Karlheinz Deschner, abogado del diablo
Escribi¨® a lo largo de m¨¢s de cuatro d¨¦cadas los diez vol¨²menes de su ¡®Historia criminal del cristianismo¡¯
El 8 de abril pasado, a poco m¨¢s de un mes de cumplir los noventa a?os, le llegaba la muerte al escritor e historiador alem¨¢n Karlheinz Deschner (Bamberg, Baviera, 1924), que el a?o pasado publicaba el d¨¦cimo tomo de su Historia criminal del cristianismo. Por razones de edad y salud, con ¨¦l tuvo que dar por concluido uno de los m¨¢s monumentales, pormenorizados y documentados alegatos contra esta confesi¨®n de todos los tiempos, cuya redacci¨®n hab¨ªa comenzado hac¨ªa m¨¢s de 25 a?os, tras otros 17 de estudios preparatorios. A lo largo de sus cerca de 5.000 p¨¢ginas en la edici¨®n alemana, Deschner desgrana de forma exhaustiva el milenario rosario de desmanes violentos, mezquindades dogm¨¢ticas y conductas hip¨®critas en las que incurrieron a trav¨¦s de los siglos todo tipo de sectas, confesiones y pr¨ªncipes cristianos, y muy en particular la Iglesia cat¨®lica, desde sus or¨ªgenes en el juda¨ªsmo hasta las dictaduras del pasado siglo, a las que el estudioso alem¨¢n dedic¨® otros dos tomos complementarios, editados en espa?ol como Pol¨ªtica de los papas del siglo XX por Yalde en 1994. Traducida a m¨²ltiples idiomas, la editorial Mart¨ªnez Roca fue publicando los siete primeros tomos de esta obra a lo largo de los a?os noventa.
Deschner vel¨® sus primeras armas literarias con la novela de 1956 Die Nacht steht um mein Haus. Al a?o siguiente publicaba Kitsch, Konvention und Kunst, una recopilaci¨®n de certeros y en ocasiones visionarios ensayos de cr¨ªtica literaria. Casi simult¨¢neamente present¨® una colecci¨®n de entrevistas a figuras literarias del momento ¡ªcomo Heinrich B?ll, Arno Schmidt, Max Brod o Arnold Zweig¡ª sobre su postura en materia de fe. Cinco a?os despu¨¦s di¨® a la luz Abermals kr?hte der Hahn, estudio dedicado a desmitificar la Iglesia de los primeros tiempos y los or¨ªgenes del papado. Apoyado en un aparato textual apabullante, fue su carta de presentaci¨®n cuando, en 1970, plante¨® a la editorial alemana Rowohlt el colosal proyecto al que acabar¨ªa dedicando sostenidos y tit¨¢nicos esfuerzos. En 1986 apareci¨® el primer tomo de su Historia criminal, en el que indaga en las ra¨ªces veterotestamentarias de la peculiar relaci¨®n del cristianismo con la violencia pol¨ªtica y sigue sus pasos hasta la ¨¦poca de Agust¨ªn de Hipona.
Nacido en el seno de una familia cat¨®lica (su madre, de familia protestante, se convirti¨® a esa religi¨®n antes de casarse), Deschner curs¨® sus estudios elementales y medios en instituciones de diversas ¨®rdenes religiosas. En 1942, junto al resto de su promoci¨®n, se incorpor¨® a las filas de la Wehrmacht. Fue herido en varias ocasiones y cuando el III Reich se desplom¨® era paracaidista.
Finalizada la contienda, asisti¨® a clases de Teolog¨ªa, Psicolog¨ªa. Filosof¨ªa, Derecho y Literatura alemana moderna en las universidades de su ciudad natal y W¨¹rzburg, donde se doctor¨® en 1951. Ese mismo a?o contrajo matrimonio con la que ser¨ªa compa?era de su vida, Elfi Tuch. Tuch estaba separada y la pareja fue excomulgada por el entonces obispo de W¨¹rzburg, Julius D?rpfner, figura se?era del catolicismo de posguerra que andando el tiempo presidir¨ªa la conferencia episcopal germana y desempe?ar¨ªa un destacado papel en el Concilio Vaticano II. Hasta el momento de su excomuni¨®n, Deschner no hab¨ªa publicado una sola l¨ªnea en contra de la Iglesia.
Sus detractores, previsiblemente numerosos, mal pod¨ªan negar los hechos que describ¨ªa Deschner, o acusarle de exagerarlos o tergiversar su sentido. S¨ª le reprochaban con cierta raz¨®n falta de contextualizaci¨®n hist¨®rica, escasa neutralidad ¡ªcosa que el jam¨¢s neg¨® (¡°escribo por enemistad¡±, afirm¨®, ¡°porque la historia de aquellos a los que describo me ha convertido en su enemigo¡±)¡ª, y el escaso o nulo recurso a fuentes primarias, aunque no se acaba de ver c¨®mo los custodios de los archivos eclesi¨¢sticos podr¨ªan haberse prestado a colaborar con un proyecto como el suyo.
Nunca obtuvo un puesto docente u oficial y, al margen de los ingresos por publicaciones y conferencias, su sost¨¦n econ¨®mico principal fueron los diversos mecenas que le apoyaron a lo largo de toda su vida.
Historiador minucioso e implacable, cr¨ªtico acerado y certero, estimable creador de ficci¨®n, polemista feroz y brillante epigram¨¢tico, la mayor parte de su obra no hist¨®rica aguarda su versi¨®n espa?ola.
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