contaminantes y proh¨ªben a los m¨¢s sucios acceder al centro.
Par¨ªs es la m¨¢s eficiente alertando cuando hay un episodio de contaminaci¨®n. Tiene paneles en lugares p¨²blicos que avisan a los ciudadanos.
¡°Medidas como la que ha tomado Par¨ªs tienen una efectividad limitada, especialmente en una urbe como esta o como Londres, con tanto tr¨¢fico. Moment¨¢neamente pueden tener alg¨²n efecto pero no suficiente como para solucionar el problema al que se enfrentan, que es estructural. La parte positiva es que son medidas que tienen un efecto de concienciaci¨®n del ciudadano y adem¨¢s lanzan el mensaje de que la Administraci¨®n hace algo¡±, se?ala Jos¨¦ Mar¨ªa Baldasano, catedr¨¢tico de Ingenier¨ªa Ambiental de la Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a. El problema de la contaminaci¨®n en las urbes europeas no es coyuntural, aunque solo se hable de ¨¦l cuando un anticicl¨®n prolongado dispara los niveles de di¨®xido de nitr¨®geno o de part¨ªculas. ¡°Procede de una decisi¨®n tecnol¨®gica que se tom¨® en los a?os noventa: la de fomentar los motores di¨¦sel para evitar emisiones de CO2¡±, a?ade.
Los coches di¨¦sel resultaron ser mejores para el cambio clim¨¢tico pero peores para la calidad del aire que respiramos en las ciudades. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) certific¨® en junio de 2012, tras analizar toda la literatura cient¨ªfica disponible, que el humo de los motores di¨¦sel causa c¨¢ncer de pulm¨®n y posiblemente de vejiga. Hace solo unos meses, la Agencia Internacional para la Investigaci¨®n del C¨¢ncer (IARC, en sus siglas en ingl¨¦s), la divisi¨®n de la OMS encargada de revisar qu¨¦ sustancias ocasionan esta enfermedad y con qu¨¦ seguridad se cree que lo hacen, dio el paso definitivo al clasificar la contaminaci¨®n ambiental, en general, como cancer¨ªgena sin ninguna duda cient¨ªfica.
Si sabemos qu¨¦ es y qu¨¦ provoca, ?por qu¨¦ no actuamos con m¨¢s decisi¨®n? ¡°Se podr¨ªa decir que hay dos escuelas de mejora de la calidad del aire. Por un lado, Par¨ªs, Mil¨¢n o Bolonia, que han luchado mucho a base de actuar cuando ya tienen un episodio de contaminaci¨®n. Optan, por ejemplo, por permitir circular a las matr¨ªculas pares un d¨ªa y las impares otro. La otra escuela es la de Berl¨ªn, Londres, Estocolmo o Copenhague, que son m¨¢s partidarias de cambios estructurales. All¨ª dicen: que la meteorolog¨ªa sea la que sea; nosotros creamos zonas de bajas emisiones, ponemos bicicletas a disposici¨®n del ciudadano y nos adelantamos. Si llega un episodio, estaremos preparados. Esta segunda escuela es la ganadora, porque es m¨¢s efectiva¡±, resume Xavier Querol, investigador del Instituto de Diagn¨®stico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA)- CSIC.
Con la contaminaci¨®n hay que pensar en el largo plazo, vendr¨ªa a ser la conclusi¨®n. ¡°La situaci¨®n que estamos viviendo ahora en Europa, con este anticicl¨®n, no es extra?a; sucede muchos inviernos y puede durar hasta 15 d¨ªas seguidos, sobre todo en el centro de Europa. No es una situaci¨®n meteorol¨®gica puntual¡±, subraya Baldasano, que lidera el sistema Caliope de predicci¨®n de calidad del aire. Para este experto, no hay m¨¢s secreto que ¡°renovar la flota de veh¨ªculos y aumentar el uso del transporte p¨²blico¡±, es decir, medidas estructurales. No le gusta la expresi¨®n ¡°sacar los coches de la ciudad¡±: ¡°No es el verbo correcto, hay que llegar a un equilibrio de convivencia, por ejemplo aumentando el porcentaje de veh¨ªculos el¨¦ctricos. Par¨ªs tiene muchas motos, Barcelona tambi¨¦n; las el¨¦ctricas tienen que ir ganando terreno¡±, dice.
¡°Las part¨ªculas en suspensi¨®n pueden causar o agravar enfermedades cardiovasculares y respiratorias ya existentes y la exposici¨®n a ellas a largo plazo puede contribuir a sufrir ataques al coraz¨®n y arritmias, problemas nerviosos y muertes prematuras en algunos casos¡±, se?al¨® este viernes la Agencia Europea del Medio Ambiente (EEA), que emiti¨® una nota de prensa alertando sobre los elevados niveles de contaminaci¨®n en buena parte de Europa Occidental. ¡°Durante el episodio actual, se recomienda a la poblaci¨®n vulnerable que reside en ¨¢reas afectadas que evite la actividad f¨ªsica intensa¡±, a?adi¨®. La p¨¢gina web de la EEA permite consultar un mapa que muestra con colores la calidad del aire en tiempo real. Amplias zonas de Francia, Reino Unido, Alemania, B¨¦lgica y los Pa¨ªses Bajos aparec¨ªan el viernes por la tarde cubiertos de puntos rojos, que equivalen a niveles muy elevados de contaminaci¨®n por part¨ªculas.
Una de las principales quejas de los grupos ecologistas es la falta de informaci¨®n acerca de la mala calidad del aire en las ciudades. Argumentan que las autoridades retrasan el momento de alertar a la poblaci¨®n para evitar reconocer el problema. Simon Birkett, director de la ONG Clean Air in London, se quejaba el viernes de la falta de reacci¨®n de Londres. ¡°Mientras otros pa¨ªses han avisado a los ciudadanos sobre la mort¨ªfera contaminaci¨®n de esta semana y han tomado medidas, aqu¨ª el Gobierno y el alcalde no est¨¢n haciendo absolutamente nada¡±, respondi¨® a EL PA?S. ¡°El Gobierno no ha emitido una sola nota de prensa alertando sobre la contaminaci¨®n desde abril de 2011¡±, a?adi¨®. La cuenta de Twitter de su organizaci¨®n lleva d¨ªas mostrando fotos del smog ¡ªpalabra que combina humo (smoke) y niebla (fog)¡ª que cubre Londres, y que, por ejemplo, dificulta la visi¨®n del Parlamento desde el Shard, el rascacielos m¨¢s alto de la UE.
Un informe publicado en diciembre por la Asamblea de Londres sostiene que m¨¢s de 4.000 personas fallecen cada a?o en Londres de forma prematura debido a la contaminaci¨®n. Seg¨²n los barrios, entre el 6% y el 8% de los londinenses mueren por respirar part¨ªculas t¨®xicas que no estar¨ªan en el aire de no ser por la actividad humana, de acuerdo con este trabajo. La Comisi¨®n Europea, que design¨® 2013 como el a?o de la Calidad del Aire, calcul¨® hace unos meses que m¨¢s de 400.000 muertes prematuras en la UE se deben a la contaminaci¨®n, ¡°la primera causa medioambiental de muerte en Europa¡±.
La preocupaci¨®n por la salud no es exclusiva de Europa, ni de Occidente. China est¨¢ tom¨¢ndose muy en serio su problema de calidad del aire. Al endiablado tr¨¢fico de sus ciudades se suman la actividad industrial y las calefacciones de carb¨®n. La combinaci¨®n es demoledora. Como recordaba ayer la Agencia Europea del Medio Ambiente, ¡°los niveles actuales en Europa suponen un riesgo significativo para la salud, pero en ciudades asi¨¢ticas como Pek¨ªn se dan picos entre cuatro y cinco veces superiores¡±. Mientras empresas como la multinacional Panasonic deciden pagar pluses a sus empleados desplazados en China para compensarles por el aire que respiran, el Gobierno de este pa¨ªs ha decidido hacer de la calidad del aire una prioridad. En la ¨²nica rueda de prensa del a?o, su primer ministro prometi¨® atacar la corrupci¨®n y anunci¨® una ¡°lucha contra la contaminaci¨®n¡±.
Salvando las distancias, Xavier Querol lamenta que las ciudades espa?olas, con la poluci¨®n en niveles que incumplen la normativa de la UE, no est¨¦n haciendo esfuerzos serios para reducir la contaminaci¨®n. ¡°Vamos en direcci¨®n opuesta a muchas ciudades. Mientras ellas abaratan el transporte p¨²blico, aqu¨ª lo subimos. Par¨ªs perder¨¢ dinero estos d¨ªas, pero ha decidido dar prioridad a la calidad del aire¡±, afirma. La plataforma Stop Subidas ha convocado una manifestaci¨®n hoy en Barcelona, donde la tarjeta de 10 viajes ha subido recientemente m¨¢s de un 5%. En 2012 Madrid aument¨®, de media, un 11% el precio de los t¨ªtulos de transporte. A ese incremento siguieron otros m¨¢s modestos. ¡°Otros pa¨ªses crean zonas de bajas emisiones, potencian sistemas p¨²blicos de alquiler de bicicletas [Alemania anunci¨® hace unas semanas que ya tiene un mill¨®n de bicis; en Madrid a¨²n no existe] y mejoran el transporte p¨²blico. Eso es lo efectivo. Si todos van en una direcci¨®n, y aqu¨ª en la contraria, ?qui¨¦n se equivoca?¡±, se pregunta.
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